lunes, 11 de septiembre de 2017

Marzo de 2019, el objetivo impuesto para el regreso de la Fórmula 1 a la Argentina (II)

Por Pablo Vignone - LA NACION
El plan para poder llevarla a cabo dentro de 18 meses: se espera poder remodelar a tiempo el autódromo porteño, según las instrucciones que dejó el director de carreras de F.1, Charlie Whiting, en su visita al circuito, el mes pasado
La F1, cerca de volver a rugir en Buenos Aires
La F1, cerca de volver a rugir en Buenos Aires. Foto: DPA

El Mercedes de Lewis Hamilton y la Ferrari de Sebastian Vettel se anticipan al resto del pelotón en la Ese del Ciervo y se pierden rumbo al curvón Salotto... Fórmula 1 en el autódromo de Buenos Aires: parece fábula pero es una imagen que podría consumarse dentro de 18 meses, en marzo de 2019, al concretarse el largamente esperado regreso de la Fórmula 1 a la Argentina. La dirigencia de la máxima categoría está de acuerdo en darle un lugar en el calendario y una fuente segura de la organización local confió a la nacion que esperan anunciar en dos meses más, durante noviembre, el retorno del GP al autódromo "Oscar y Juan Gálvez" dentro del Mundial de la especialidad.

Los planes trazados indican que la carrera sería la apertura del Mundial 2019 o, a lo sumo, la segunda, después del GP de Australia; y que se disputará en el actual circuito n° 12 del autódromo porteño, el mismo que utilizó el Turismo Carretera para sus recientes 1.000 Kilómetros. Durante la década del '70 la carrera se llevó a cabo en el circuito 15 (el 12 más el tramo de mixtos que no se recorrerá) y entre 1995 y 1998 se usó el trazado n° 6, mucho más lento, a consecuencia de la ola de conciencia sobre seguridad que despertó el accidente mortal de Ayrton Senna ocurrido en mayo de 1994. Dos décadas después, esas precauciones extremas se relajaron y la de Argentina podría transformarse en una de las carreras más veloces del calendario.

Las negociaciones llevan tres años, pero salieron a la superficie con la reciente visita del director de carreras de la Fórmula 1, el inglés Charlie Whiting, al autódromo porteño, el 16 de agosto, una excursión privada. Estuvieron con él representantes del Automóvil Club Argentino (la autoridad deportiva local); de la empresa que piensa organizar la carrera, Fenix Entertainment Group (que sacó adelante las dos últimas ediciones del E-Prix de Buenos Aires de Fórmula E); del gobierno del GCBA y de la Asociación Argentina de Volantes (AAV), presidida por Juan María Traverso, y que gestiona el autódromo desde el año pasado.

La falta de declaraciones públicas del visitante disparó en consecuencia una serie de rumores sobre los costos que supondría poner el circuito en condiciones para el eventual retorno y devolverlo al Grado 1 necesario para hospedar pruebas de Fórmula 1. Pero el fin de semana pasado, en Monza (Italia), Whiting concedió una nota al canal F1 Latam, asegurando que "como cualquier trazado que no ha tenido Fórmula 1 hace 20 años, hay una serie de trabajos, pero nada grande. Si pueden hacerse, sería un gran circuito para la Fórmula 1". Y agregó: "Escribí un reporte de lo que hay que hacer, ahora depende de los promotores el poder concretarlo". Luego sostuvo que "si lo consiguen, estoy seguro de que podemos tener la carrera en 2019". Esas declaraciones confirman de alguna forma la intención de la conducción actual de la categoría de regresar al país.

Los organizadores confían en la palabra de Whiting de que, aunque una nueva torre de control será imprescindible, la modificación más importante en el autódromo será la repavimentación completa del trazado, una tarea que insumirá -especulan- alrededor de ocho meses, y que podrá ir haciéndose por tramos, para mantener el escenario en funcionamiento durante la mayor parte de ese periodo. El inglés considera que los boxes actuales pueden cumplir el cometido sin necesidad de remodelación. Ese edificio fue construido en 1994 a instancias de Bernie Ecclestone, el ya retirado zar de la disciplina, que para concretar el segundo retorno de la Fórmula 1 al país al año siguiente, demandó la demolición de los viejos garajes erigidos en 1951. Esa nueva construcción de poco más de dos décadas requirió en ese momento una inversión cercana a los 7 millones de dólares.

La adecuación del autódromo no requeriría la cifra que se rumoreó originalmente (unos 45 millones de dólares) y que estaba basada en un estudio llevado a cabo para el gobierno porteño bajo la condición de una renovación completa, según la fuente consultada, que prefirió el anonimato.

La vuelta de la Argentina al mundo de la Fórmula 1 está sustentada por los planes de Liberty Media, los nuevos dueños de la disciplina que removieron a Ecclestone de un cargo que ocupó a lo largo de casi cuatro décadas. Piensan ampliar el campeonato a 25 carreras al año, en destinos importantes: el fin de semana pasado en Monza, se habló de Buenos Aires pero también de Miami, Copenhague, el viejo sueño de Nueva York y hasta de una carrera callejera en China. Colombia, que no posee un autódromo adecuado, tiene intenciones de construir uno para ofrecerse.

También colabora la actual situación del GP de Brasil, cuyo promotor, Tamas Rohonyi, es un testaferro de Ecclestone. Sin piloto brasileño en 2018 (si se concreta el retiro de Felipe Massa), con la amenaza del alcalde paulista Joao Doria de privatizar el circuito de Interlagos, y sin el interés de Ecclestone de continuar promoviendo la fecha, la carrera que se disputa de manera ininterrumpida desde 1973 podría desaparecer del calendario. Esa posible ausencia potencia el resurgimiento de la Argentina.

El reputado periodista británico Joe Saward, que lleva tres décadas cubriendo la máxima categoría, escribió recientemente: "No será fácil financiar el evento pero cuando uno mira lo que sucedió en México puede ver lo que puede pasar. Buenos Aires es, en cualquier caso, una ciudad más sexy que San Pablo en términos de destino global, y sé que yo estaría feliz de volver allí"

Al respecto de la financiación de la carrera, los organizadores esperan poder correr con esos gastos, una tarea ciclópea en el mundo de las mega-atracciones deportivas, en el que la mayoría de los Grandes Premios precisa la contribución oficial. Pero esperan que el Estado colabore en la refacción del circuito.

Los organizadores negocian con Sean Bratches, el actual director de marketing de la Fórmula 1; el contrato tendría una extensión de cinco años, con opción a otros cinco. Los fanáticos esperando la luz verde.

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