Se busca achicar gastos; esperan que haya resistencia a la medida.
El plan de reforma que analiza el ministro de Defensa, Oscar Aguad, comprende un tema que siempre es mirado con recelo en la comunidad castrense: la posible reducción de bases y unidades militares.
Como primer paso, Aguad pidió a los jefes del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea que evalúen escenarios de posibles mudanzas, cierres o fusiones de las brigadas y dependencias en su órbita y le envíen un informe.
Así lo revelaron fuentes castrenses a LA NACION, que insistieron en que la decisión final sobre el posible traslado de unidades estará en manos del ministro Aguad o, incluso, más arriba: el presidente Mauricio Macri. "La intención es reducir gastos, pero también fortalecer la integración logística, a partir de una mejor optimización de los recursos", confió a LA NACION una fuente militar.
Las alternativas que se manejan son eliminar algunas bases o fusionarlas con otras. Incluso, llegado el caso, en un mismo predio podrían convivir unidades de distintas fuerzas.
Si bien no se espera un enérgico rechazo a una posible reducción de cuarteles y bases militares, los que transitan las unidades son conscientes de la inserción de los militares y sus familias a la vida económica y social de las ciudades en que se desenvuelven. "Es un argumento similar a los ferrocarriles. Cuando cerraron ramales, muchos pueblos se vinieron abajo. En cada unidad militar hay, al menos, unas 300 familias y una migración masiva por el cierre de una brigada o una base generaría trastornos, a los que muchos intendentes municipales se resistirían", evaluó un observador de la realidad castrense.
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