martes, 23 de enero de 2018

Dos nuevas obras le cambiarán la cara al transporte de trenes hacia Retiro

Por Ariel Echecury - redaccion@miradorprovincial.com (Rieles.com)


De paso por Rosario, el presidente de Trenes Argentinos, Marcelo Orfila, trazó el plan oficial para renovar las estaciones Norte y Sur de la Cuna de la Bandera. Se mejoraron los tiempos de viaje para llegar a Buenos Aires.

Dos grandes obras prometen devolverle el brillo al transporte ferroviario de pasajeros de Rosario y la región. A través de la puesta en marcha de un plan de reformas y acondicionamiento de las estaciones Apeadero Sur y Norte, el gobierno nacional apuesta a invertir fuerte para mejorar la conectividad local. Así lo anunció Marcelo Orfila, presidente de Trenes Argentinos, quien encabezó una recorrida por las vías férreas para determinar el estado de las instalaciones.

En el marco de reuniones de trabajo y encuentros con el gremio y referentes del sector que ven con interés la llegada de inversiones que impulsen la actividad, el funcionario nacional aseguró que el proyecto oficial contempla la remodelación de la histórica estación Rosario Norte, por un lado, y a la vez, un trabajo de “puesta en valor” del ex Apeadero Sur. Además, el objetivo a corto plazo es que “todos los trenes que van con destino a Tucumán y a Córdoba, pasen por la ciudad de Rosario”.

En cuanto al ex Apeadero Sur (o Estación Rosario Sur), que es un edificio hecho a nuevo por la gestión del ex ministro del Interior, Florencio Randazzo, pero abandonado desde hace dos años cuando inauguró, Orfila apuntó que la idea es invertir para darle vida y que sea más atractiva al público. “Hay que sumarle servicios, locales comerciales, sistema para realizar pagos y trámites. Lograr que ese edificio le pueda dar algo más a la comunidad, y que desde allí la gente pueda tomar el tren a Córdoba y Tucumán”, explicó Orfila a Mirador Provincial.

La estación de trenes de Avenida San Martín 6230, al sur de la ciudad de Rosario, presenta hoy un estado lamentable. De hecho, recibió distintas denuncias por el “deterioro y abandono” en que se encuentra el lugar y a pesar del llamado de atención, las cosas poco cambiaron. El año pasado, desde la Municipalidad, la entonces secretaria de Transporte y Movilidad, Mónica Alvarado, se sumó a la críticas y señaló que ya en otras oportunidades la intendenta Mónica Fein hizo el reclamo pertinente a la empresa que se encarga de la terminal. Finalmente ahora, el gobierno nacional parece decidido a tomar cartas en el asunto, continuar las obras y hacerse cargo del mantenimiento de la estación inaugurada en 2015.

En tanto para Rosario Norte, los planes son diferentes ya que en el caso de la estación del barrio de Pichincha, el plan apunta a la conservación de un edificio que es patrimonio histórico de la ciudad. “Es importante que mantenga el mismo estilo que la caracterizó siempre, con un espacio para el museo y las diferentes áreas administrativas que allí funcionan. Es un edificio con mucha historia y lo más conveniente es hacer una intervención como las que se hicieron en Retiro y Constitución en la ciudad de Buenos Aires”, opinó.

El gobierno ya había anunciado, a mediados del año pasado, un plan para restaurar de manera integral la terminal y las instalaciones ferroviarias del edificio de Pichincha: se mejorará su mobiliario, las boleterías y se harán nuevos baños. La zona completará su transformación con un nuevo parque que se está levantando donde tiempo atrás había casillas precarias.

Vale destacar que la estación tomó un nuevo impulso cuando en junio de 2016, el Ministerio de Transporte de la Nación determinó el regreso de la conexión con Buenos Aires a un sector más céntrico de la ciudad, ya que hasta entonces el convoy sólo viajaba hasta el Apeadero Sur.

