Trump amplió las sanciones y confirmó que el banco central chino ordenó implementar las represalias; el bloque europeo llegó a un acuerdo para prohibir inversiones
Kim visita una plantación de frutas, en una foto difundida ayer por el régimen. Foto: AFP
NUEVA YORK.- Estados Unidos amplió las sanciones contra Corea del Norte en otro intento por asfixiar su economía y forzar al régimen de Kim Jong-un a una negociación que desactive las tensiones por la expansión de su arsenal de misiles y armas nucleares.
El nuevo paquete de sanciones fue anunciado ayer por el presidente Donald Trump, dos días después de que amenazó con "destruir totalmente" Corea del Norte en el debate de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde la latente amenaza de Pyongyang fue una preocupación recurrente en los discursos de los mandatarios.
"Las armas nucleares de Corea del Norte y el desarrollo de misiles constituyen una grave amenaza para la paz y la seguridad en nuestro mundo. Y es inaceptable que otros apoyen financieramente a este régimen canalla y criminal", dijo Trump, al anunciar la medida, implementada por decreto.
Trump presentó el nuevo paquete antes de reunirse con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, los dos aliados de Estados Unidos más expuestos a la amenaza norcoreana.
Al nuevo torniquete de Washington se sumó otro de Pekín: el banco central de China les ordenó a los bancos que implementen de manera estricta las sanciones contra Corea del Norte, una decisión que, de concretarse, aislará aún más a la economía norcoreana. Trump dio la bienvenida a la decisión, que calificó de "audaz", y le agradeció públicamente al mandatario chino, Xi Jinping.
"Fue una movida algo inesperada, y lo apreciamos", dijo.
China es el principal aliado y sostén económico de Pyongyang. Alrededor del 90% del comercio de Corea del Norte está atado al gigante asiático, que además ha funcionado como principal canal financiero del régimen de Kim. El respaldo de Pekín a la aplicación de las sanciones es crucial para que tengan impacto. Washington y sus aliados apuestan a que la multiplicidad de tenazas fuerce a Pyongyang a negociar el fin de sus programas militares.
El decreto de Trump apunta a ahogar el comercio y las transacciones financieras con Pyongyang. Trump le otorgó autoridad al Tesoro de Estados Unidos para bloquear a personas, empresas o bancos que participen en el comercio de bienes, servicios o tecnología con Corea del Norte y prohibirles que interactúen con el sistema financiero norteamericano.
El decreto menciona las industrias de la construcción, energía, tecnología, médica, minera, textil, del transporte, el sector manufacturero y los bancos. La autoridad del Tesoro alcanza también a empresas que controlen cualquier puerto en el país asiático, ya sea aéreo, marítimo o terrestre.
"Las instituciones financieras extranjeras quedan ahora informadas de que en el futuro pueden optar por hacer negocios con Estados Unidos o con Corea del Norte, pero no con ambos", resumió el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin. "Llamamos a todos los países del mundo a unirse a nosotros", completó.
Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, cuyo nombre ya se menciona como posible reemplazante del secretario de Estado, Rex Tillerson, reforzó la ofensiva de Washington sobre Pyongyang con un mensaje similar al de Mnuchin: "Si vas a apoyar a Corea del Norte, entonces tenés que estar preparado para ser sancionado también", agregó, en una conferencia de prensa.
Al arsenal de sanciones unilaterales de Estados Unidos, que se suman a la batería de restricciones que ya fueron aprobadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, se sumará un cepo más, de la Unión Europea. En Bruselas, los 28 países que integran el bloque europeo llegaron a un acuerdo para prohibir inversiones en Corea del Norte y las exportaciones de petróleo desde Europa, confiaron fuentes diplomáticas a la agencia AFP.
A la par que se conocían las nuevas sanciones, en la sala de la Asamblea General había nuevos llamados de Rusia y China a desescalar la crisis. El canciller ruso, Sergei Lavrov, advirtió que la "histeria militar" podría conducir a un desastre, y pidió acotar la política de sanciones a las medidas del Consejo de Seguridad, donde Rusia tiene poder de veto. El canciller chino, Wang Yi, urgió a Pyongyang a no continuar en una "dirección peligrosa".
Moon Jae-in, el líder surcoreano, quien respaldó las sanciones, también intentó calmar los ánimos.
"No deseamos el colapso de Corea del Norte", dijo Moon.
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