domingo, 14 de diciembre de 2008

Recordando al Lotus Seven Argentino

Algo que parecía imposible: poder gozar de las virtudes y las incomodidades de un verdadero auto deportivo; el LOTUS SEVEN fabricado en la Argentina con material argentino. Antes de fin de año serán entregadas las primeras unidades de una producción mensual limitada.
Hace unos años una revista inglesa resumió sus impresiones de manejo del Lotus Seven en muy pocas líneas y de la siguiente manera: "El Lotus Seven es un auto realmente deportivo. Tan deportivo que es necesario que el comprador disponga de por lo menos dos cosas: un sobretodo bien grueso para anular parcialmente las vibraciones que se transmiten del chasis y evitar que se caiga la dentadura completa y una novia muy comprensiva que esté dispuesta a hace malabares para subir a su auto, adoptando las posiciones más insólitas y ridículas que mente humana haya imaginado. En invierno se morirá de frío y en verano de calor ... pero pese a todo esto es un auto sensacional.
Lo que en otro auto es imperdonable, en el Lotus se hace llevadero por la alegría y satisfacción que a uno lo envuelve cuando está tras el volante ...". Esta es, sin temor a equivocarnos la mejor definición de un auto realmente sport o deportivo y, en este caso, de las sensaciones que se sienten al conducir un Lotus Seven. Es un aparato agradablemente incómodo.

¿De donde salió ese bicho?
No es un chiste, es una verdad: El Lotus Seven es el que siguió al Lotus Six. Su aparición se produjo a mediados de 1957, año en que se construyó el primero y que como sucedió a través de más de una década se vendió en "kits" (cajones) para que el comprador lo armara, como un rompecabezas. Fue una especie de gusto que se dio Colin Chapman, trasformándose en un buen negocio debido a la demanda surgida entre el público inglés por el nuevo y personalísimo Seven. Su chasis era tubular y aprovechaba muchas soluciones que anteriormente utilizara el Mk 11 -pues el Seven no salió correlativo al Six sino mucho después-, versión que obtuvo triunfos importantes en el campo deportivo. Desde el '57 hasta nuestros días los cambios a que fue sometido fueron muy pocos y sólo se redujeron a cambios en el aspecto exterior del auto. La base de su estructura perdura.
En sus comienzos fue motorizado con un BMC "A" que usaba el Austin Healey Sprite de 1.000 cm3. Mas tarde fue reemplazado por 105 E Ford de 1.100 cm3 original del Anglia con opción al 109 Cosworth de 1.300 cm3, todos con árbol de levas lateral. En estos momentos se ofrece con dos motores a elegir; un 1.300 cm3 original del Escort y el Cortina versión calle (sin rabia y vacunados) y una unidad de 1.600 cm3 denominado Cross Flow con admisión a la derecha y escape a la izquierda, tapa de cilindros plana y pistones cóncavos, que eroga unos 94 HP SAE. El carburador, un Weber 36-36. Leyendo los datos no es como para alarmarse; pero si pensamos que el peso del Seven es de apenitas 520 kilos, llegamos a una relación peso / potencia de 5.53 kilos por HP, que es una cifra más que interesante si lo comparamos con un Torino 380 W que está en los 8.37 kilos por HP.

Todo esto por tan solo 800 libras y el privilegio de poseer un Lotus, que por lo menos tiene en la trompa un escudo similar al que Graham Hill ostenta en su 49 de Formula 1. Además, el gusto de viajar a 185 Km/h sin inconvenientes y doblar de cualquier forma en cualquier lado sin preocuparse demasiado. El largo total del auto es de 3.34 metros. De trocha tiene 1.20 metros y una distancia entre ejes de 2.23 metros. La altura del Seven sin capota (al borde superior del parabrisas) es de 1 metro clavado y con capota 1.10 metros. De ancho, 1.55 metros. Chiquito ¿no?.

