De Jujuy a Chubut, la Comisión de Monumentos y Lugares Históricos pondrá en valor catorce sitios de interés cultural; viejos caseríos, colonias judías y parajes de pescadores.
Foto: Archivo.
Más allá de los grandes centros urbanos, el país posee centenares de poblados con valiosa arquitectura que buscan ser rescatados del olvido. Desde colonias judías hasta antiguos lugares mineros, pasando por ruinas jesuíticas o caseríos de adobe. Para conservar y proteger su patrimonio, se lanzó un programa que declarará a trece de ellos pueblo histórico nacional.
El primero de la lista fue Yaguareté Corá, un rincón de los Esteros del Iberá fundado por las misiones jesuíticas, que legaron iglesias y construcciones emblemáticas de la época. Así, tras ungir el 4 de octubre a este pueblo correntino, en los próximos días seguirán con Camarones, en Chubut, donde se restaurará la Casa Faro Leones, una enorme construcción abandonada en la década del 60 que pertenece a la Armada Argentina. Además de Camarones, en la misma provincia se rescatará el valor de Gaiman, localidad de inmigrantes galeses que arribaron a la Patagonia en 1865, reparando para eso los conjuntos arquitectónicos del centro y declarando monumento histórico nacional las capillas galesas de la zona.
La Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos anunció que la primera etapa de declaratorias abarcará 14 pueblos, cuyas obras serán restauradas con un presupuesto de 30 millones de pesos aportado por el Ministerio de Cultura de la Nación. A esto se sumará el aporte de organismos de crédito internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que financiaría obras como la de la capilla de Chamical, en Salta, donde se encuentran las tumbas de los soldados gauchos, y es exponente de la primitiva arquitectura colonial española. Por su parte, para reparar el Faro Leones se gestionaría otro crédito con ese organismo, de 20 millones de pesos. A todo esto, se sumarán además recursos de las provincias, del Fondo Nacional de las Artes (FNA), de fundaciones, empresas privadas y del Ministerio de Turismo y de Interior y Obras Públicas.
Con el riesgo de convertirse en pueblos fantasma, en parte por el éxodo del campo a la ciudad, las declaratorias se realizarán a partir del consenso, no sólo de los funcionarios, sino de los habitantes de cada lugar. Además son ellos mismos quienes, coordinados por la Comisión de Monumentos, se encargarán de las obras. Una vez que concluyan las restauraciones, cada villa pasará a formar parte de la Red Pueblos Auténticos, una propuesta del Ministerio de Turismo para incentivar la llegada de visitantes a sitios menos conocidos.
"Por primera vez se encara un proyecto que incluye el financiamiento de obras. Armamos una estrategia para la puesta en valor de la identidad, dar trabajo y generar una dinámica que promueva el desarrollo de cada uno de estos lugares", explicó a LA NACION la presidenta de la Comisión de Monumentos, Teresa Anchorena. "Ante todo se trata de una herramienta de inclusión y desarrollo cultural. Una visión innovadora que nos obliga a trabajar en equipo entre distintas áreas de nuestro ministerio junto a otros ministerios y agencias estatales", agregó el ministro de Cultura, Pablo Avelluto.
Uno de los lugares que lucharon con más fuerza para que su cultura sea revalorizada es el Centro Histórico de Goya, al borde del Paraná. Su casco histórico es de los más bellos del país, pero los habitantes temen que se concreten proyectos inmobiliarios en danza que contemplarían la demolición de la zona histórica.
También en la olvidada isla Martín García, donde habitan cien personas y que cumplió 500 años, tras la declaratoria se recuperarán el Teatro Urquiza y el faro, que es un monumento histórico nacional abandonado desde hace décadas.
En La Cumbre, Córdoba, pondrán en valor el patrimonio del pueblo junto a El Paraíso, la casa de Manuel Mujica Lainez. Allí, el actual museo se complementará con una residencia para artistas, proyecto impulsado por el FNA. En la provincia se trabajará en las construcciones típicas de Villa Tulumba, uno de los sitios más antiguos y pintorescos de la zona. Entre las obras se destacan la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, del año 1882.
En la jujeña San Francisco de Alfarcito, una localidad sísmica de 160 habitantes y origen prehispánico, destacarán las sencillas edificaciones de adobe y piedra, enmarcadas por el cordón montañoso de la Puna. La Carolina, villa minera con yacimientos de oro descubiertos en 1785, también será reparada. Y en Tucumán refaccionarán las casas históricas del pueblo de Medinas.
Guanacache, Mendoza, posee una capilla de adobe, Nuestra Señora del Rosario, monumento histórico nacional, que en la actualidad está siendo restaurada por los habitantes del lugar, los huarpes.
Asimismo, las colonias agrícolas judías tendrán lugar en la declaratoria de pueblos históricos. Colonia Avigdor, Entre Ríos, fue quedando vacía de gente y de proyectos con el correr de los años. Ahora, para darle impulso, se recuperarán pequeñas industrias relacionadas con la agricultura y ganadería, y edificios históricos. En Moisés Ville, Santa Fe, pondrán en valor las sinagogas Barón Hirsch, Brener, Obrera y Lituana. Moisés Ville es la primera colonia judía agrícola independiente de la Argentina. Nació en 1889, a partir de la llegada de un grupo de 136 familias judías provenientes de la actual Ucrania.
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