El Gobierno enfrenta la necesidad de dominar esas variables; optimismo en los mercados.
La contundente victoria electoral del Gobierno no cambia prácticamente en nada el escenario económico. Aunque sí le da más fortaleza para enfrentar los desafíos inmediatos y de mediano plazo. En esa lista, inflación y déficit fiscal (y la contracara de éste, el creciente endeudamiento externo) aparecen como las dos variables a vigilar más de cerca, especialmente si Mauricio Macri está pensando en la continuidad de Cambiemos en el poder más allá de 2019.
Al conocerse el dato de inflación de septiembre (1,9%), conocido el jueves 12, varios analistas acariciaron el botón de la alarma. "Más allá de la influencia de los fenómenos estacionales, en septiembre el hecho relevante y preocupante es que la inflación núcleo, si bien está cayendo, lo hace a un ritmo bastante menor que el proyectado por las autoridades monetarias para cumplir con la meta inflacionaria de este año", advirtió en un informe Gustavo Reyes, economista del Ieral.
Según su análisis, "la inflación es un problema de exceso de pesos en la economía y, por lo tanto, la emisión monetaria es siempre un factor crucial". Tal variable, asegura Reyes, "en el último año se ha mantenido en niveles muy elevados, cercanos al 28% anual".
De allí que resulta crucial, al mismo tiempo, achicar la brecha fiscal, que el ministro Nicolás Dujovne espera reducir al 4,2% del PBI este año y al 3,2% el próximo.
Amílcar Collante, del Cesur, resalta que el déficit fiscal sigue siendo elevado y advierte: "La dominancia fiscal seguirá estando presente". "Los agregados monetarios crecen aceleradamente -por encima del 30% interanual- y el instrumento elegido por el BCRA está sobreexigido. La tasa de interés sola no puede", acota.
La pelea contra la inflación tiene tropiezos por delante: antes de fin de año volverán a aumentar las tarifas de servicios (seguro, energía eléctrica, gas y agua, y para los primeros meses del año próximo quedaría el transporte público). Más pronto, hoy mismo, aumentarán los combustibles. Según Collante (y en eso coinciden varios analistas), con esos aumentos hay cerca de 4 puntos de inflación que pasarán a la cuenta de 2018 sobre la base de esos ajustes.
Si la inflación se instala en un piso del 1,5% mensual, muchos de los miles de tomadores de crédito hipotecario que están disfrutando del hecho de haber podido acceder a la vivienda seguramente se preocuparán ante la persistente indexación de las cuotas. Y el tercio de la población que está bajo la línea de pobreza, obviamente, estará un poco peor.
Para mirar en lo inmediato, anoche pocos dudaban: hoy los mercados terminarán de dar su veredicto con la confirmación del triunfo del Gobierno. "Pero será un vuelo corto, de un par de días, hasta que empiecen las negociaciones en serio en el Congreso y con los gobernadores", señaló un experimentado operador y analista financiero. "Los mercados van abrir en positivo ante la mirada aliviada de los fondos de inversión internacionales, que esperaban la confirmación del rumbo y la afirmación política del Presidente", completó.
"El Gobierno contará con el capital político para que la gobernabilidad deje de ser un problema", planteó la consultora Abeceb en un informe. Y estimó que "es probable que en 2018 se resignifique el gradualismo, dándole velocidad a varias reformas estructurales orientadas a impulsar la competitividad de la economía argentina". Destacó en ese orden la reforma fiscal, la mejora de la infraestructura, la reforma del mercado de capitales y una reducción de costos laborales no salariales.
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