(LPO) - La obra de u$s1000 millones la está diseñando gente de De Vido, pero su par de Economía rechazó una oferta de los chinos.
La histórica interna entre Axel Kicillof y Julio De Vido tiene su capítulo porteño con el financiamiento de la autopista ribereña, un proyecto que lleva décadas de demora y que volvió a ponerse en marcha el año pasado.
En 2006, el presupuesto oficial de la autopista ribereña era de 12,7 millones de pesos. Ahora, ronda los 1000 millones de dólares. Es que luego de meses de discusiones y estudios técnicos, la Corporación Antiguo Puerto Madero, que lleva adelante la planificación de la traza que unirá la autopista Buenos Aires-La Plata con la Illia, definió que la nueva autovía sea soterrada desde avenida Independencia hasta Córdoba, por debajo de los estacionamientos de Puerto Madero.
El total del recorrido será de 6 kilómetros, por lo que cada kilómetro costará entre 150 y 160 millones de dólares. De acuerdo a un acta de entendimiento firmada en 2006 entre otros por la entonces ministra de Economía, Felisa Miceli y José López, el secretario de Obras Públicas, el Ministerio de Planificación y el Gobierno de la Ciudad, conseguirán “los recursos a comprometer para la financiación de la Obra, y el aporte a efectuar por cada uno de ellos”.
Los equipos de Kicillof son sin embargo los que evalúan los costos del proyecto a través de un área creada específicamente. El equipo de profesionales que está trabajando en la traza de la ribereña es comandado por el arquitecto Alfredo Máximo Garay, que llegó a la presidencia de la Corporación Puerto Madero justamente para poner en marcha este plan.
Garay, que es uno de los hacedores del masterplan de Puerto Madero, justamente responde a José López, uno de los hombres de máxima confianza de De Vido, uno de los más interesados en el fin del gobierno de Crstina Kirchner en que avance la ribereña.
En la Corporación Puerto Madero están terminando el plan de la autopista que presentarán el próximo mes, antes de las elecciones generales del 5 de julio, con el objetivo de que se lance la licitación este mismo año. Pero temen que una vez que se presente el plan, el Gobierno nacional cajonee el proyecto una vez más.
Según señalan en el entorno de De Vido, Kicillof rechazó una oferta de empresarios chinos que estuvieron en el país semanas atrás y estaban dispuestos a financiar la autopista, aunque habrían pedido demasiada contraprestación por la inversión. Quienes siguen de cerca el proyecto observaron con atención la última visita del ministro a Rusia junto a Cristina, a la espera de que aparezcan los rublos para financiar la obra.
De Vido no sólo tiene que lidiar con Kicillof: La Cámpora también quiere una parte de la tajada. Es que Martín Reibel, amigo de Máximo Kirchner, es el vicepresidente de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (Aabe) que debe autorizar el uso de los espacios que pertenecen al Gobierno nacional, desde avenida Córdoba hasta el futuro empalme con la Illia, que se verían afectados a la nueva traza.
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viernes, 8 de mayo de 2015
Kicillof le frena a De Vido los dólares para la autopista ribereña
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