Documentos de EE.UU. y Brasil exponen cómo pagó sobornos por US$ 439 millones en doce países.
Fueran tantas las coimas que pagó, que Odebrecht montó toda una estructura paralela para manejar la operatoria ilegal. Y le puso un nombre entre anodino y burocrático para identificarla. Un nombre que no llamaba la atención: División de Operaciones Estructuradas. Pero dio otro paso más. Porque si hay algo mejor que un banco ajeno para moverse en las sombras es operar un banco propio. Entonces compró un pequeño banco del Caribe para circular su dinero negro.
Todo eso y más surge de las investigaciones que durante los últimos años desarrollaron los investigadores brasileños del Lava Jato -en especial el juez Sergio Moro, un equipo de fiscales y la policía-, y su contraparte del Departamento de Justicia estadounidense y de la Fiscalía de Nueva York. Ahora, esa labor transnacional comienza a salir a la luz.
¿Qué se sabe hasta ahora?
Primero, que esa División de Operaciones Estructuradas también manejó un presupuesto paralelo entero a través de dos sistemas, "MyWebDay" y "Drousys".
Segundo, giró fondos a decenas de compañías offshore a nombre de terceros que en la práctica eran títeres de Odebrecht.
Tercero, compró en 2010 una pequeña filial en la isla de Antigua, en el mar Caribe, de un banco de origen austríaco. Su nombre no surge del informe oficial del Departamento de Justicia, pero sí de la investigación brasileña. Es el Meinl Bank.
Cuatro, ordenó miles de transferencias bancarias a través de cuentas abiertas en distintos paraísos fiscales. Así, por ejemplo, el dinero llegó a pasar por cuatro cuentas intermedias antes de llegar al destinatario final, de modo de ocultar su beneficiario y dificultar la labor de aquel que quisiera seguir la ruta de ese dinero negro.
Y quinto, a menudo los pagos fueron en efectivo. Ya fuera, según admitió Odebrecht ante el Departamento de Justicia, en "paquetes" y "maletines", que transportaron valijeros, a los que en Brasil conocían como "doleiros".
¿Cuánto dinero negro movió la División de Operaciones Estructuradas? El cálculo de los investigadores estadounidenses es que rondó los US$ 788 millones, de los que US$ 349 millones terminaron en los bolsillos -o las cuentas offshore- de funcionarios brasileños y los restantes US$ 439 millones en manos -o cuentas- de autoridades argentinas y de otros 10 países.
Para eso, los responsables de Odebrecht en cada país involucrado debían contactarse con dos ejecutivos de la División de Operaciones Estructuradas. El Departamento de Justicia los identificó como los enigmáticos "empleados de Odebrecht" número 4 y 6.
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