(Infodefensa.com) Madrid – Rolls-Royce ha concluido las
pruebas de vuelo de sus motores mejorados T56 con los que los
aviones de transporte C-130 podrán ahorrar hasta casi un 10% de
combustible. Además, la Fuerza Aérea Norteamericana
(USAF) pretende alargar con esta renovación la vida útil de su
flota de estos aparatos hasta 2040.
La actualización supone transformar la vieja serie 3 de los motores T56 a la denominada serie 3.5, sin necesidad de desarrollar un nuevo motor, sino únicamente adaptando determinados componentes más modernos dentro de la misma carcasa empleada anteriormente. Con ellos se sustituyen antiguas piezas envejecidas o ineficientes por otros, como juntas de compresor de los motores Rolls-Royce de la serie 4 y hojas de turbina no refrigeradas del Rolls AE1107C.
Como la actualización únicamente afecta al motor, explica el fabricante, no se necesitan otros cambios costosos dentro de la cabina o la estructura del C-130, de modo que resulta una alternativa más barata que la sustitución completa del motor. La actualización reduce también costes de mano de obra de mantenimiento, como la limpieza y la reparación de viejas piezas de la serie 3.
La Fuerza Aérea estadounidense realizó un estudio sobre esta reforma en los propulsores de los C-130 que concluyó que con ella se podrían ahorrar 2.000 millones de dólares (1.540 millones de euros), entre costes de combustible y mantenimiento, durante la vida útil de su flota de estos aparatos.
El ahorro se obtiene en parte por la mejora en un 9,7 por ciento del consumo de combustible de los motores antiguos. Por otro lado, los propulsores de la serie 3.5 funcionan a menor temperatura, lo que les permite reducir sus necesidades de mantenimiento. Además las mejoras se pueden realizar aprovechando una revisión del motor convencional y no requiere ninguna modificación del avión o del sistema de control del motor.
El vicepresidente de los programas para la USAF de Rolls-Royce, Bob Settle, cree que el ahorro que supondrá la ampliación de la vida útil de cada motor superará el coste de su actualización, aunque reconoce que la compañía aún está trabajando en estimar cuales serán las cifras concretas.
Cada avión C-130 cuenta con cuatro motores Rolls-Royce T56. El Ejército del Aire de España dispone de varias unidades de este modelo en el Ala 31, con base en Zaragoza. Roll-Royce también pretende ampliar sus modificaciones de la serie 3.5 a otros aviones de la Armada estadounidense, como los P-3, un modelo con el que también operan las fuerzas armadas españolas. Los sistemas de Rolls-Royce se han montado en aeronaves de más de medio millar de compañías de todo el mundo y de alrededor de 160 fuerzas armadas.
La empresa facturó en 2011 alrededor de 11.300 millones de libras (cerca de 14.000 millones de euros) y contaba al cierre del año con una cartera de pedidos de 62.200 millones de libras (más de 76.200 millones de euros).
Actualmente, según la compañía, trabajan para ella más de 40.000 personas en más de medio centenar de países. De todas ellas, alrededor de 11.000 son ingenieros.
Foto: Rolls Royce
La actualización supone transformar la vieja serie 3 de los motores T56 a la denominada serie 3.5, sin necesidad de desarrollar un nuevo motor, sino únicamente adaptando determinados componentes más modernos dentro de la misma carcasa empleada anteriormente. Con ellos se sustituyen antiguas piezas envejecidas o ineficientes por otros, como juntas de compresor de los motores Rolls-Royce de la serie 4 y hojas de turbina no refrigeradas del Rolls AE1107C.
Como la actualización únicamente afecta al motor, explica el fabricante, no se necesitan otros cambios costosos dentro de la cabina o la estructura del C-130, de modo que resulta una alternativa más barata que la sustitución completa del motor. La actualización reduce también costes de mano de obra de mantenimiento, como la limpieza y la reparación de viejas piezas de la serie 3.
La Fuerza Aérea estadounidense realizó un estudio sobre esta reforma en los propulsores de los C-130 que concluyó que con ella se podrían ahorrar 2.000 millones de dólares (1.540 millones de euros), entre costes de combustible y mantenimiento, durante la vida útil de su flota de estos aparatos.
El ahorro se obtiene en parte por la mejora en un 9,7 por ciento del consumo de combustible de los motores antiguos. Por otro lado, los propulsores de la serie 3.5 funcionan a menor temperatura, lo que les permite reducir sus necesidades de mantenimiento. Además las mejoras se pueden realizar aprovechando una revisión del motor convencional y no requiere ninguna modificación del avión o del sistema de control del motor.
El vicepresidente de los programas para la USAF de Rolls-Royce, Bob Settle, cree que el ahorro que supondrá la ampliación de la vida útil de cada motor superará el coste de su actualización, aunque reconoce que la compañía aún está trabajando en estimar cuales serán las cifras concretas.
Cada avión C-130 cuenta con cuatro motores Rolls-Royce T56. El Ejército del Aire de España dispone de varias unidades de este modelo en el Ala 31, con base en Zaragoza. Roll-Royce también pretende ampliar sus modificaciones de la serie 3.5 a otros aviones de la Armada estadounidense, como los P-3, un modelo con el que también operan las fuerzas armadas españolas. Los sistemas de Rolls-Royce se han montado en aeronaves de más de medio millar de compañías de todo el mundo y de alrededor de 160 fuerzas armadas.
La empresa facturó en 2011 alrededor de 11.300 millones de libras (cerca de 14.000 millones de euros) y contaba al cierre del año con una cartera de pedidos de 62.200 millones de libras (más de 76.200 millones de euros).
Actualmente, según la compañía, trabajan para ella más de 40.000 personas en más de medio centenar de países. De todas ellas, alrededor de 11.000 son ingenieros.
Foto: Rolls Royce
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