La canciller dijo a LA NACION que el diálogo con Londres "es un paso para la construcción de la confianza mutua".
La canciller participó de un foro en España. Foto: EFE
MADRID.- "Pasos de bebe." Así describe la canciller Susana Malcorra la estrategia del gobierno argentino para reconstruir la relación con Gran Bretaña y explorar vías de cooperación concreta en las islas Malvinas.
Es, ante todo, un llamado a la paciencia. "La verdad es que creemos que la discusión sobre la soberanía es un tema para el largo plazo, porque en estas cuestiones en las que hay heridas aún abiertas es difícil tener conversaciones objetivas", dijo la ministra en una entrevista con LA NACION en España, adonde llegó esta semana en viaje privado (aquí residen su esposo y su hijo).
La ronda de diálogo bilateral celebrada esta semana en Londres es, a juicio de la ministra, uno de esos pasos para "la construcción de confianza mutua" después de una década larga de roces diplomáticos permanentes, gestos hostiles y discursos cargados de nacionalismo. Lo destaca como un "camino alentador", pero llama a no vender falsas esperanzas: "No espero grandes soluciones milagrosas de corto plazo".
Acuerdo para reanudar los vuelos a las Malvinas
Malcorra consideró viable que la Argentina aceptara un reclamo histórico de los británicos -y en especial de los habitantes de las Malvinas- como el incremento de la frecuencia de vuelos entre las islas y el continente. Hoy sólo opera uno a la semana -de Latam-, que sale desde Chile y una vez al mes hace escala en Río Gallegos.
Para los isleños, la negativa argentina a autorizar el paso de más aviones por sus cielos -algo que el kirchnerismo jamás aceptó revisar- ha sido una traba para el desarrollo de su sector turístico y el abastecimiento de su población. El punto central de discusión pasó por cuál será la ruta y qué compañías la operarían. ¿Aceptarían los británicos un vuelo directo desde Buenos Aires, que el Gobierno pudiera mostrar como algo positivo para el país?
"Estamos discutiendo todo eso -señaló Malcorra, antes de que se cerrara la negociación en Londres-. Buscamos soluciones mutuamente satisfactorias. En la medida en que podamos producir conexiones que sean razonables y que estén en el marco de lo que nosotros creemos es el vínculo con las Malvinas, estamos dispuestos."
Tampoco descarta que se puedan revisar las sanciones impuestas por el anterior gobierno a las empresas petroleras que participan en licitaciones del gobierno malvinense para explorar en la zona del Atlántico Sur que el Reino Unido reivindica como propia. Pero enfatiza que es un tema "técnico y complejo", que está en manos de la Justicia.
Malcorra esboza una vuelta a la fórmula del "paraguas de la soberanía", pactada al inicio del menemismo para reanudar las relaciones bilaterales interrumpidas por la guerra de 1982. Es decir que los dos países puedan cooperar sin que eso signifique una renuncia a su posición en el diferendo.
Atrás parece haber quedado el traspié que protagonizó el presidente Mauricio Macri en septiembre, cuando anunció que había hablado con la primera ministra británica, Theresa May, sobre la posibilidad de reabrir el diálogo por la soberanía de las Malvinas, algo que el Reino Unido desmintió de inmediato y la Casa Rosada terminó por minimizar.
Un tema incuestionable
"El tema de la soberanía para nosotros es incuestionable -señaló Malcorra ayer a LA NACION-. Creemos que en algún momento se puede llegar a hablar. Pero nos parece que el paraguas de la soberanía, como fue acordado en su momento acá en Madrid, nos da a ambos la posibilidad de preservar nuestros derechos mientras se habla de otras cuestiones. Por supuesto, aspiramos a resolver el tema de fondo cuando sea posible."
Otra cuestión que despertó polémicas entre quienes rechazan la visión del Gobierno es que se haya aceptado la participación de los representantes políticos de las islas en la mesa de diálogo. El consejero Mike Summers participó esta semana de las reuniones en Londres, convertido en vocero de los reclamos de los malvinenses. Malcorra niega que se trate de un giro: "Los isleños han participado como parte de la misión del Reino Unido. Cómo ellos se presentan a la mesa es un tema del Reino Unido".
Pero ¿no es una forma de reconocerles la posibilidad de plantear sus deseos y ser parte de la negociación? Responde la ministra: "Nosotros estamos sentados con el Reino Unido. No podemos imponerle quién va a integrar su delegación. Es prerrogativa de ellos".
Según Malcorra, un elemento que marcará el signo de los nuevos tiempos en la relación es el protocolo que se pactó para trabajar con la Cruz Roja en la identificación de los soldados argentinos enterrados como NN en el cementerio de Puerto Darwin, en la isla Soledad. Es el logro más concreto de las gestiones en marcha desde que, este año, los dos gobiernos firmaron en Buenos Aires una declaración conjunta con una hoja de ruta para descongelar el vínculo.
"La intención es trabajar en una agenda que tiene un 80% de cuestiones propositivas en múltiples sectores económicos y culturales y un 20% que gira en torno de un tema complejo, como es Malvinas. Vamos avanzando. Veremos cómo termina", dijo la canciller.
En esa línea, celebró la participación de empresas británicas en licitaciones de infraestructura en la Argentina y auguró que, si se produce la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), el Mercosur "va a trabajar decididamente" con Londres para alcanzar un acuerdo comercial como el que ya se negocia con Bruselas.
Presencia de los isleños
El vicecanciller Pedro Villagra Delgado aclaró que en las reuniones de Londres los isleños que estuvieron lo hicieron como parte de la delegación británica y "nunca estuvieron como representantes de las islas". Aunque remarcó que hubo buena sintonía con los isleños.
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