La idea se venia maquinando. Se empezó a trabajar los primeros días de enero de este año. Tres amigos que se transformaron en socios comenzaron a materializarla. Edgardo Boschi, Jorge Mutio (uruguayo) y Richard Vignoles (inglés, 30 años) con Jorge González (ex empleado de Formisano y Crespi) que se dedicó al armado y compartió desde el primer dia el nacimiento del primer Lotus Seven argentino. En los múltiples de escape y soldadura de caños, etc., se desempeñó el uruguayo José Mota. En poco más de cuatro meses el Lotus Seven estaba terminado. "Este auto no tiene un solo tornillo importado, es argentino de pies a cabeza", dice Richard Vignoles (con cursos especializados en Ford Daegham de Gran Bretaña y en Lotus Cars en el departamento de Componentes), con mucho orgullo por el que considera en gran parte "su" auto.

Precisamente Vignoles fue el encargado de interiorizarse de la construcción del Seven. Estuvo en fábrica, trató con los técnicos e ingenieros de Gran Bretaña, él mismo armó el Seven que trajeron a Buenos Aires y que sirvió de molde patrón para realizar la versión criolla. "Lo armé de punta a punta. Lo desarmé en Buenos Aires, copiamos las geometrías de suspensiones y la estructura del chasis fielmente, sin ningún tipo de tolerancias y lo volví a armar... y ahí está tal cual lo ven. Lo único que hicimos fue cambiar los amortiguadores por otros más blandos y adaptar el auto a nuestras calles, porque cuando lo trajimos casi no se podía andar... era una cosa insoportable.”.

Allí en el garaje de la casa de Boschi en Vicente López se engendró el Lotus Seven argentino. Dos Lotus amarillos con franja verde británica al medio, de aspecto similar. Sólo las llantas de diferencia (las del original son de magnesio) y la toma de aire de los carburadores, que en lugar de estar a la derecha, en el nacional está colocada sobre la izquierda debido a la ubicación del múltiple de admisión. El made in argentina es muy superior al producto inglés en lo referente a terminación. El tablero, los ensambles de chapa y tapizado y dan una impresión mas exquisita y detallista en nuestro Lotus Seven.

Posiblemente esté rodando por nuestras calles para el mes de octubre. Estará equipado con mecánica Fiat 1500. Motor de serie con un múltiple diferente, ya que el caño de escape es lateral y a la vista, con un solo silenciador -o silencioso, como dice Vignoles-, mientras que el carburador y su múltiple son los de serie. En suma unos 75 HP reales que le darán una salud interesante y le permitirán desarrollar sus 165 km/h. sin mayores inconvenientes. La caja de cambios es también Fiat de cuatro marchas con relaciones del 1500 y el trambalador modificado. El puente trasero también es de 1500. Es decir toda la mecánica será Fiat, por lo que se garantiza robustez y la ventaja que significa tener elementos de serie en un auto deportivo y que permiten hacer viajes insólitos sin mayores problemas de repuestos. Y eso es importante.

Por rara coincidencia el diferencial de Fiat es exactamente igual al del Escort que usa el Seven de Gran Bretaña, pero el sistema de suspensión es Lotus. Usa amortiguador concéntrico al espiral colocado en forma totalmente perpendicular al eje, con dos reactores longitudinales y un sistema de triangulación simétrico hacia atrás tomado sobre la parte superior de la bocha del diferencial. ¿Por qué? “Es el que más se asemejaba al original y que mejor se adaptaba al auto. Además tiene una buena caja y diferencial...", es la explicación de Boschi.

