El Assault Breacher Vehicle (ABV) cuenta en su parte delantera con brazos mecánicos y una gigantesca pala capaz de despejar los explosivos que sus sensores detectan en el camino. A la vanguardia de la tecnología militar, este vehículo destruye trampas explosivas allanando así el camino a las tropas terrestres.
En caso de que el pesado tanque de remoción descubra un campo minado, sus tres tripulantes disparan una cuerda que sujeta unos 770 kilogramos de explosivo C4. Cuando éste detona, las ondas expansivas hacen que las minas ocultas vuelen por los aires liberando la zona. Además, en misiones especialmente difíciles la tripulación puede dirigir el vehículo con control remoto.
En noviembre de 2007, el Gobierno estadounidense autorizó la producción del ABV, que cuesta 3,75 millones de dólares, unos 2,8 millones de euros. Desde los años 90, el Pentágono desarrolló un vehículo para la remoción de minas, pero la construcción de un modelo similar había sido suspendida en 2001. El ABV, desarrollado sobre la base del carro de combate estadounidense M1A1 Abrams, ya había pasado su primera gran prueba en Afganistán a comienzos de diciembre pasado, durante la operación 'Ira de la Cobra'.
Fuente: Espejo Aeronautico
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