(La Nación) - La escultura Floralis Genérica volvió a abrir y cerrar sus pétalos en Recoleta
Después de seis primaveras sin florecer, finalmente la Floralis Genérica de Recoleta volvió a abrir sus pétalos casi a comienzos del invierno. Ayer, la escultura metálica donada a la ciudad por el fallecido arquitecto Eduardo Catalano fue reinaugurada, luego de permanecer paralizada por un desperfecto técnico desde principios de 2009.
Tras la inversión de $ 4 millones realizada por una empresa privada, la flor gigante de acero inoxidable pudo en la víspera recobrar el mecanismo que activa la apertura y el cierre de sus pétalos. Además se renovaron las luces del interior y el entorno, y se le agregó un sensor de viento.
Sucede que la Floralis había salido de funcionamiento luego de que el viento de una sudestada dañara uno de sus pétalos y los dispositivos de control de movimiento. "Al menos por el mismo motivo no vamos a tener nuevos problemas", explicó el subsecretario de Mantenimiento del Espacio Público porteño, Rodrigo Silvosa.
La recuperación de una de las esculturas más llamativas de Buenos Aires fue celebrada con un show musical, que estuvo a cargo de Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale, en la plaza de las Naciones Unidas, junto a la Facultad de Derecho, donde fue colocada la escultura en abril de 2002, dentro de un espejo de agua de 44 metros de diámetro.
De 22 metros de alto y 24 toneladas, el monumento fue donado a la ciudad de Buenos Aires por el arquitecto argentino Eduardo Catalano. Según explicó oportunamente el profesional, se llama Floralis Genérica porque "representa a todas las flores, pero no es ninguna en particular".
La Floralis Genérica, en todo su esplendor; ayer recuperó su movimiento. Foto: LA NACION / Santiago Filipuzzi
Y contó que la idea para su creación nació por casualidad un día que estaba mirando las flores del jardín de su casa. "Justo vi cuando una de ellas se cerraba. Inmediatamente me puse a dibujar", narró.
Con la pretensión de convertirse en uno de los principales atractivos de la Capital, la flor fue inaugurada en septiembre de 2002, con el padrinazgo de la empresa TetraPak. Se erigió como la primera escultura con movimiento del país; abría sus pétalos con la salida del sol y los cerraba cuando el astro se escondía. A sus pies se realizaron varios recitales y eventos solidarios.
A principios de 2009, como se dijo, sufrió un desperfecto que paralizó a la escultura. Un año después, en febrero de 2010, su autor falleció en los Estados Unidos sin verla nuevamente activa.
El alto costo de la reparación y la falta de sponsors demoró por años una solución. En octubre de 2014, la empresa OCA asumió el padrinazgo de la plaza y la escultura. Ocho meses después, el esfuerzo dio sus frutos. "OCA se encargó del arreglo del mecanismo de apertura y cierre, que incluye un reloj astronómico, y de las bombas hidráulicas. La firma BGH instaló el sensor de viento. Y la empresa Phillips hizo la dotación de todas las luminarias, tanto en la flor como en la fuente", detalló Silvosa.
Recordó que, además, ingenieros estructuralistas de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) trabajaron en los cálculos para la reconstrucción de los planos de movimiento de la Floralis Genérica, que habían desaparecido cuando la empresa constructora original abandonó el país.
"Además de su indiscutido valor artístico y como patrimonio cultural, la flor concentra lo mejor de la tecnología del país", concluyó el funcionario.
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