La idea de la construcción de
un simulador de vuelo de SF-260 por parte de la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU)
empezó a tomar forma en febrero pasado, cuando el director del Servicio de
Mantenimiento, coronel (Av) Daniel Mendez invitó a su homólogo de la Escuela
Militar de Aeronáutica (EMA), coronel (Av.) Hugo Marenco y al jefe de
Operaciones y Entrenamiento de la misma, mayor (Av.) Enrique Ramallo, a conocer
a Gerardo Dolce, de la empresa nacional Thot de desarrollo de software, entonces
involucrado en el desarrollo de simuladores para el Museo Aeronáutico y un banco
de prueba de motores para el Servicio de Mantenimiento.
Se presentó la propuesta de fabricar un simulador con idénticas prestaciones a las del avión de entrenamiento Aermacchi T-260 de la EMA, que tuviera visión de 180º para poder realizar maniobras visuales, capacidad de adiestrar en procedimientos de emergencia y con costo de mantenimiento muy económico y que no se tratase de un mero video juego mejorado. El siguiente paso fue el armado de la cabina, que debía ser igual a la del avión, para que los pilotos experimentaran la sensación más aproximada posible al vuelo real, a cargo de personal técnico de la propia EMA. La inversión final fue de aproximadamente 15.000 dólares, cifra notablemente inferior a los 500.000 de promedio que un equipamiento de este tipo y tecnología hubiese sido cotizado en el mercado internacional.
Actualmente posee la capacidad de realizar diversas fases de entrenamiento, tales como emergencias, transición , acrobacia, instrumental y nocturno y se prevé que próximamente se incorpore también la fase de vuelo en formación. De modo paralelo, se han puesto a punto programas de instrucción y entrenamiento, tanto para pilotos como instructores: cadetes de primer año, una vez finalizada su etapa teórica y de selección, realizarán la fase de simulador de vuelo antes de pasar a la instrucción en el avión real; los de segundo realizarán semanalmente misiones de vuelo en el sistema, para no perder la pericia; y los de tercero iniciarán cada fase de vuelo en el simulador antes de realizarla en avión.
Este recurso permitirá un mejor entrenamiento para las tripulaciones y cursos de vuelo más eficientes, proyectándose a corto plazo una reducción sustancial de las horas de utilización del material aéreo. Anteriormente, la FAU, a través de la propia EMA y la Universidad Tecnológica ORT, había desarrollado un simulador de Cessna 182. Años atrás, con medios propios y un proyecto concebido entre personal activo y retirado, la Aviación Naval fabricó un equipo de este tipo para usar en su sede operativa de Punta del Este (Javier Bonilla).
Se presentó la propuesta de fabricar un simulador con idénticas prestaciones a las del avión de entrenamiento Aermacchi T-260 de la EMA, que tuviera visión de 180º para poder realizar maniobras visuales, capacidad de adiestrar en procedimientos de emergencia y con costo de mantenimiento muy económico y que no se tratase de un mero video juego mejorado. El siguiente paso fue el armado de la cabina, que debía ser igual a la del avión, para que los pilotos experimentaran la sensación más aproximada posible al vuelo real, a cargo de personal técnico de la propia EMA. La inversión final fue de aproximadamente 15.000 dólares, cifra notablemente inferior a los 500.000 de promedio que un equipamiento de este tipo y tecnología hubiese sido cotizado en el mercado internacional.
Actualmente posee la capacidad de realizar diversas fases de entrenamiento, tales como emergencias, transición , acrobacia, instrumental y nocturno y se prevé que próximamente se incorpore también la fase de vuelo en formación. De modo paralelo, se han puesto a punto programas de instrucción y entrenamiento, tanto para pilotos como instructores: cadetes de primer año, una vez finalizada su etapa teórica y de selección, realizarán la fase de simulador de vuelo antes de pasar a la instrucción en el avión real; los de segundo realizarán semanalmente misiones de vuelo en el sistema, para no perder la pericia; y los de tercero iniciarán cada fase de vuelo en el simulador antes de realizarla en avión.
Este recurso permitirá un mejor entrenamiento para las tripulaciones y cursos de vuelo más eficientes, proyectándose a corto plazo una reducción sustancial de las horas de utilización del material aéreo. Anteriormente, la FAU, a través de la propia EMA y la Universidad Tecnológica ORT, había desarrollado un simulador de Cessna 182. Años atrás, con medios propios y un proyecto concebido entre personal activo y retirado, la Aviación Naval fabricó un equipo de este tipo para usar en su sede operativa de Punta del Este (Javier Bonilla).
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