El gobernador Jorge Sapag (Neuquén) informó que el próximo lunes se firmará con el gobierno nacional un convenio de colaboración para la construcción de la represa Chihuido I. La misma, además de generar energía, embalsará el agua del río Neuquén con el objeto de evitar crecidas como las que se están sucediendo en estos días en el norte de la provincia.
El anuncio formulado por el mandatario se produjo ayer en momentos en que arribó al aeropuerto de la ciudad capital proveniente de Buenos Aires. La firma del convenio con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y miembros del gabinete nacional se rubricará el lunes, a las 19, en Casa RosadaEl llamado a licitación de la obra (estimada en un costo de entre 800 y 1000 millones de dólares) estará a cargo de la provincia y se realizará en 30 días.
Una vez adjudicada, se calcula que la construcción demandará un plazo estimado de tres años. El emprendimiento estará a cargo de privados, no habrá aportes estatales, y se estimulará la inversión, desde los gobiernos provincial y nacional, a través de beneficios impositivos y el reconocimiento a la hidroeléctrica de precios superiores a los actuales en el marco del programa de Energía Plus. La adjudicación de la obra se la llevará aquella empresa que solicite menos beneficios.
La represa generará 480 megavatios y de 1.800 a 1.900 gigavatios hora, tendrá una altura de 625 metros sobre el nivel del mar, el lago ocupará 17.000 hectáreas y el embalse será de 5.500 hectómetros, similar al de Cerros Colorados. Además empleará a entre 1.000 y 1.500 obreros directos. La línea Cuyo-Comahue, que se adjudicará el 10 de junio, favorecerá a Chiuhido dado que ésta se conectará a la primera. Según trascendidos, ya hay oferentes e interesados en quedarse con el proyecto.
Los habitantes de los parajes Quili Malal, Villa del Agrio y Agrio del Medio serán relocalizados. Respecto del primero, el gobierno provincial ya llegó a un acuerdo con el intendente de ese paraje y lo propio se va a realizar con las autoridades de los otros dos. Al igual que a fines de febrero de este año, cuando se acordó con Nación la puesta en marcha de este proyecto, desde el gobierno provincial se destacó que, si bien la obra posibilitará contar con una nueva fuente de energía para el país, lo que se busca es un emprendimiento “multipropósito”, básicamente de “seguridad”, que resguardará a los habitantes de posibles crecidas del río Neuquén como la acontecida en 2006 y la que se está registrando en estos días.
En momentos en que existe una enorme preocupación por una nueva crecida del río Neuquén que está provocando estragos en varios puntos de la provincia, la confirmación de que en breve -30 días- se licitará la obra de Chihuido I abre un panorama alentador, porque en un futuro se podrá proteger zonas que hoy están bajo la amenaza de ser arrasadas por el agua, como es el caso de Sauzal Bonito.
La construcción, que estaría lista en tres años, servirá como medida de seguridad -además de la generación de energía- para evitar las penurias que sufren aquellos pobladores de los lugares que están bajo riesgo. La crecida del Neuquén que hoy aqueja a la provincia refleja la importante necesidad que tiene la concreción de esta obra que impulsa Jorge Sapag, ya que permitirá evitar las traumáticas evacuaciones y pérdidas que sufren los habitantes cuando el río arrasa con una furia imparable. Precisamente Chihuido I posibilitará regular el curso de agua y prevenir los desastres económicos y sociales que causan las inundaciones.
Además, la represa servirá para incorporar generación al crítico sistema eléctrico nacional. Con un contexto en el que la oferta energética no alcanza a cubrir la demanda en los meses más críticos del invierno y del verano, una nueva central hidroeléctrica de esta envergadura es un oasis en el desierto.
Fuente: Diario La Mañana - Neuquén