miércoles, 14 de marzo de 2012

Visita del vicecanciller británico Browne: muestra que Chile no va a hacer olas

Por Carolina Barros - Ambito.com
En medio de una oleada de "malvinización" que inunda la política regional latinoamericana, no es mera espuma el apoyo de Chile a la Argentina en la causa de las islas. Que el gobierno más ideológicamente opuesto al de Cristina Kirchner de América del Sur, como es el de Sebastián Piñera (Coalición por el Cambio), que mantiene una estrecha relación comercial y política con el de la alianza conservadora-liberal en Londres, haya optado por bajarle el volumen a la visita de dos días del viceministro del Foreign Office Jeremy Browne a Santiago, es otro capítulo importante -contundente- en el derrotero de amistad con Argentina.

La llegada de Browne a Chile formó parte de una gira sudamericana que incluye a Colombia y Perú. Pero a esa primera escala en Santiago le faltó un ingrediente que sí tendrán las otras dos: mientras que el enviado británico tiene previsto reunirse con los presidentes Juan Manuel Santos en Bogotá y Ollanta Humala en Lima, no llegó a hacerlo con Piñera. "Preferimos dar esa señal a Buenos Aires (en referencia a la no-reunión entre Piñera y Browne)", dijeron ámbito.com fuentes cercanas a La Moneda. "La amistad con Argentina va más allá de los colores políticos", agregaron. De allí que en su recalada santiaguina, el enviado Browne se reuniese solamente con los ministros de Hacienda y Relaciones Exteriores, además del subsecretario de Defensa.

Casualidad o coincidencia infeliz, el desembarco de Browne en Santiago se produjo horas antes del de la presidente argentina y su comitiva este jueves, para una visita que desde agosto fue tres veces agendada y tantas otras postergada desde la Casa Rosada. Quizás algo de ese espíritu demorado para el encuentro chileno-argentino haya contribuido en el muy atemperado discurso de Browne en Chile, cuya frase más fuerte fue "no creemos que un bloqueo económico a las Islas Malvinas sea lo correcto", tras reunirse con el ministro de Hacienda Felipe Larraín.

Otras giras

Al mismo tiempo, la de Browne no era la primera visita a Chile: ya lo había hecho en agosto de 2010, para preparar el viaje en octubre del Piñera a Londres, donde el mandatario se entrevistó con el primer ministro David Cameron y la reina Isabel. En cuanto a Bogotá y Lima, tampoco son destinos desconocidos para Browne. Este ex parlamentario del partido liberal y hoy viceministro para América latina y encargado de la promoción de las Olimpíadas y Paraolimpíadas Londres 2012, estuvo en la capital colombiana para la asunción de Santos en 2010 y repitió esa visita a mediados del año pasado, en anticipación de la del mandatario colombiano a Londres. En cuanto a Humala, será la primera vez que se reúnan, luego de que Browne estuviese en Lima para la jura presidencial del peruano el año pasado.

Si bien en la agenda bilateral argentino-chilena están anotados temas jurídicos (la extradición del guerrillero chileno Galvarino Apablaza, la causa del ex juez argentino prófugo en Chile Otilio Romano, y un acuerdo en conjunto para la donación de órganos), económicos y comerciales (una obviedad de perogrullo: las trabas arancelarias de Guillermo Moreno), y definiciones de peso para la integración física como son los túneles transcordilleranos binacionales en San Juan y Mendoza, desde el subtexto aflora, como viene sucediendo desde fines de 2011, la causa Malvinas.

Entre los temas más tangiblemente "malvineros" está, por ejemplo, el futuro del vuelo semanal de LAN desde la sureña Punta Arenas a las islas, ahora que la presidente Kirchner propuso conectar a los kelpers con el continente mediante tres vuelos semanales de Aerolíneas Argentinas. No está claro aún si la línea de bandera chilena continuará volando a Malvinas, aunque en Chile dicen que de suspenderse, LAN y la administración Piñera se sacarían de encima un incordio económico, -porque esos vuelos van a pérdida.

Apoyo chileno

Pero sin duda, lo que más claramente emerge a la superficie es la posición hasta ahora adoptada por Santiago en la cuestión Malvinas, respaldando a la Argentina en su reclamo y al mismo tiempo pidiendo para que Buenos Aires y Londres reanuden las negociaciones. En Naciones Unidas, tanto en la Asamblea General como en el Comité de Descolonización, Chile siempre votó con Argentina en lo referido a las islas. En la OEA, desde 1982 (y no desde que el chileno José Miguel Insulza está al frente), el país vecino viene manifestando su "interés hemisférico permanente" sobre el tema Malvinas. En el marco de la Unasur, Mercosur y Celac, Chile suscribió las últimas declaraciones sobre prohibición del ingreso a puertos sudamericanos para barcos con bandera de Malvinas, considerada "ilegal" por la Unasur desde noviembre de 2010.

En cuanto a la política "especial" para Punta Arenas -no sólo el puerto más austral en territorio chileno sino el otro único eslabón de comunicación continental con las islas, además de los puertos patagónicos argentinos-, el gobierno de Chile dejó en claro que autorizaría "el ingreso y egreso de naves y aeronaves británicas con destino o desde las Malvinas en caso de circunstancias excepcionales derivadas de catástrofes naturales, emergencias humanitarias o situaciones especificas que así lo ameriten". Hay una excepción en esa regla: las naves comerciales británicas y buques con fines científicos. Ese es el caso del buque rompehielos HMS Protector, en campaña a la Antártida, que solicitó permiso para navegar aguas territoriales chilenas entre el 16 de abril y el 1 de junio de 2012, y para realizar "una visita informal" al puerto de Valparaíso del 21 al 26 de abril próximo.

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