Cuestionaron que el ministro mantuvo a ex funcionarios K que demoraban el giro de fondos.
El presidente Mauricio Macri despidió al saliente ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, por "no trabajar en equipo". Pero el malestar en la Casa Rosada obedecía a que Prat-Gay nombró y mantuvo a importantes funcionarios del kirchnerismo que demoraban la gestión y los expedientes, retrasaban los giros de fondos a los ministerios y favorecían a sus militantes.
Un blanco de críticas del macrismo es Raúl Rigo, subsecretario de Presupuesto. Controló la llave de la caja estatal durante los tres gobiernos kirchneristas (2003-2015) debajo del ex secretario de Hacienda Juan Carlos Pezoa. Hasta ayer, dependía de Gustavo Marconato, saliente secretario de Hacienda. Marconato fue diputado por Santa Fe entre 2003 y 2011, durante las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner, y presidió las estratégicas comisiones de Presupuesto y de Pymes.
Los laderos de Macri le critican a Rigo que demora los giros de recursos a los ministerios, una vieja maña.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, dio la orden hace semanas de "cargar la cuota" mensual de los ministerios en tiempo y forma. Se trata de un trámite automático. Es el dinero que cada ministerio debe tener disponible en su cuenta para sus gastos corrientes mes tras mes. Pero Rigo no lo suele girar hasta que cada ministro lo llama en forma reiterada. Lo mismo ocurría con las "cajas chicas" para comprar insumos básicos, como papeles o lapiceras. "Hay que llamar 48 veces a Marconato o a Rigo para comprar biromes", dicen en el primer piso de Balcarce 50.
Marconato será reemplazado por Rodrigo Pena, que manejaba el área de presupuesto en la Jefatura de Gabinete. Es un pedido del radicalismo y de Ricardo Sáenz. Rigo presentó su renuncia, pero no se la aceptaron. "Algún amigo tiene", se sorprendió un allegado de Macri.
"Todo eso hay que ordenarlo y agilizarlo", dicen en la Rosada. Lo mismo hacían con el pago a las provincias y los municipios por las obras públicas y las viviendas. Había 6000 millones de pesos demorados y un conflicto con los gobernadores.
El otro conflicto se desató cuando Marconato nombró a la kirchnerista Claudia Balestrini subsecretaria de Ingresos Públicos, que tiene a cargo la AFIP y el Tribunal Fiscal de la Nación. Allí se dirimen los reclamos de contribuyentes a la AFIP o de importadores y exportadores contra la Aduana. Hay pleitos demorados por 50.000 millones de pesos. La contadora Balestrini era hasta 2015 asesora del ex secretario de Ingresos Públicos Luis María Capellano, hombre de confianza del ex director de la AFIP Ricardo Echegaray. Capellano la designó directora nacional de Impuestos y manejó el concurso por el cual se designaron siete vocales militantes K en el Tribunal Fiscal mediante el decreto 391/2011 (cuatro aduaneros y tres impositivos). Ese concurso está ahora impugnado en la Justicia.
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