Por Natasha Niebieskikwiat (Clarin.com) - El ala económica del Gobierno dio de baja una operación que se había acordado en US$ 350 millones. Ahora podría reflotarse.
La cita entre Mauricio Macri y Emmanuel Macron, que estuvo en suspenso a mitad del año pasado, tiene como telón de fondo la dureza de los franceses en las negociaciones por el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, la resistencia francesa a reabrir sus mercados al biodiésel argentino pero también la tensión que imperó entre ambas capitales cuando desde el gobierno nacional le hicieron saber a París que congelaban los planes de compra de cuatro barcos patrulla para controlar los mares argentinos.
Los patrulleros oceánicos en cuestión eran L'Androit OPV 90. La operación, por unos 300 millones de euros (347,6 millones de dólares) había sido comprometida de palabra y con algunos intercambios de misivas pero no de acuerdos firmados. Fue gestionada por el equipo del ex ministro de Defensa Julio Martínez, ganador de los comicios al Senado por La Rioja. Desde el equipo económico de la Presidencia bajaron el pulgar al monto y aparecieron vendedores españoles e israelíes que tentaron con sus precios a los argentinos.
Se habló de ir a una licitación internacional. Sin embargo, nada avanzó hasta hoy, y luego de una serie de reuniones entre el canciller Jorge Faurie y el secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo con el embajador francés en Buenos Aires, Henri Pierre Guignard, las conversaciones se retomaron con la aceptación francesa de rever los precios y llegarán a la cita Macri-Macron de este viernes.
La patrulla de los mares argentinos es una prioridad entre las necesidades argentinas para frenar las incursiones ilegales en el Atlántico por ejemplo, contra la pesca. Esta era precisamente una de las tareas que realizaba el submarino ARA San Juan cuando desapareció a mediados de noviembre con sus 44 tripulantes a bordo.
Para noviembre también, cuando Clarín anticipaba el encuentro de los dos presidentes en París, se supo también que estaban por llegar cinco aviones franceses Super Etendard, con los que la Armada nacional espera recuperar su capacidad de ataque y caza perdidos hace décadas. La operación se cerró por 12,5 millones de euros y son remodernizados y actualizados, es decir, no nuevos. Fueron construidos entre el 1978 y el 1982.
Las aeronaves son imprescindibles para el manejo soberano del espacio aéreo nacional que quiere tener el país durante la cumbre del G20 de fines de 2018. Y su compra se realizó en medio del alivio de la tensión bilateral.
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Argentina y Francia se acercaron enormemente al llegar Macri al poder. Francois Hollande fue uno de los primeros presidentes en visitarlo, en febrero de 2016. Desde entonces hay una suma de voluntades y cooperación pero aún no hay un incremento en lo económico.
Argentina debe pagar pronto en el CIADI 405 millones de dólares a la empresa Suez por haberse interrumpido el contrato con Aguas Argentinas bajo el gobierno de Néstor Kirchner. La gestión de Macri deberá enfrentar esta deuda.
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