Renovado. El frente de la Richmond, ayer, con la marquesina original. En poco días abrirá sus puertas. / JUANO TESONE
A casi tres años de su cierre, el movimiento
regresó al local de la Confitería Richmond, en Florida 468. La semana
próxima allí abrirá un negocio multimarcas de indumentaria deportiva, que en su parte trasera también tendrá un bar. Desde hace algunos días, están limpiando el local y equipándolo con estanterías.
La Confitería Richmond, en pie desde 1917, era bar notable y formaba parte de un listado de 600 edificios con protección cultural. Pero sus dueños vendieron el local a un grupo inversor en 9 millones de dólares y hace tres años bajaron la persiana. De nada sirvió que, pocos días antes, la Legislatura aprobara una ley declarando a la Richmond “sitio histórico”. La norma sólo impide modificaciones edilicias, pero no prohíbe el cambio de rubro del local. Tampoco sirvieron los abrazos simbólicos a la confitería: sus dueños anteriores alegaron que cerraron porque “la actividad era deficitaria”.
En agosto de 2011, cuando se desató el conflicto, trascendió que el grupo inversor había alquilado el local para la instalación de un comercio de Nike. En ese momento, la firma deportiva salió a aclarar que sus negocios eran operados por terceros y que la marca no tenía nada que ver con el cierre de la Richmond.
También dijeron que, en cualquier caso, la intención era respetar el estilo original del edificio. Y al final, el proyecto quedó en la nada. El lunes, la ex legisladora kirchnerista y hoy vicepresidente del Frente Grande, María José Lubertino, denunció que el local de la Richmond está siendo entregado “por lo bajo” a Nike, a pesar de que aún rige una medida cautelar dictada por el juez en lo Contencioso Administrativo Fernando Lima que, según ella, lo protege de un cambio de uso.
Sin embargo, según pudo averiguar Clarín, la firma Nike no está involucrada en el proyecto. En cambio, a mediados de la semana próxima en el local de la Richmond abrirá la tienda multimarcas de deportes Just for Sport, que aunque también vende Nike, no tiene nada que ver con esa empresa. Las otras marcas que ofrece son Adidas, Under Armour y Sketchers.
Por otra parte la cautelar vigente, dictada a raíz de un amparo de la propia Lubertino, sólo ordena que “no se podrá tomar ninguna medida de enajenación, transferencia, modificación o destrucción del edificio sin la autorización expresa y fundada del Ministerio de Cultura porteño”. Pero el local ya estaba vendido cuando cerró la Richmond, antes de que saliera esa cautelar. Y hace tiempo el Ministerio de Cultura porteño impuso exigencias para quien se hiciera cargo del local, con el objetivo de que conserve sus joyas patrimoniales, como la boiserie y las arañas.
La firma responsable del local, además, abrirá un bar en la parte de atrás. Por lo pronto, hace poco retiraron los andamios de la fachada y siguen intactas las letras de molde que dicen “Richmond”.
La Confitería Richmond, en pie desde 1917, era bar notable y formaba parte de un listado de 600 edificios con protección cultural. Pero sus dueños vendieron el local a un grupo inversor en 9 millones de dólares y hace tres años bajaron la persiana. De nada sirvió que, pocos días antes, la Legislatura aprobara una ley declarando a la Richmond “sitio histórico”. La norma sólo impide modificaciones edilicias, pero no prohíbe el cambio de rubro del local. Tampoco sirvieron los abrazos simbólicos a la confitería: sus dueños anteriores alegaron que cerraron porque “la actividad era deficitaria”.
En agosto de 2011, cuando se desató el conflicto, trascendió que el grupo inversor había alquilado el local para la instalación de un comercio de Nike. En ese momento, la firma deportiva salió a aclarar que sus negocios eran operados por terceros y que la marca no tenía nada que ver con el cierre de la Richmond.
También dijeron que, en cualquier caso, la intención era respetar el estilo original del edificio. Y al final, el proyecto quedó en la nada. El lunes, la ex legisladora kirchnerista y hoy vicepresidente del Frente Grande, María José Lubertino, denunció que el local de la Richmond está siendo entregado “por lo bajo” a Nike, a pesar de que aún rige una medida cautelar dictada por el juez en lo Contencioso Administrativo Fernando Lima que, según ella, lo protege de un cambio de uso.
Sin embargo, según pudo averiguar Clarín, la firma Nike no está involucrada en el proyecto. En cambio, a mediados de la semana próxima en el local de la Richmond abrirá la tienda multimarcas de deportes Just for Sport, que aunque también vende Nike, no tiene nada que ver con esa empresa. Las otras marcas que ofrece son Adidas, Under Armour y Sketchers.
Por otra parte la cautelar vigente, dictada a raíz de un amparo de la propia Lubertino, sólo ordena que “no se podrá tomar ninguna medida de enajenación, transferencia, modificación o destrucción del edificio sin la autorización expresa y fundada del Ministerio de Cultura porteño”. Pero el local ya estaba vendido cuando cerró la Richmond, antes de que saliera esa cautelar. Y hace tiempo el Ministerio de Cultura porteño impuso exigencias para quien se hiciera cargo del local, con el objetivo de que conserve sus joyas patrimoniales, como la boiserie y las arañas.
La firma responsable del local, además, abrirá un bar en la parte de atrás. Por lo pronto, hace poco retiraron los andamios de la fachada y siguen intactas las letras de molde que dicen “Richmond”.
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