Enviado por Gustavo E. Andrés Saralegui |
La Constitución de la
República Argentina, expresa en el Art. 99. las atribuciones del
Poder Ejecutivo. Refiere expresamente a:
"12. Es
comandante en jefe de todas las fuerzas armadas de la Nación.
13.
Provee los empleos militares de la Nación: con acuerdo del Senado, en la
concesión de los empleos o grados de oficiales superiores de las fuerzas
armadas; y por sí solo en el campo de batalla.
14.
Dispone de las fuerzas armadas, y corre con su organización y distribución según
las necesidades de la Nación."
Ahora
tratemos de entender que significa un comandante en jefe en una organización
militar. Comandante
en jefe es el máximo cargo y grado militar que existe y como tal significa que
manda todas las fuerzas armadas del país. En una
gran mayoría de casos son jefes de Estado con el objeto de reforzar la noción,
de que el poder civil está a cargo de las fuerzas armadas. El mando es
autoridad y poder hacia el escalón subalterno. El que sabe calcula órdenes, el
que menos sabe apuesta a la experiencia y diseña planes y el que nada sabe habla
de valores.
Fue
instaurado por primera vez por Carlos I de Inglaterra y
Escocia en 1639. Ello
implicaba que poseía el más alto grado en la jerarquía militar y toda fuerza
armada debía subordinársele. Samuel
Huntington analiza la responsabilidad del Presidente de los EE.UU.
como Comandante en Jefe y los problemas que de ello se deriva. Señala que
hasta mediados del siglo XIX, el Presidente a menudo tenía experiencia militar
previa y la función militar no era tan profesional como fue a partir de la
guerras de fines del siglo XIX. (El Soldado y el Estado, Ed. Español,
1995, págs. 186-194).
Si
bien es cierto que cuando la dualidad presidente - soldado no existe, el
Presidente deja en cierta forma de estar calificado para ejercer el mando
militar, pero no la estrategia que es innata a todo estadista. Al respecto
Clemenceau decía en 1886 "La guerre! C’est
une chose trop grave pour la confier à des militaires", "La
guerra es un asunto demasiado importante para confiárselo a los
militares".
Pero
que esperan los soldados de su jefe supremo, primero que les exprese en forma
directa su intención a través de la cadena de mando, luego que requiera de ellos
el máximo empeño para lograr el objetivo (generalmente derrotar al enemigo) y
por último recordarles que el siempre va a estar hasta el fin con ellos,
dándoles solución a la incertidumbre que crea el conflicto. Lo que
quiebra la voluntad de un soldado es que su jefe los abandone tanto a ellos como
a sus medios de combate.
El soldado no entiende el lenguaje
nominal de la política, donde reina la influencia sobre las mentes y la
ambigüedad o dialéctica de voluntades como expresaba Beaufre, sino el
lenguaje formal, arraigado en el conocimiento táctico es decir la
elección reglamentada, cálculo y orden. Por ende jamás comprenderá que para lo
cual fue entrenado, ejemplo ser un marino surcando los mares de la tierra en un
navío orgullo de la Nación, deba abandonarlo en un puerto de África.
No entiende
que su comandante supremo está empeñado en una pulseada para demostrarles a
financistas internacionales (que nada malo han hecho, más que jugar su propio
juego) que está decidida a no darles un solo dólar de las arcas del tesoro, por
una deuda real que la Argentina mantiene con ellos.
Tradición, orgullo, vocación
de servir a la patria, son valores ideales del ámbito militar que nada tienen
que ver frente a intereses reales del ámbito económico donde predominan
conflictos en algunos casos como este obsesivos, que marcan y dominan al diseño
de la política del actual gobierno nacional.
"Mientras
yo sea presidenta se podrán quedar con la Fragata, pero no con la libertad, la
dignidad y la soberanía del país."
Irónicamente
la nave se llama "Libertad" y quedó en un puerto de África, jamás una
tripulación de la ARA, (Armada de la República Argentina) abandonó su nave sin
pelear por ella hasta el final, sería indigno y la soberanía argentina
representada por uno de los mejores embajadores del país, como fue hasta hoy la
fragata está en manos de la decisión de un ignoto juez
africano.
La
fragata representa la libertad, la dignidad y la soberanía argentina, Señor
comandante en jefe.
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