En 2007, el gigante brasileño recibió antes que sus competidores datos sobre la futura planta en Paraná de las Palmas.
Odebrecht conocía el lugar, la fecha, los detalles técnicos y los secretos del financiamiento para la construcción de una planta potabilizadora en Paraná de las Palmas casi medio año antes de que AySA, la empresa pública de aguas, hiciera público el llamado a la licitación. Los consorcios de compañías que ganaron el concurso, lideradas por las brasileñas Odebrecht y Camargo Correa, ya intercambiaban notas con el Banco de Desarrollo de Brasil (Bndes) sobre el financiamiento con distintas precisiones sobre el proyecto que todavía no se había oficializado.
"29 de agosto de 2007. Nos reportamos a la consulta presentada por su empresa, objetivando la exportación de bienes y servicios de ingeniería destinados a la implantación de la planta de tratamiento de agua en Tigre, Argentina", escribieron los ejecutivos del Bndes de Brasil. Así, cinco meses antes de que se publicara la licitación, el consorcio liderado por Odebrecht ya hacía gestiones para importar maquinarias para la construcción de la planta "Paraná de las Palmas" (que está en Tigre). La Justicia consideró que estas cartas -a las que accedió LA NACION- fueron prueba clave para considerar que las licitaciones fueron direccionadas a favor de las empresas ganadoras a través de una cartelización del concurso.
Odebrecht, incluso, libró el 1° de octubre (cuatro meses antes de hacerse pública la licitación) un poder para que sus ejecutivos representaran legalmente a la firma en la apertura de sobres que realizaría AySA en enero. El documento -que fue traducido el 14 de octubre- hace referencia explícita a la planta "Paraná de las Palmas", con el mismo nombre con el que después fue bautizada en el pliego.
"Esto evidencia acuerdos preexistentes y desnuda el montaje de la licitación pública como una mera puesta en escena", sentenció el viernes el juez federal Sebastián Casanello, al firmar la indagatoria para ex funcionarios de AySA, el Ministerio de Planificación y los empresarios. Los documentos fueron incluidos por el fiscal Sergio Rodríguez en el informe que le presentó al juez. Todas estas cartas habían sido aportadas al expediente por las propias empresas brasileñas cuando hicieron su oferta formal ante AySA y propusieron el financiamiento del Bndes para las obras.
Las notas entre el Bndes y el consorcio liderado por Camargo Correa para construir la Planta del Bicentenario comenzaron incluso antes. En el expediente aparecen notas de octubre de 2016, exactamente un año antes de que se hiciera público el concurso para construir esa obra en Berazategui.
Además de la cartelización, la Justicia sospecha otras irregularidades en el contrato, como la reasignación injustificada de los presupuestos, la demora en las obras -para beneficiar a las empresas- y la aprobación de dos adendas para ceder nuevos contratos por $ 1000 millones sin concurso alguno en favor de las compañías brasileñas.
Camargo Correa y Esuco SA se quedaron con el contrato para la construcción de la Planta del Bicentenario por $ 404 millones en enero de 2008. Como sucedió también en su contrato mellizo, una redeterminación de precios por $ 53 millones llegó en abril. En total, la obra costaría, entonces, $ 457 millones. Los pagos para concretar la obra finalmente se duplicaron: llegaron a $ 814 millones.
Ese mismo mes, AySA adjudicó la planta Paraná de las Palmas al consorcio liderado por Odebrecht por $ 1838 millones. Sin mediar modificaciones en las condiciones, la reasignación de precios se extendió otros $ 445 millones. En total, AySA asignó para la obra un presupuesto de $ 2293 millones, que financió el Bndes, según consta en documentos oficiales. Pero la obra registró un total de pagos realizados hasta hoy de $ 7000 millones, el triple de lo presupuestado.
Los empresarios tenían incluso más detalle sobre las dificultades que podía presentar el pliego realizado por AySA. Se consigna en las notas la creación de un fideicomiso a ser constituido por la empresa de aguas pública para financiar la construcción de la planta Paraná de las Palmas, modalidad que recién aparece en el expediente cuando se firma el contrato de la obra.
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