Por Daniel Gallo
| LA NACION
En
un intento de evitar las prohibiciones impuestas por las leyes, el
Gobierno armó grupos de 12 militares y tres efectivos de seguridad para
realizar procedimientos antidrogas en la frontera.
En el lanzamiento del plan Escudo Norte, gendarmes formados frente a un radar militar. Foto: Archivo
El Gobierno decidió desplegar unidades mixtas conformadas por efectivos del Ejército y de la Gendarmería
para patrullar las fronteras del Norte, en un intento de esquivar las
prohibiciones dispuestas por las leyes para el uso de tropas militares
contra el delito. Tras una reunión en el Estado Mayor Conjunto de las
Fuerzas Armadas se optó por conformar unidades de 12 soldados y tres
gendarmes para unificar las tareas de los operativos Escudo Norte, a
cargo de fuerzas de seguridad, y Fortín, bajo responsabilidad militar.
La intención es que los gendarmes de las unidades realicen los arrestos y decomisos de drogas en caso de toparse con algún contrabandista. Una de las preocupaciones centrales pasa por el valor judicial de esos operativos, ya que el personal militar no podría dar parte a los jueces de procedimientos que no están contemplados por las leyes. La variante puesta en práctica juega en el límite de la legalidad, según explicaron varios jueces federales consultados.
"Deberé observar bajo qué ley se dispuso el patrullaje en el momento de ser informado de un procedimiento para resolver cómo sigue la causa. Estimo que se mantendrá como hasta ahora y seré informado por las fuerzas de seguridad, aunque en los papeles debería constar si hubo militares involucrados en el operativo", indicó un juez que recibe a diario expedientes por infracciones a la ley de drogas en el Norte.
Tras la polémica por el envío de militares a las fronteras para combatir el narcotráfico, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, señaló que no se vulnerarían las leyes, ya que la orden dada a los soldados es la de comunicar los posibles delitos a las fuerzas de seguridad. Y aseguró que las tropas militares dejarán de tener contacto con los potenciales contrabandistas cuando una unidad de seguridad se haga cargo de la situación.
Por lo pronto, las unidades trabajarán en zonas alejadas de las poblaciones, lugares donde el tráfico de drogas se realiza en forma casi individual, con cargamentos en mochilas o vehículos pequeños.
En esos casos los contrabandistas se mueven en escaso número, por lo que una patrulla con 18 fusiles de asalto podría reducirlos sin resistencia. Esa situación fue contemplada por las autoridades, ya que no hay norma de "empeñamiento" -esto es, el permiso para el uso del arma- que proteja legalmente a los militares de posibles acciones penales en su contra. Diferente es el caso de las fuerzas de seguridad, que sí cuentan con reglamentos que amparan su actuación en la represión armada de un delito.
Primeros movimientos
En principio se desplegarán hasta fin de año 1500 de los 4500 militares prometidos para controlar las fronteras. Los primeros movimientos en los últimos diez días implicaron a unos 300 hombres en Salta y en Misiones, no muy lejos de la zona conocida como la Triple Frontera.
Ese llamado a los militares para esta misión se apoyó en el decreto de creación del operativo Fortín, para vigilancia electrónica de frontera. Pero en ese caso se establecía la acción castrense para el monitoreo de vuelos ilegales, dado que es la Fuerza Aérea la encargada de operar los radares, más allá de que el Ejército también desplegó unidades de vigilancia electrónica. Desde su implementación, en julio de 2011, fueron detectados más de 800 vuelos irregulares. El posterior trabajo de investigación en tierra de la Gendarmería consolidó los datos y determinó que en 242 casos se trató de vuelos de narcotraficantes.
Unas 121 toneladas de droga llegaron a la Argentina de esa forma. Y las zonas de aterrizaje y lanzamiento de cargas ilícitas se expandieron hasta las inmediaciones de Rosario y el norte de Buenos Aires.
Por su parte, las fuerzas de seguridad desarrollan el operativo Escudo Norte, con controles de rutas y unidades especiales compuestas por cuatro efectivos que tienen un mes de autonomía de acción para operar en los montes. Quienes investigan las causas judiciales afirman que en los últimos años las organizaciones narcos respondieron estructurándose en forma más compleja, en células que se mueven de modo independiente según transporte, almacenamiento, seguridad y comercialización de las drogas.
También se visualizaron movimientos adicionales de cargamentos, que año a año aumentaron en cantidad. Eso quedó reflejado en mayores incautaciones de estupefacientes. Por ejemplo, en los nueve meses de este año los gendarmes decomisaron 52 toneladas de marihuana, con lo que ya se superó el registro de 50 toneladas secuestradas en 2012, que hasta ese momento era una cifra récord.
La participación militar estará limitada en los primeros meses a ese trabajo de búsqueda en las zonas despobladas. Pero está previsto que al alcanzarse el despliegue máximo de efectivos, éstos colaboren con las fuerzas de seguridad en las rutas. Los controles estarán a cargo de gendarmes y prefectos, quienes solicitarán la documentación de personas y vehículos, aunque en el check point se verán uniformes militares en situación de apoyo de fuego.
Un plan con restricciones: La participación castrense no está prevista por la ley
- 4500 Efectivos militares: El Ministerio de Defensa anunció que ésa será la cantidad de soldados desplegados para vigilar la frontera norte. Hasta fin de año serán movilizados 1500 militares, integrantes de la Brigada V de Salta y la Brigada XII de Misiones
- 15 Patrullas mixtas: Las leyes de defensa y de seguridad interior, además de sus reglamentaciones, impiden la participación de militares en operaciones directas contra el delito. En un intento de esquivar esas prohibiciones, el Gobierno dispuso la creación de unidades de doce soldados y tres gendarmes
- 242 Vuelos narcos: Desde el comienzo del Operativo Fortín, en julio de 2011, los radares operados por la Fuerza Aérea detectaron más de 800 tráficos aéreos irregulares (TAI). Con esa información, la Gendarmería confirmó que en 242 casos esos vuelos correspondían a operaciones de narcotráfico
- 52.000 Récord de marihuana: En los nueve meses de este año, la Gendarmería decomisó 52 toneladas de marihuana, cifra que supera las 50 toneladas incautadas en 2012, que hasta este momento representaban el récord anual de secuestros
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