Así lo revela el informe "El estado del Estado en la Argentina"; se analizaron los datos de 2016.
Una de cal, otra de arena. Después de ocho años de crecimiento a un ritmo del cuatro por ciento anual, por primera vez la creación de empleo público nacional se detuvo y se contrajo levemente (-0,4%) durante 2016. Pero en ese mismo año -el primero de la gestión de Mauricio Macri- aumentó el número de funcionarios políticos (ministros, secretarios, subsecretarios y directores nacionales) como consecuencia de la decisión del Gobierno de ampliar la estructura de la administración.
Ésta es una de las conclusiones principales de "El estado del Estado en la Argentina", un informe elaborado por la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) y el Cippec que se presentó la semana pasada.
Este trabajo está focalizado en los cambios y las continuidades que se observaron en el sector público nacional entre 2015 (fin del kirchnerismo) y 2016 (primer año de gestión de Cambiemos). Y algunos de los datos que allí se arrojan resultan bastante sugestivos: por caso, el Gobierno mantuvo la tendencia de nombrar funcionarios jerárquicos sin concurso.
En estos últimos 16 años, la designación de los miembros de la "alta administración pública" fue discrecional.
En efecto, mientras en 2003 un 75% de este sector se encontraba ocupado por un cuerpo gerencial que había ingresado por concursos, a fines de 2015 el 76% de los miembros integrantes del cuerpo directivo estaba designado bajo el formato de "asignación transitoria de funciones superiores", figura que permite exceptuar los procesos de concurso y los requisitos exigidos por la norma para el acceso a la dirección pública. Esta tendencia no ha sido revertida por la actual administración", advirtieron la ASAP y el Cippec.
Primer dato a tener en cuenta de este informe: con el cambio de gobierno, en 2016 la estructura del sector público a nivel nacional "continuó incrementándose de manera significativa" a partir de la creación de seis nuevos ministerios (y la disolución de uno, el de Planificación), lo que elevó la cantidad total de 18 a 23. Uno de los más altos de la región, junto con Brasil y Chile.
Este gabinete presidencial de mayor tamaño se tradujo en la creación de nuevas estructuras de secretarías y subsecretarías, lo que implicó a su vez la designación de nuevos cargos ejecutivos, en especial en el caso de las direcciones nacionales, que crecieron en mayor proporción: según el informe, de 298 que había en 2015, trepó a 402 durante el primer año de gestión de Cambiemos.
Las secretarías, en tanto, subieron de 69 a las 87 actuales, mientras que las subsecretarías se incrementaron de 154 a 203 en el presente.
El crecimiento de la estructura del Estado no sólo se observa a nivel del gabinete, advierte el informe: también se registró un leve ascenso en cantidad de empresas estatales -de 55 que había en 2015 a 56 en 2016- y se incrementaron los fondos fiduciarios -de 23 a 26-. Los organismos descentralizados, en tanto, bajaron de 88 que había en 2015 a los 87 actuales.
Los organismos descentralizados tienen un enorme peso dentro del Estado; a fines de 2016 el 70% de la estructura organizacional del Poder Ejecutivo en la administración pública nacional correspondía a organismos descentralizados, que ejecutaron el 31% del gasto total y el 28% del gasto en personal (sin considerar gastos en personal de seguridad y defensa).
Personal congelado
Este aumento en la estructura del Estado, empero, no se tradujo en una suba de la dotación de personal de la administración pública nacional, aunque sí en el área de los cargos políticos, como ya se recalcó.
En el nivel no jerárquico, el empleo público registró una leve caída, del 0,4% en 2016. Según el informe, esta baja se explica en las iniciativas impulsadas por la nueva administración apenas iniciada su gestión de revisar los procesos concursales y de selección de personal.
Sin embargo, el problema no está tanto en el sector público nacional como en las provincias y los municipios, donde el empleo público se mantiene en alza.
"Resulta fundamental tener en cuenta que en la Argentina, el 79% de los empleados públicos trabaja en las estructuras estatales de las provincias y municipios. Así, el sector público nacional explica apenas el 21% del empleo público total", advierten el Cippec y la ASAP.
Según el informe, si bien no hay estadísticas consolidadas sobre el empleo público, de acuerdo con los datos de la encuesta anual de hogares urbanos (EAHU), entre 2010 y 2014 la cantidad de trabajadores estatales pasó de 3,3 a 3,9 millones. Es decir que el Estado, en todos los niveles de gobierno (nacional, provincial y municipal) incorporó 600. 000 nuevos empleados públicos.
Así, en 2016, el empleo público representaba el 18,8% del total de trabajadores: casi dos de cada 10 trabajadores en la Argentina se desempeñaban en alguna repartición estatal del orden nacional, provincial o municipal.
Partidos políticos de "buenos muchachos", solo falta Don Corleone...
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