Matt Syrett habló del trágico caso de la embarcación argentina desaparecida el 15 de noviembre en el Mar Argentino con 44 tripulantes a bordo.
Capitán del HMS Protector, Matt Syrett Foto:Marcelo Silvestro
La Terminal 5 del Puerto de Buenos Aires ofrece por estos días una estampa inusual. Dos buques rompehielos están amarrados a pocos metros de distancia. En uno, flamea la bandera argentina, es el ARA Irízar. En el otro, flamea la insignia británica. Es el HMS Protector, el rompehielos que fue desplegado desde las Islas Malvinas para participar en la infructuosa búsqueda del submarino ARA San Juan, desaparecido el 15 de noviembre pasado en el Mar Argentino con sus 44 tripulantes.
La visita del Protector, y los honores que le han tributado la Marina y el Gobierno, marcan un nuevo hito en el acercamiento entre el Reino Unido y la Argentina que propició la administración de Cambiemos. Se suma a otros gestos de cercanía, como la visita de familiares de soldados caídos en las Malvinas y el proceso para identificar la identidad de 90 tumbas en el cementerio de Darwin.
El capitán del Protector, Matt Syrett, es la principal autoridad que llega al país con el buque. Ofreció el miércoles una recepción a personal de la Armada Argentina y el Gobierno, que estuvo representado por el vicecanciller Daniel Raimondi. Este jueves, recibió a la prensa y, tras una visita al moderno buque rompehielos, respondió a todas las preguntas. Incluso a la más incómoda:
-En la Argentina hay mucha gente que cree que la marina británica estuvo involucrada en la desaparición del San Juan. Incluso algunos de los familiares de la tripulación. ¿Qué les diría usted?
-El único involucramiento que tuvo la Marina Real Británica en el caso del submarino argentino fue a partir de los esfuerzos realizados por este barco en el operativo de búsqueda y rescate. Es una pena que alguien pueda creer eso, porque con toda seguridad no es cierto.
-Se sospecha que el ARA San Juan estaba espiando a las fuerzas británicas, ¿qué cree usted?
-Creo que es poco probable, pero otras personas deberían aclararlo. La actividad normal de un submarino puede parecer a muchas personas una actividad de espionaje. Pero para mantener seguro a un submarino se debe tener toda la información sobre el estado del mar, el clima, la posición de barcos -especialmente los pesqueros, por las redes- y otras informaciones. Pero incluso en el caso de que fuera así, lo más importante es la pérdida de las familias. Nuestro deber como marineros es responder al pedido de auxilio, sin importar las circunstancias.
-¿La posición de un buque es un secreto, o es algo que saben los dos países en todos momento?
-El ejemplo que le daría es el del HMS Protector cuando llegaba a Buenos Aires. Salimos del Puerto de Montevideo, tuvimos que esperar un poco para iniciar la maniobra de ingreso, pero una vez que entramos al canal de ingreso, a los 14 minutos nuestra posición había sido informada por un usuario de Twitter. No hay sorpresas. La normativa internacional requiere mantener encendido el sistema de identificación AIS. Este es un buque para misiones pacíficas, pero también las naves militares deben informar en todo momento su posición. Los submarinos, que van bajo la superficie, no lo hacen. Esto vale tanto para los nuestros como para los de la Argentina. Pero es el modo en que operan los dos países.
-Cuando un buque ruso, similar a este, navegó cerca del Reino Unido, la BBC señaló que podía realizar operaciones de espionaje. ¿No deberíamos preocuparnos los argentinos por la presencia del Protector?
-Este es un barco de investigación. Toda la información que recolectamos durante la búsqueda del ARA San Juan la hemos compartido con los argentinos. Así, pueden saber cuál es la capacidad de nuestros instrumentos. O pueden ir al fabricante, nuestras capacidades están en google o la revista Jane, también están ustedes invitados a conocer cualquier parte del buque. No hay ningún secreto que esconder.
-Autoridades militares británicas sugirieron que se podrían realizar ejercicios conjuntos entre las dos armadas para practicar situaciones de búsqueda y recate. ¿Cree que es posible que ocurra en el futuro?
-En mi opinión, tiene sentido. Cuando hay un abanico de capacidades desplegadas, desde buques, helicópteros o rompehielos como el Irizar y el Protector, es natural que busquemos formas de trabajar juntos por el bien común. Con toda probabilidad, el número creciente de turistas que va cada año a la Antártida, nos obligará a ayudar a civiles en el futuro. Por eso, cualquier modo en que podamos mejorar el modo en que nos comunicamos y trabajamos en conjunto será muy importante.
-El trabajo en la Antártida se hace bajo un tratado internacional, cree que es posible ampliar este marco al resto del Atlántico Sur, a pesar de que aún persistan disputas sobre la soberanía?
-Creo que si podemos seguir ese camino, debemos hacerlo. Si podemos trabajar por la seguridad de las personas en el mar y el bien común, ¿por qué no hacerlo?. Durante esta visita invitamos a oficiales argentinos para que nos acompañen en la campaña antártica del año próximo y a mi me interesaría que algunos de mis marinos también pudieran embarcarse en el Irízar. Queremos aprender de quienes más conocen la Antártida.
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