(La Nación) - Un informe de La Cornisa asegura que los máximos responsables de la Superintendencia de Coordinación Administrativa de la Policía bonaerense habrían recaudado más de cuatro millones y medio de pesos por fin de semana.
Revelan una nueva manera de recaudación ilegal por parte de jefes policiales de la provincia de Buenos Aires. Foto: Archivo
El programa La Cornisa, dirigido por el periodista Luis Majul, emitió un informe en el que muestra otro caso de corrupción policial en la provincia de Buenos Aires. Los máximos responsables de la Superintendencia de Coordinación Administrativa de la Policía de la Provincia de Buenos Aires habrían recaudado más de cuatro millones y medio de pesos por fin de semana de manera ilegal.
Lo habrían hecho al enviar la mitad de los efectivos policiales prometidos a los operativos de seguridad de los partidos de fútbol que se jugaron en la Provincia y al mismo tiempo cobrar como si hubieran asistido todos. Los investigadores calcularon que desde febrero hasta ahora se apropiaron de más de 40 millones de pesos.
El mecanismo
La Superintendencia definía el nivel de riesgo de cada partido y así determinaba el número de efectivos. Sin embargo, luego enviaba la mitad o el 40 por ciento de lo prometido a los clubes, mientras los dirigentes pagaban la cifra original. El pago se hacía en la comisaría más cercana al estadio. Los responsables de asuntos internos descubrieron que los jefes policiales se quedaban con la diferencia de dinero entre el desembolso a cada policía que se presentaba a cobrar y el número real.
Lo decubrieron al mezclarse en la cola de los policías que debían cobrar y contar, uno por uno, a quienes efectivamente les pagaron.
Este es el cálculo al que llegó la Dirección de Asuntos Internos de la fuerza de la Bonaerense y la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (APREVIDE). Fuentes de ambos organismos detectaron que "la policía se quedaba con la mitad del dinero que se pagaba por la seguridad en los partidos de fútbol", según informó La Cornisa.
Según el Informe de Inspección, "desde el 14 de febrero hasta el 13 de octubre de este año los efectivos que concurrieron para el total de los partidos de las divisiones de fútbol de la A a la D fueron 69.040. Sin embargo, en muchos casos figuraban el doble" confirmó Juan Manuel Lugones titular de la APREVIDE.
Lugones y otras fuentes que formaron parte de la investigación aseguraron que "a veces van la mitad y en otros casos la proporción es de 60 a 40. Es decir que por cada 100 policías solicitados van 40".
La Cornisa señaló que uno de los casos emblemáticos es el del partido de Racing y Argentinos Juniors del 16 de abril pasado al que deberían haber concurrido 649 policías y fueron 306. El encuentro estaba calificado de "mediano riesgo" y por lo tanto estuvo "inflada" la cantidad de policías solicitados. Pero el hecho de que concurrieran menos de la mitad de los efectivos "fue muy riesgoso ya que frente a un disturbio el faltante podría haber resultado mortal", agregó Lugones, quien dijo haber sufrido una amenaza de muerte por parte de la barra brava de Morón en un partido donde detectaron que había mucho menos policías de los que debían estar.
El dinero que los clubes reciben de la AFA para el pago de seguridad es depositado en una cuenta bancaria de la bonaerense que "decide arbitrariamente cuanta policía debe enviar al partido de acuerdo a su nivel de peligrosidad".
Más allá de esta decisión que muchas veces pone en riesgo la seguridad de los espectadores, la estafa se produce a la hora del envío de los policías a las canchas.
Esa plata que proviene de los fondos del programa de Futbol para Todos "es perjudicial para los clubes, un caldo de cultivo para la violencia y una estafa; ya que la plata de los policías que no cobran ni envían a la cancha se la reparten entre los comisarios y los jefes departamentales", confesó uno de los investigadores.
La maniobra
Los clubes de fútbol acuerdan con la policía el nivel de peligrosidad del partido y deciden asignar una cantidad de efectivos. La policía recibe un depósito bancario por el pago de los agentes. La policía envía menos de lo agentes acordados y se queda con la diferencia. Luego, los comisarios"reparten hacia arriba".
A esta operatoria la denominan "corrupción blanca" porque el dinero no se obtiene del juego clandestino, la prostitución, la protección o el narcotráfico. Son decenas de millones de pesos que salen de los fondos que el Estado distribuye. En el caso del partido de Racing y Argentinos Juniors, Asuntos Internos hizo que la policía le devuelva a Racing la suma de 182.000 pesos (por el incumplimiento). Esto fue documentado en un escrito firmado por Victor Blanco, presidente del club, en el que le informa a la APREVIDE que ya fueron depositados el sobrante del operativo policial.
Otros ejemplos
Al mes siguiente, a Independiente le pasó lo mismo que a Racing. El 14 de mayo enfrentó a Arsenal y en ese partido debieron presentarse 656 efectivos. Solo se presentaron 401. La Policía tuvo que devolverle a los dirigentes de Independiente 188.700 pesos.
En esa misma fecha, Banfield recibió en su cancha a Vélez. El operativo preveía 360 policías. Sólo se hicieron presentes 207.
A los dirigentes de Racing les volvió a pasar el 21 de mayo cuando el equipo de Avellaneda enfrentó en su cancha a Temperley. El operativo estaba calculado para 630 policías y fueron solo 352.
Las líneas de investigación
La otra faceta de esta línea de "corrupción blanca" que investiga a la bonaerense se completa con las famosas horas Cores por la cual cada comisaría recibe el dinero por una cantidad de horas extras que no cumple. "Esta maniobra es más difícil de detectar ya que los agentes firman pero no la hacen. Luego cada uno le da la mitad de lo que recibe al comisario, que reparte hacia arriba. Lo mismo ocurre con la repartición del dinero de las Cajas Chicas", dijo otra fuente a La Cornisa.
La otra línea de investigación es la llamada "corrupción por extorsión" que incluye el cobro a delincuentes, comercios y puesteros callejeros para liberarlos, darles seguridad o evitar los controles. Se llama 'corte de boleto' y es la operatoria por la que cada agente recauda para el comisario, que reparte a las departamentales y "así sucesivamente en capas como la cebolla", confirmó uno de los investigadores.
La tercera línea o caja de la corrupción policial es la del juego clandestino. El caso de Bolivar con dos ex policías investigados por tener agencias ilegales con el presunto lavado de activo a través de empresas con dinero del juego, se completa con el asunto del garito de Malvinas Argentina en donde había policías que cobraban. Lo mismo ocurrió con el llamado "rey del juego" en Morón en donde la policía "recaudaba" por protección.
La última de las cajas es la del narcotráfico. Por "compleja y peligrosa", recién se está investigando la complicidad entre algunos sectores de la policía con la venta de droga. "Hace unos días inspeccionando algunas seccionales de narcóticos detectamos violados los precintos de los depósitos donde debe custodiarse las incautaciones de distintas drogas" dijo el investigador.
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