RT.Mundo - Una unidad de la Inteligencia británica compuesta por criminalistas y psicólogos tiene por objetivo detectar tanto a "lobos solitarios" que perpetran ataques "sin formar parte de una red", como a díadas o parejas.
El servicio de la Inteligencia británica MI5 cuenta en su organigrama con la Unidad de Ciencias del Comportamiento (BSU, por sus siglas en inglés), formada por criminalistas, psicólogos y otros expertos que analizan comportamientos sospechosos y determinan si está a punto de cometerse un atentado.
La BSU es una unidad que "tiene acceso a registros judiciales" y que sirve de última instancia antes del arresto de un sospechoso, indica el corresponsal de seguridad de la BBC, Frank Gardner. La BSU tiene por objetivo detectar tanto a "lobos solitarios" que perpetran ataques "sin formar parte de una red", como a "díadas", es decir, una pareja que trabaja en común para perpetrar atentados.
El trabajo de las díadas es difícil de detectar, ya que las parejas no "filtran" la información clave con facilidad a gente poco conocida. Por otra parte, los "lobos solitarios" también son difíciles de identificar por el MI5 y la Policía.
La poca comunicación entre los conspiradores "inevitablemente dificulta más el hallazgo de indicaciones de un ataque inminente", recalca Gardner. Según los especialistas de la BSU, un actor solitario cuenta en su vida con un promedio de cinco individuos que podrían poseer alguna información útil para a identificar a una persona "con riesgo de llevar a cabo un ataque".
Según el corresponsal de seguridad, se puede dividir a estos individuos en tres categorías:
- Amigos y compañeros: Saben mucho, aunque son los menos proclives a dar alguna información;
- Familia: Algunos se muestran preocupados ante lo que podría ocurrirle a su familiar si lo denuncian;
- Desconocidos aleatorios: Como, por ejemplo, un comerciante que informa sobre un paquete sospechoso.
Sin embargo, Gardner subraya que a menudo los terroristas y extremistas "sencillamente no se resisten a contarle a otros lo que están planeando".
Entre los ejemplos de este tipo de conducta figura el terrorista que el pasado mes de julio atropelló a decenas de personas con un camión en la ciudad francesa de Niza y que intercambió mensajes de texto con un compañero; así como los yihadistas de Bruselas que se jactaron de sus planes de ataque, si bien nadie los tomó en serio como para creer que fueran a perpetrar atentados.
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