Por Malena Baños Pozzati - Clarin.com
Hace casi tres meses terminaron las obras de ampliación. Pero hasta ahora no funcionó por temas burocráticos.
La superpoblación de presos alojados en comisarías es un problema instalado hace tiempo en la Provincia de Buenos Aires. Hacinamiento y riesgo de fuga son los dos factores que motorizaron la ampliación de la alcaidía de Lomas de Zamora con el objetivo de descongestionar las comisarías locales. Sin embargo, a casi tres meses de terminadas las obras, las nuevas instalaciones aún no recibieron internos.
Esa demora, explican desde el área de Infraestructura penitenciaria del Ministerio de Justicia, se debe a cambios en el proyecto original de la obra, que debían figurar en los expedientes. “La semana que viene o la otra esperamos ya tener luz verde para comenzar a sumar internos”, adelantó Juan Martín Zabaleta, director provincial del área.
Las obras consistieron en la construcción de un nuevo módulo que amplía las plazas para alojar a un total de 224 personas. Además de celdas comunes tiene espacio para discapacitados, zona de máxima seguridad y un sector de aislamiento.
También construyeron un puesto de vigilancia, repararon la iluminación, reubicaron la red cloacal, pintaron los muros y arreglaron la calle de ingreso al edificio ubicado en Capitán Giachino 1857.
“Buscamos ampliar la capacidad de la Alcaldía, pero al mismo tiempo garantizar que las condiciones carcelarias no agraven la privación de la libertad”, sostuvo el ministro de Justicia bonaerense Gustavo Ferrari cuando en marzo anunciaron la finalización de las obras.
Sin embargo el tiempo pasó y hasta ahora las instalaciones no fueron estrenadas. Desde el sector de infraestructura, Zabaleta afirmó:“La obra estaba desde 2014. Cuando iniciamos la gestión, la obra no estaba iniciada y en el transcurso de los trabajos se tramitaron ampliaciones necesarias en la obra original. La garita de seguridad, por ejemplo, no aparecía en el plan original y tuvimos que agregarla”. A su vez, aclaró que cuando la alcaidía esté en condiciones de sumar internos esto se hará gradualmente “para no dañar la operatividad de la sede”.
La situación de los presos alojados en comisarías es una bomba de tiempo que, cada tanto, estalla. Según un informe de la Comisión por la Memoria, hay 2.770 personas más de las permitidas en comisarías, hacinadas y sin condiciones de seguridad apropiadas para evitar fugas. Eso quedó en evidencia en mayo, cuando un grupo de delincuentes intentó el copamiento de una comisaría de San Justo, en La Matanza, con el objetivo de liberar un narco preso por homicidio. Una oficial de policía resultó gravemente herida durante el ataque.
Las fugas también son moneda corriente: tras una ocurrida en Monte Grande, en enero echaron a un subcomisario que ya había sufrido dos más, en 2013 y 2015. En noviembre, además, huyeron tres delincuentes de la comisaría de Burzaco.
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