Con cabezas nucleares hirpersónicas, está pensado para evadir el escudo y el sistema de misiles de crucero de EE.UU.
Quien piense que la vieja doctrina de la destrucción mutua asegurada es cosa del pasado anda muy equivocado. Todo comenzó de nuevo cuando, en el 2001, George W. Bush se retiró del tratado ABM de reducción de misiles, firmado con la Unión Soviética en 1972.
Ahora, Rusia acaba de presentar, difundiendo imágenes por primera vez, el misil balístico intercontinental (ICBM) más poderoso del mundo, con una capacidad destructiva de 40 megatones, es decir, 2.000 veces la bomba de Hiroshima (15 kilotones).
Su nombre oficial es MS-28 Sarmat, pero ya es conocido como Satan 2 en la terminología de la OTAN, que asimismo es utilizada por medios rusos en inglés. El pasado mayo, la agencia rusa Sputnik lo presentó como capaz de destruir un territorio “del tamaño de Texas o Francia”.
Según la web rusa Prava.Ru, el Satan 2 entrará en producción y será desplegado en el 2018 –al parecer, dos años antes de lo previsto- y sustituirá al RS-36M (SS-18 Satan, en la terminología OTAN) un modelo que data de los años setenta-ochenta y al que le toca ser sustituido debido al desarrollo del escudo antimisiles estadounidense, un sistema parte del cual se aloja en la base española de Rota. Al parecer, la mayoría de los Satan –que en su día fueron los ICBM más potentes- han sido ya retirados, mientras que el Centro Estatal de diseño de Cohetes Makeyev empezó a trabajar en el nuevo misil en el 2010, en respuesta al desarrollo del escudo norteamericano.
Además del escudo antimisiles, otra preocupación para las Fuerzas de Misiles Estratégicos de Rusia es la doctrina estadounidense llamada Prompt Global Strike (PGS), o “ataque global rápido”, consistente en el lanzamiento casi simultáneo de misiles de crucero no nucleares tanto desde tierra como desde el mar o el aire, hasta más de 4.000 según cálculos rusos.
El Satan 2 puede ir equipado con 10 cabezas nucleares pesadas o 16 ligeras, o una combinación que incluya contramedidas electrónicas para esquivar el escudo antimisiles. Con un radio de acción de 10.000 kilómetros, uno solo de estos cohetes puede dispersar sus ojivas nucleares sobre un territorio del tamaño de Francia o del estado norteamericano de Texas, o bien toda la costa este de Estados Unidos, y arrasarlo.
El pasado abril se hicieron ensayos con el llamado Proyecto 4202, una cabeza nuclear hipersónica montada en el Satan 2, capaz de volar, después de separarse del misil, a entre siete y doce veces la velocidad del sonido, al menos en teoría. Esto la haría imparable. EE.UU., según la agencia Sputnik, está trabajando en el mismo tipo de proyecto, en concreto el misil hipersónico Boeing X-51A, con un alcance de 500 kilómetros después de ser soltado por un bombardero estratégico B-52. Este misil, entienden los rusos, forma parte del sistema PGS. China está investigando asimismo en la misma línea.
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