Busca aumentar un 26% la producción de hidrocarburos hasta 2022, abrir 200 nuevas estaciones de servicio, reducir el peso de la deuda y repartir ganancias; su conducción cree que es viable si logra reducir un 20% los costos
Foto: Miguel Gutiérrez y Daniel González, en las oficinas de YPF en Puerto Madero. Foto: YPF
Cuando cada mañana Miguel Gutiérrez revisa la cotización de la acción de YPF se le escapa un levísimo suspiro. Aunque desde que tomó el mando de la compañía el papel trepó 44%, cree que el mercado aún no advierte del todo el valor de la compañía que preside. "Si no me importara, me tendrían que echar", reconoció en una conversación con LA NACION. De eso se trató uno de los primeros diálogos que mantuvo con el CFO de la compañía, Daniel González, cuando desembarcó en la petrolera por pedido del Estado, principal accionista de la firma. "¿Cómo podemos hacer para hacer aflorar el potencial de YPF?", le preguntó.
En parte para responder a esa pregunta, pero también para adaptar la empresa a los nuevos tiempos del mundo petrolero y de la Argentina y relanzar su proyecto industrial, YPF anunciará hoy la puesta en marcha de un plan quinquenal que, al menos en el documento, propone una revolución de sus procesos, sus negocios y sus finanzas con propuestas altisonantes. Entre los principales puntos se destacan un monto de inversión anual en torno a los US$ 6000 millones (US$ 30.000 millones en el lapso, lo que la coloca primera en la lista de empresas inversoras); un aumento del 5% anual en la producción de hidrocarburos, la reducción del peso de la deuda sobre su contabilidad, un leve incremento de personal en el sector de exploración y producción, que está de capa caída a nivel mundial, y el objetivo de convertirse en un jugador de mayor peso en generación eléctrica.
La llave para que todo eso se cumpla pasa por los costos, como casi todo en la economía desde la llegada de Mauricio Macri al poder. "Necesitamos que nuestros empleados entiendan la magnitud del desafío que implica la ejecución de este plan", explicó Gutiérrez. El motivo: el plan quinquenal de YPF lleva implícita una reducción de costos del 20%. "Es un plan muy potente, realista, y la clave está en la capacidad nuestra de ejecutarlo. No está en el mundo exterior. No estamos esperando que algo mejore", afirmó el directivo.
La mejora de sus operaciones será obligatoria si se toma en cuenta que los cálculos contemplaron un precio del petróleo en torno a los US$ 50 por barril, muy bajo en comparación con otras épocas e incluso menor que la referencia actual, y un valor del gas entre US$ 5 y US$ 5,5 el millón de BTU, cercano a los US$ 4,9 en promedio que recibe hoy.
En paralelo, YPF intentará reducir el peso de la deuda. Hoy es de US$ 8000 millones, que representa a razón de dos veces su Ebitda (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones). Esa cifra debería bajar de cara a 2022 hasta 1,5 o 1,6 veces.
Ante la consulta, Gutiérrez negó que pretendan llegar a ese número en base a fuertes aumentos en las naftas y el gasoil, el principal ingreso de la compañía. Y González, que también participó de la reunión con LA NACION, resumió el objetivo de mediano plazo en pocos renglones: "Lo haremos en base a una combinación de volúmenes (vamos a producir y vender más), precios estables en dólares y un mayor margen por eficiencia de costos. Eso genera un mayor flujo de fondos que permite invertir en estos niveles, aun así pagar dividendos y bajar la deuda", sostuvo. "No hay que malinterpretar que se acabó el ajuste y es una fiesta de nuevo. Para poder cumplir este plan, tenernos que producir más con lo mismo", insistió.
En cifras concretas, el plan quinquenal contempla un aumento de la producción de hidrocarburos del 26% (sumados gas y petróleo) y acelerar el desarrollo de los recursos no convencionales (como los que extrae en Vaca Muerta), con un aumento del 150%. Si eso se cumple, para 2022 la mitad de la producción de YPF vendrá por ese camino.
Mientras un ojo estará puesto en Vaca Muerta, el otro apuntará a la explotación convencional, donde perforará 1600 pozos y tendrá en marcha 29 proyectos integrales. Y ambos mirarán la cotización de YPF. "Creemos que una compañía de este tipo tiene que tener dividendos. Pero tampoco podemos estresar la compañía para pagarlos. Desde 2019 iremos creciendo en el tiempo. Esto es otra parte de la normalización de la empresa", sostuvo el presidente de YPF. "El plan apunta a que tengamos un negocio sustentable y creciente. También a que, en base a ese plan, la compañía se valorice y tenga un norte claro", agregó.
En paralelo, siempre según las proyecciones de la empresa, buscará ampliar 50% sus reservas.Gutiérrez dijo y repitió que una de las claves para que el plan se concrete es mejorar la experiencia del cliente. YPF intentará atender esa demanda con tecnología e innovación. Abrirá 200 nuevas estaciones de servicio, que se sumarán a las 1539 que hoy tienen su bandera; se asociará "con líderes tecnológicos", e implementará una nueva "estrategia de marca".
Objetivo 2022
Mayor inversor - El plan quinquenal de la petrolera bajo control estatal contempla un desembolso anual estimado en torno de los US$ 6000 millones, que la convertirán, por mucho, en la mayor inversora local.
Ventas y producción - La empresa espera extraer 26% más de hidrocarburos (petróleo más gas), que serán claves para mejorar su facturación.
Reservas - En los próximos cinco años, según el objetivo de la petrolera, deberá incrementar 50% sus reservas de hidrocarburos, algo fundamental para su negocio a futuro.
Electricidad - YPF invertirá US$ 2000 millones para duplicar su potencia instalada. Eso la llevaría del quinto al tercer lugar entre los generadores privados.
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