El abandono de las vías ferroviarias dentro de la ciudad hace que el tren a Retiro demore unos 45 minutos para transitar entre las estaciones Rosario Norte y Sur, de las casi siete horas que hoy lleva un viaje a Retiro. Por eso, la entidad Amigos de Riel solicitó que, además de las reformas previstas, es necesario realizar “profunda limpieza” del trazado y algunas reparaciones para reducir el tiempo de viaje en la ciudad. Algo que, según entiende el funcionario nacional, “le corresponde a las autoridades municipales”, así como solucionar las intrusiones en los accesos a la ciudad.

“Vinimos a hacer la evaluación del estado actual de la infraestructura y ahora resta analizar cuánta inversión hace falta para realizar los arreglos más importantes”, afirmó Orfila. Ahora, habrá que esperar.

El objetivo a corto plazo es que “todos los trenes que van con destino a Tucumán y a Córdoba, pasen por la ciudad de Rosario”.

Bajar los tiempos

“A finales de 2019, la intención es que el tren de Rosario a Retiro llegue en cinco horas, lo cual sería un tiempo razonable, y que entonces le permitirá al servicio competir con los colectivos”, aventuró el presidente de Trenes Argentinos, que después de recorrer las instalaciones en Rosario partió rumbo a Córdoba.

A partir de esta semana, se redujeron los tiempos de viaje entre la estación Retiro, en la ciudad de Buenos Aires, hasta la estación Rosario Norte, en Aristóbulo del Valle 2.750. Como se levantaron las restricciones de velocidad que había en algunos tramos del recorrido a causa de las condiciones en las que se encontraban las vías, el recorrido pasó de 7 horas y 42 minutos, a una hora menos: 6 horas y 42 minutos. Para alcanzar la meta que trazó el funcionario faltan todavía dos años de trabajo.

En el tramo comprendido entre Rosario y Campana -que representa aproximadamente unos 220 kilómetros- debieron reemplazarse 45.000 durmientes de hormigón que estaban partidos, dado que la gestión anterior de Florencio Randazzo, los había colocado en menos del tiempo que debían esperar para que pudieran ser utilizados. “Se hizo una denuncia, y por intermedio de la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) se logró renegociar con las empresas proveedoras que tomaron a su cargo el cambio de los durmientes, y evitar así un gasto de 1.000 millones de pesos que le hubiera significado al Estado nacional reemplazarlos”, describió Orfila.

Sobre la estructura de los durmientes -que se fabrican con alambres de hierro-, ésta se debe fraguar y endurecer durante un período de tiempo para después retirar del molde y dejar estacionar. Según Orfila, cuando en su momento fueron colocados no se respetaron esos tiempos y por eso el material quedó propenso a partirse, como finalmente ocurrió. Ahora que los nuevos durmientes colocados se están asentando en la vía, el próximo paso para avanzar en acortar los tiempos de viaje entre Rosario y Retiro, es “mejorar la programación de cargas de Nuevo Central Argentino (NCA)”, concesionario de las vías, lo cual va a permitir levantar las precauciones de tránsito y transitar a mayor velocidad.

“La empresa NCA debería liberar las vías para que podamos circular más rápido, y que se cumpla la ley de priorizar transporte de pasajeros al de cargas. Así se van a seguir bajando los tiempos, pero va a depender de la programación de cargas del concesionario”, apuntó el funcionario, quien remarcó que actualmente hay 11 semanales con una ocupación del 68%.

Eso sí, más allá de los problemas que hoy tiene el viaje en tren a Buenos Aires, los precios hacen del servicio una opción atractiva. El valor de los pasajes es, en primera clase, de 300 pesos, y en categoría Pullman de 360 pesos. Bastante menos que un boleto en micro, que hoy se puede conseguir a partir de los 420 pesos.

A finales de 2019, la intención es que el tren de Rosario a Retiro llegue en cinco horas, lo cual sería un tiempo razonable, y que entonces le permitirá al servicio competir con los colectivos”.

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