LA AUSENCIA DE UN ACUERDO EN EL CAPITOLIO ESTADOUNIDENSE FRENÓ VIAJE DE MILITARES A LA ARGENTINA.
Una comitiva de viajeros del Pentágono debió ser suspendida. Ciberseguridad del G-20 y convenios de cooperación en debate. La falta de acuerdo entre republicanos y demócratas que recién se solucionó ayer en torno a la ley de presupuesto federal de los Estados Unidos obligó a suspender una reunión bilateral de Defensa que iba a tener lugar en Buenos Aires. El encuentro previsto para hoy en el Edificio Libertador sede de la defensa criolla quedó huérfano de la contraparte estadounidense a causa del denominado "shutdown", cierre del Gobierno.
Las actividades de la administración Trump se paralizaron desde el sábado por falta de fondos y la comitiva de viajeros del Pentágono encabezada por el secretario adjunto de Defensa, Sergio de la Peña, canceló la visita de dos días al país. El enviado es coronel retirado del Ejército norteamericano, se dedicó al asesoramiento en temas de defensa y seguridad en la consultora Peña Consulting de la que es su fundador y presidente. Peña trabajó en el pasado para el contratista de defensa L3 Technologies y en el Comando Norte de EE.UU., según su perfil de la red social Linkedin. La empresa L3 fue seleccionada en 2013 por la Fuerza Aérea para modernizar 5 aviones Hércules C-130. El primero se completó en Waco, Texas, y el resto se lleva a cabo en la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) con mano de obra nacional. El primer aparato presentó una falla en el sistema de reversión (cambio de paso de la hélice para frenar en aterrizajes) en la primera quincena de diciembre cuando se iniciaba el puente aéreo para abastecer la base Marambio. La novedad imposibilita el vuelo de la segunda aeronave modernizada hasta tanto no se encuentre solución a la que sufrió el incidente.
La ronda de conversaciones con los Estados Unidos sobre temas estratégicos de interés mutuo incluía; operaciones de mantenimiento de la paz, no proliferación de armas, producción para la defensa, coordinación de ayuda humanitaria y gobernabilidad de la defensa. Como es de práctica la agenda suele estirarse hacia otros asuntos, hay al menos tres ítems que preocupan: la ausencia de la Argentina en ejercitaciones de interoperabilidad naval, aérea y la capacidad del país en ciberseguridad (de cara al evento del G-20). La pausa al cónclave impuesta por conflictos de la política doméstica estadounidense dará tiempo al anfitrión Horacio Chiguizola, secretario de Estrategia y Asuntos Militares, para ensayar respuestas. El año pasado el país suspendió la participación en las maniobras navales Unitas por demoras de Oscar Aguad en la gestión del permiso ante el Congreso; lo mismo sucedió con el ejercicio Cormorán.
Las maniobras bilaterales apuntan a mejorar el adiestramiento en operaciones específicas. La cancelación de Cormorán puso en evidencia cómo puede impactar la desidia política en casos reales. Esa ejercitación que iba a realizar la Armada Argentina con su par de los Estados Unidos en los últimos días de septiembre de 2017 era nada menos que una práctica de guerra antisubmarina (detección de submarinos en inmersión) y exploración de superficie en el mar, entre una aeronave P-3B Orion perteneciente al COAN (Comando de la Aviación Naval), con asiento en Trelew, y dos aeronaves P-3C Orion estadounidenses. Es el tipo de operación que se desplegó para encontrar al ARA San Juan desde el último contacto. En los fundamentos del pedido de autorización al Congreso, la Armada consignaba; a lo largo de los últimos años se ha producido una merma sustancial en las oportunidades de adiestramiento de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración N°6 en ejercitaciones combinadas ya sea por falta de medios propios y/o ajenos y/o razones presupuestarias logrando que la pericia obtenida se vea actualmente disminuida siendo la última participación en una ejercitación con este tipo específico de unidades en el Ejercicio Unitas del año 2009.
La carencia de aviones con capacidad de interceptación supersónica tras la desprogramación del sistema Mirage imposibilita a la Argentina entrenarse en tácticas aéreas con los Estados Unidos y otros países de la región como se hacía en las maniobras Águila. La administración Macri decidió que no se equiparará a la Fuerza Aérea con aparatos supersónicos por razones de equilibrio en el gasto público.
La extensión del territorio nacional requiere contar con la capacidad supersónica para el control del espacio aéreo soberano. Rol que no puede cederse a la colaboración de terceros como se hace -por falta de aviones- en las operaciones de logística antártica, recurriéndose a Uruguay. La reunión de presidentes del G-20 pondrá a la vista pública el limosneo del país para suplir una función que ningún Estado deja en manos de otros. En el mismo andarivel está la actividad de ciberseguridad. En mayo de 2017, Argentina y Estados Unidos firmaron un compromiso conjunto por un ciberespacio abierto, fiable y seguro", además de fortalecer la alianza".
Se centró en iniciativas clave de ciberseguridad, incluida la implementación de marcos nacionales, el desarrollo de mano de obra especializada en temas cibernéticos, y la gestión de incidentes cibernéticos".
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