Entre el 3 y el 5 del actual se celebró exitosamente la novena cumbre de los Brics en Xia'men, ciudad costera de China.
El presidente chino, Xi Jinping, junto con los otros líderes de los países miembros del bloque, realizó un balance sobre los diez años del establecimiento de los Brics emitiendo una fuerte señal a la comunidad internacional a favor del fomento de la cooperación económica sustancial, la mejora de la gobernanza económica global, la defensa de la paz y estabilidad del mundo y la profundización de los intercambios culturales y humanos, todo lo cual pone de manifiesto la vigorosa vitalidad del bloque.
Durante la cumbre, se celebró además el Diálogo de Mercados Emergentes y Países en Vías de Desarrollo, evento al cual asistieron los mandatarios de México, Egipto, Tadjikistán, Guinea y Tailandia, a fin de debatir y conversar a fondo la temática "Profundización de la cooperación de beneficio mutuo para el desarrollo conjunto".
Este año constituye un punto de inflexión para la reflexión sobre la entrada en la segunda década de historia del bloque. En el marco de los cambios profundos y complejos que experimenta el contexto internacional, el significado de la cooperación de los Brics ya no se limita a sus cinco miembros, sino que dispone de una influencia global. La razón por la cual la parte china propuso el concepto de "Brics" alude justamente a la unidad y la cooperación entre los mercados emergentes y los países en desarrollo, a través de una plataforma internacional.
Destacándose como nación de gran peso en América latina y como una importante economía emergente, la Argentina se encuentra en un proceso de proactiva integración al mundo. La parte china tiene la mejor disposición para trabajar con todos los mercados emergentes y los países en desarrollo, bajo esfuerzos conjuntos y con certeza firme, a fin de construir un ambiente más favorable para el desarrollo.
1. Construir una economía mundial abierta. Deberíamos apoyar el sistema multilateral de comercio, procurando elevar la representatividad y el derecho de voz de los mercados emergentes y de los países en desarrollo en la gobernanza económica global, así como formar un orden económico internacional más justo y razonable.
2. Deberíamos acoplar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible con las estrategias nacionales de desarrollo, con el fin de trazar un camino apropiado de desarrollo sostenible, en el cual converjan la economía, la sociedad y el medio ambiente.
3. Deberíamos reforzar el ajuste de la estructura económica y excavar la fuerza endógena para el crecimiento, aprovechando la oportunidad ofrecida por la nueva ronda de reformas científicas, tecnológicas e industriales. Al mismo tiempo, es necesario fortalecer la protección y la mejora del sustento de la población, elevando su nivel de educación y promoviendo el empleo justo.
4. Deberíamos desplegar la cooperación Sur-Sur en un ámbito más amplio, bajo el marco de mecanismos tales como los Brics y el Grupo de los 77, con el objetivo de enfrentar mancomunados los diversos desafíos globales.
Tengo toda la confianza en que, tal como lo representa el logotipo del Diálogo de Mercados Emergentes y Países en Vías de Desarrollo, el futuro de estos países es como el arco iris, vigoroso y lleno de esperanza.
El autor es embajador de la República Popular China
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