La traza alcanzará 18 kilómetros entre Caballito y Castelar; se suprimirán 51 pasos a nivel con barrera; los trabajos habían sido prometidos originalmente en 2006, pero recién empezaron ayer
En un obrador cercano a las vías en Haedo, la máquina bautizada Argentina fue puesta en funcionamiento. Foto: LA NACION / Emiliano Lasalvia
El 13 de septiembre de 2011, once personas murieron cerca de la estación de Flores. Viajaban en el interno 52 de la línea 92 de colectivos, que fue embestido por dos formaciones del tren Sarmiento al cruzar el paso a nivel de la calle Artigas. Ese año debía haberse puesto en funcionamiento la tuneladora para soterrar la línea ferroviaria. Pero la máquina no avanzó siquiera un centímetro.
Entre 2014 y 2016 se produjeron 138 siniestros sobre las vías, con un saldo de 66 víctimas, entre las fallecidas y las heridas. En ese tiempo tendría que haber concluido la obra entre Caballito y Castelar, con lo que se habrían suprimido los pasos a nivel con barrera que fueron escenario de esos sucesos. Pero la Argentina, como fue bautizada la tuneladora, no se puso en marcha hasta ayer.
Debieron pasar diez años, seis anuncios fallidos y mucha tragedia sobre las vías, sin contar los 54 muertos en las tragedias de Once y Castelar, para que el Estado argentino comience a pagar una antigua deuda con los pasajeros del Sarmiento. Desde la estación Haedo, en sentido a Caballito, partió ayer la máquina de 125 metros de largo para iniciar el primer tramo del soterramiento, de unos 12 kilómetros.
Al finalizar ese trayecto, se realizará el túnel entre Haedo y Castelar para completar los 18 kilómetros previstos. Entre Castelar y la cabecera de Moreno -pasando por las estaciones Ituzaingó, San Antonio de Padua, Merlo y Paso del Rey- las formaciones seguirán transitando por la superficie.
Hoy, el Sarmiento transporta 200.000 pasajeros a diario y el objetivo es ampliar la capacidad de transporte en un 70%, para llegar a los 350.000 en cinco años. Otra meta es reducir el tiempo de viaje y la frecuencia: los 50 minutos que demanda el viaje entre Once y Castelar podrían bajar a 35 y el tiempo de espera, de diez a cinco minutos.
Además, la obra aportará otro factor fundamental: mayor seguridad para peatones y automovilistas, porque, entre otros cambios, permitirá eliminar 51 pasos a nivel con barrera tendidos en este corredor ferroviario paralelo a la avenida Rivadavia. Para reemplazarlos, se prevé construir al menos 15 pasos a distinto nivel y ocho estaciones subterráneas en toda la extensión de la traza.
"Éste es un proyecto largamente postergado y hoy [por ayer] lo estamos reactivando, como parte de nuestro compromiso con el transporte público de calidad", dijo el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, en la puesta en marcha oficial de la tuneladora, acompañado por el presidente Mauricio Macri. "De haberse hecho en tiempo y en forma, se hubiesen evitado muchas tragedias. Estamos transformando la manera de viajar en los trenes metropolitanos y el soterramiento es un proyecto fundamental para mejorar la vida de las personas", agregó desde los talleres de Haedo.
Anoche, al finalizar el día, la tuneladora Argentina había perforado los primeros 20 metros del largo túnel. Esa distancia avanzará a diario, y alcanzará los 600 metros mensuales, producto de una operatoria que se realizará durante las 24 horas los siete días de la semana.
El plazo de ejecución de la obra es de cinco años, en los que se invertirán 3000 millones de dólares, aportados por el gobierno nacional. Durante ese tiempo, también se prevé la instalación de vías nuevas y del tendido eléctrico subterráneo. Para poder concretar todos los trabajos, se estima que se generarán 10.000 puestos de trabajo, según esperan en el Ministerio de Transporte.
Apenas unos metros
La enorme oruga demandó unos ocho meses de reparación y puesta a punto antes de comenzar a excavar en Haedo. Había llegado al país el 14 de septiembre de 2011, cuando la recibió el entonces secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi. "Es una obra que tenemos pensada realizar en 44 meses", dijo en ese momento. Los ex presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner también se sumaron a la euforia de los anuncios (ver aparte). Cinco años después, las 2500 toneladas de hierro avanzaron apenas unos metros.
La tuneladora abrirá un túnel de 18 kilómetros de largo y 11,26 metros de diámetro, a una profundidad de 22 metros, por lo que no afectará el servicio del tren. A medida que avance y perfore la tierra con los discos giratorios de corte, la máquina permitirá consolidar el túnel con piezas de hormigón armado denominadas dovelas y fabricadas en un predio de Haedo.
Las dovelas son introducidas en la excavación y montadas sobre un dispositivo que las fija a las paredes subterráneas para formar el túnel. Mientras tanto, una cinta transportadora extrae la tierra excavada hacia la parte trasera de la tuneladora para depositarla en la superficie.
Cinco empresas tendrán a su cargo el proyecto: la italiana Ghella, la argentina Iecsa, la brasileña Odebrecht y las españolas Comsa-EMTE, que formaron una unión transitoria de empresas (UTE). El Gobierno espera concluir la megaobra en 2021, para mejorar la movilidad de cientos de personas.
Las promesas kirchneristas
Febrero 2006 - Néstor Kirchner llamó a licitación de la obra por $ 300 millones
Agosto 2007 - Kirchner realizó la apertura de sobres
Diciembre 2008 - Cristina Kirchner anunció la adjudicación de la obra
Junio 2014 - Jorge Capitanich prometió que la obra empezaría "en el tercer trimestre" del año
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