Van Buiten explicó que trabajará en convertir un UH-60 A en un demostrador de versión transporte para comprobar el concepto y sus posibilidades.
La primera fase del estudio de viabilidad es comprobar que el pesado helicóptero puede despegar, volar y aterrizar de forma segura y bajo el control de un ordenador.
El año pasado, Sikorsky realizó unos primeros experimentos dentro del Programa Tripulado/No tripulado Transporte Aéreo para conocer su autonomía aunque en este caso estaba pilotado por un controlador aunque fuera remoto. Asimismo, ha realizado pruebas de vuelo por ordenador en julio en un modelo antiguo S-76.
Según los técnicos, uno de los problemas de un Black Hawk completamente autónomo es el coste ya que, al contrario que los pequeños y relativamente baratos UAV, estos helicópteros por su tamaño y complejidad son muy caros de fábrica.
Aunque no hay un cronograma oficial, Van Buiten declaró que probablemente se necesitará al menos 14 meses para que pueda ser una realidad. “Estamos haciendo todo lo posible para poder reducir el ratio de aparatos que se pierdan, de otra manera sería aceptable para estos sistemas tan complejos”, declaró Van Buiten quien se mostró confiado en que estas pruebas les conceda la confianza suficiente para iniciar el proceso de fabricación de un prototipo.
Una de las opciones en que trabaja la empresa es en la duplicación de sistemas que incremente su ya de por si bajo ratio de accidentes y averías.
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