POR DPA (Weekend)
Nacido en 1946, ingún otro modelo de Mercedes es tan versátil y tiene tanta tradición como el Unimog. Fotos históricas de un todoterreno insuperable.
Ningún otro modelo de Mercedes es tan versátil y tiene tanta tradición como el Unimog, que nació como un prototipo en 1946 y ahora celebra su 70 aniversario.
El Mercedes Unimog fue ideado como una mezcla entre tractor y camión ligero, que debía ser útil sobre todo en la agricultura. Pero con su técnica rústica e indestructible, las múltiples posibilidades de acoplar otros aparatos agrícolas y la potente tracción en las cuatro ruedas, el UNiversal MOtor Gerät (en alemán: dispositivo motorizado de uso universal) recorrió un largo camino más allá de la agricultura. “La suma de sus propiedades todoterreno convierten al Unimog en una ayuda indispensable, en un héroe simpático”, señala Carl-Heinz Vogler, desde hace muchos años editor de la revista para aficionados “Unimog Heft’l”.
Por su parte el CEO de Daimler, Dieter Zetsche, resume las propiedades de este vehículo: “No necesita un camino, sólo una misión”.
En 1944, al mismo tiempo que se anuncia el “Plan Morgenthau” en la Segunda Guerra Mundial, el ingeniero alemán Albert Friedrich, quien dirigía la planta de motores para aviación de la Daimler-Benz AG, comenzó a desarrollar los primeros estudios de nuevo vehículo. A finales del verano de 1945, junto con su socio Heinrich Roessler ideó un pliego de condiciones y criterios para su construcción. “Los constructores pensaron que con el Unimog, en caso de emergencia, se iba a poder prescindir del tractor, la furgoneta o el coche”, señala Wischhof.
Pero como Daimler en aquel momento estaba plenamente ocupada en poner nuevamente en marcha su producción de automóviles en la planta de Stuttgart, Friedrich y Roessler salieron a buscar otros socios.
En un primer momento se asociaron a “Eberhard & Söhne” en Schwäbisch Hall, donde, finalmente en el otoño de 1946 se construyeron los primeros diez prototipos.
En la siguiente fase, el proyecto pasó a los hermanos Boehringer en la ciudad de Göppingen, donde se inició la producción a fines de 1947. La fuerza motriz, sin embargo, debía seguir viniendo de Stuttgart, ya que el motor elegido era un diésel de Daimler.
Mientras que el modelo actual entrega un motor de cinco litros que genera hasta 231 caballos, un par motor de 900 Nm acoplado a una caja de cambios de ocho velocidades hacia delante, el primer prototipo de Unimog llegó con un propulsor de 4 cilindros y 1,7 litros, que generaba solo 25 caballos y una velocidad de 50 km/h.
Sin embargo, la reacción del público en el estreno en 1948 fue abrumadora y no paraban de llegar pedidos. Para satisfacer la demanda con rapidez, la fábrica en Göppingen debía montado 40 Unimog al mes. Pero Boehringer no pudo solventar los 20 millones de marcos que se necesitaban en aquel momento. Entonces, Daimler volvió al ruedo y se acordó que en vez de suministros de motores a largo plazo, los alemanes iban a hacerse cargo de la fabricación completa de vehículo.
Con el tiempo, la gama de modelos estaba tan ramificada, la producción era tan compleja y la construcción era tan distinta a todos los demás vehículos de Mercedes, que solo por muy poco se el pryecto Unimnog se salvó de la quiebra.
Damiler detuvo la producción en la planta de Gaggenau en 2002 y la llevó a la fábrica de camiones a Wörth, donde simplificó y unificó la producción y logró volver a reactivar las ventas.
El vehículo ya es un clásico, señala Michael Wessel, quien en 1993 fundó el club Unimog en Gaggenau. Un vehículo de uso diario y en buen estado se cotiza en el mercado a unos 20.000, explica el fanático. Muchos coleccionistas utilizan el Unimog para recoger leña, para el trabajo en la construcción o la agricultura, y rara vez para dar paseos los domingos, apunta Wessel.
“A pesar de ser un clásico el Unimog sigue siendo un vehículo utilitario” dice Wessel. Es un trabajador incansable y así será siempre, agrega.
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