La obra tendrá inicio en octubre e incluye 563 departamentos a estrenar; además se mejorarán otras 500 casas y se tenderán servicios públicos, como agua, luz y gas.
La mayoría de las casas en la villa Rodrigo Bueno sólo necesita mejoras puntuales. Foto: LA NACION / Hernán Zenteno.
El gobierno porteño ya terminó el proyecto final para la urbanización de la villa Rodrigo Bueno, junto a la Reserva Ecológica en Puerto Madero, y prevé tenerla terminada en un 80% entre enero y febrero de 2019, según dijeron altas fuentes gubernamentales a LA NACION. El plan -al que le faltan sólo los últimos detalles- fue consensuado con los vecinos y contempla, además de mejoras habitacionales, la creación de un polo gastronómico y un mirador con vista al río.
En concreto, el proyecto trabajado por funcionarios del Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC), a cargo de Juan Maquieyra, incluye la edificación de 563 viviendas y el reacondicionamiento de otras 500. A diferencia de otros barrios de emergencia, la cantidad de obreros de la construcción que viven en la Rodrigo Bueno hizo que muchas de las casas ya levantadas sólo necesiten algunas refacciones, explicaron las autoridades.
La primera etapa de obra intensiva empezará en un mes, cuando en el terreno lindero a la villa arranque la edificación de una tanda de viviendas nuevas. Allí, según fuentes del IVC, irán a vivir las familias cuyas casas deben ser demolidas para realizar la traza de calles.
La idea es que no queden más pasillos angostos que puedan oficiar "de aguantadero". Por eso, cada traza fue acordada con los vecinos. A la par se avanzará con la construcción e instalación de la infraestructura para que lleguen a la villa los servicios públicos. Por el momento se terminó la primera etapa del tendido de agua potable.
Hoy, el 99% de las 996 familias que viven allí está conectado de forma informal a la red eléctrica. Ninguna tiene acceso al agua potable mediante la red pública y sólo el 7% tiene acceso a la red de gas. Además, el 38% de las viviendas desagota sus cloacas directamente al río.
Concluida la tarea de acondicionar el terreno, empezarán a edificar las viviendas nuevas. Cada módulo no tendrá más de quince departamentos, que se construirán de dos, tres y cuatro ambientes. Otra de las características es que habrá dos tipos de complejos: los que tengan una planta baja más dos pisos y los de cuatro niveles. Cada complejo será luego organizado en un consorcio.
"Lo que buscamos es integrar el barrio Rodrigo Bueno a la ciudad. Nos referimos a la integración urbana, habitacional y social. Por eso trabajamos para generar vías de comunicación entre los barrios, para que todos estén conectados desde el transporte hasta los servicios y el espacio público, que tiene que ser un lugar de encuentro", dijo a LA NACION el presidente del IVC.
Transporte
Desde la Secretaría de Transporte y Tránsito, a cargo de Juan José Méndez, también comenzaron a hablar con las empresas administradoras de líneas de colectivos que pasan por la zona para que agreguen dentro del recorrido lo que será la calle principal (todavía no se empezó a debatir la nomenclatura) del barrio una vez que se termine el proyecto.
La obra en Rodrigo Bueno, según explicaron fuentes del gobierno porteño, es uno de los proyectos de urbanización que se realizará con recursos propios, por lo que no se recurrirá al financiamiento externo para realizarla. En total, de ahora a 2019, se invertirá un mínimo $ 1000 millones sólo para la construcción de viviendas nuevas. Todos los demás proyectos relacionados al mejoramiento de viviendas y los trabajos de infraestructura se encuentran en plena etapa de cálculo, el paso previo a los correspondientes llamados a licitación.
Empiezan las tareas de infraestructura en el barrio. Foto: Hernán Zenteno.
Uno de los puntos que sorprendió para bien a las autoridades del IVC es el conocimiento en construcción que tienen los residentes de Rodrigo Bueno. "Hay muchas casas que apenas necesitan algunas mejoras, porque fueron construidas a conciencia", sostuvieron. Esto incluso se notó en las reuniones que tuvieron con ellos para llegar a un acuerdo en el diagrama del proyecto final para la villa, recordaron.
Atracciones
Asimismo, en los planos se encuentra el mencionado polo gastronómico, que se desarrollará como parte de la urbanización. La idea es emular el Patio de los Lecheros del barrio de Caballito, en donde hoy funcionan varios food trucks. Con esta instalación, además de generar movimiento de gente y de dinero, los funcionarios también esperan que varios de los residentes de la villa -que son empleados en las cocinas de algunos restaurantes en otros puntos de la ciudad- tengan un incentivo para empezar un microemprendimiento.
A la par, para incentivar el turismo en esa zona se instalará un mirador mediante el cual se podrá tener una vista igual, o mejor, del Río de la Plata que la que se obtiene al cruzar la Reserva Ecológica, con la diferencia de que el recorrido en kilómetros será menor y tendrá un acceso directo desde la avenida España.
"Estamos construyendo nuevas viviendas y mejorando otras para garantizar un lugar digno en el que puedan desarrollarse las familias. Y con la integración social queremos estimular la mejora de las condiciones básicas, como la salud, la seguridad o la educación, para que los vecinos que hoy viven en villas puedan acceder a servicios públicos de calidad", concluyó Maquieyra.
"Trabajamos para ser una ciudad integrada en la que todos los vecinos tengamos las mismas oportunidades, derechos y responsabilidades -dijo el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, al ser consultado sobre la presentación del proyecto-. La clave es que lo hacemos en equipo, consensuando cada paso con los vecinos del barrio."
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