Anduvimos en los dos. En el genuino y en el nacional. Puede que lleguen a pensar que somos unos nacionalistas recalcitrantes, pero se equivocan, sólo tratamos de ser objetivos.
Primero salimos con el inglés. Ricard Vignoles al volante -nosotros no pudimos probarlo porque la pedalera estaba a la medida de él y a nosotros nos quedaba corta- y Parabrisas-Corsa en el asiento de la derecha. El arranque fue instantáneo. El ronroneo del Cross-Flow era muy agradable. El caño de escape dejaba escapar su sinfonía. Una primera larga y el auto salió arando. Pero arando en serio. Tomamos Libertador y lo fajamos en forma. Una tercera de 130 km/h, y 150 km/h. en cuarta... después tuvimos que levantar porque la caminera de Martínez estaba cerca. Un empuje impresionante. Un aceleración escalofriante. Casi increíble. Superior a la de cualquier auto en el que alguna vez hayamos subido.

Excelente estabilidad -casi inesperada- y una potencia que permite corregir errores, secundada por neumáticos Dunlop radiales especiales para lluvia. Quedamos encantados, pero nos interesaba más “el otro". El motor estaba en ablande (apenas 300 kilómetros hechos) y no se le podía bajar la chancleta como hubiésemos deseado. Una o dos veces se lo pisó a fondo y el coche respondió a las mil maravillas. La suspensión es más agradable y el andar más cómodo. La terminación netamente superior. El cockpit es reducido pero muy cómodo una vez que el conductor tomó posición de manejo.

El asunto es entrar. El volante está bastante alejado y el ángulo ideal de unos 110 grados formado por los brazos es la posición natural apenas uno se acomoda. Todos los instrumentos son visibles y la palanca de cambios está montada a centímetros del volante al igual que todas las llaves del tipo Smiths (vulgo Di Tella). Dobla como una diosa griega y la dirección al igual que en el inglés es súper directa (vuelta y media de tope a tope). La pedalera es del tipo fórmula, con pedales muy juntos, pero una vez que se les tomó la mano -o mejor dicho el pie- son maravillosos. El punta y taco sale solo. Los frenos son netamente superiores al británico.

Conclusiones
Nadie podrá decir jamás que es un coche sin personalidad porque eso es lo que precisamente le sobra. No es estético, no es fluido, pero tiene ese “noséqué" que lo hace irresistible y deseable. Destila carácter y tiene, dentro de su aspecto funcional, detalles de exquisitez.
La idea -y por qué no "sueño"- de Boschi, Mutio y Vignoles se ha concretado. El Lotus Seven ha cobrado forma y en pocas meses tendremos los primeros ejemplares por nuestras calles, aunque su fabricación será en pequeña serie, alrededor de seis por mes. Habrá que anotarse ya mismo.
El primer paso ha sido dado. El segundo posiblemente sea mucho más importante, más ambicioso. Pero por ahora ocupémonos del Seven, que tiene que ser razón de orgullo para todos. Un verdadero auto deportivo, para una selecta minoría que esté dispuesta a sufrir incomodidades agradables.

Por Carlos Fernando Figueras
Fotos: Osvaldo Varone
Revista Corsa Nro 165. Junio de 1969
Fuente: Test de Ayer - http://www.testdelayer.com.ar/lotusseven.htm
Agregado:
Marca: LOTUS SUPER SEVEN (Original)
Año de fabricación: 1957
País: Gran Bretaña
Motor: Ford o VMA de cuatro cilindros en línea
Potencia: 130 HP
Transmisión: Caja de cambios manual de cuatro velocidades
Tracción: Posterior
Velocidad máxima: 160 km/h
Aceleración (0-100 km/h): 5"
Suspensión: Delantera independiente, trasera de eje rígido
Frenos: Discos delanteros y tambor traseros
Peso: 540 kg
Datos adicionales: Creado por Colin Chapman. Interior sencillo y deportivo

2 comentarios:

  1. Muy Bueno.- Sr. Figueras, con el mayor de los respetos,quien y cuando fabricarán los Seven yo literalmente estoy muy interesado. Muy cordialmente José Luis Burgues Drake. pragasnawser@yahoo.com.ar,o bien a mi celular 153 498 9216,espero sus novedades,gracias.-

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  2. Yo tambien quiero uno de fabricacion Argentina?? dejo mi mail por si tienen mas info...

    alejandro.cinelli@hotmail.com

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