Se trata de boyas del tipo SPAR, de diseño tubular que permanecen en el agua en posición vertical agarradas al fondo marino mediante cables o cadenas. Para hacernos la idea, son estructuras siete veces más grandes que los jackets que se adjudicó Navantia para el contrato de Iberdrola. Son estructuras estables en el mar incluso en condiciones meteorológicas adversas lo que las hace idóneas para la instalación de instrumentos oceanográficos o como en este caso aerogeneradores de grandes dimensiones. Se opta por estructuras flotantes cuando la profundidad es tan grande que impide usar otros diseños que llegan hasta el fondo marino y se las agrupa para aprovechar las infraestructuras de transmisión de la electricidad. Ubicarlas en la costa permite aprovechar mejor los vientos al eliminarse el efecto de los accidentes topográficos terrestres y al disponer de corrientes de aire más constantes.
El de Hywind, en la costa de Escocia, será el primer parque eólico flotante del mundo, dotado de cinco estructuras flotantes cada una de 3.500 toneladas, una longitud de 90 metros, un diámetro de 14,5 metros y una potencia conjunta de 30 MW. Estará situado en Buchan Deep, a 30 kilómetros de la costa de Peterhead en Aberdeenshire en aguas de más de cien metros de profundidad. Statoil fue la primera empresa que apostó por el concepto de aerogenerador flotante y tras realizar pruebas con uno de estos aerogeneradores en la costa noruega desde 2.009 considera que la tecnología ya está madura y es económicamente viable, por lo que ha puesto en marcha el proyecto piloto Hywand Scotland.
La colaboración entre Navantia y Windar Renovables comenzó hace dos años tras los que se ha afianzado en el sector de la energía eólica marina, sector alternativo a la tradicional construcción naval. Mientras que Windar aporta el conocimiento tecnológico, el astillero aporta las instalaciones y capacidad financiera para concurrir a proyectos de gran envergadura. (J.N.G.)
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