El ministro de Hacienda porteño fue enviado por Macri a la asamblea anual que el BID organiza en China para abrirles opciones de inversión en Latinoamérica al país oriental. Allí mantendrá reuniones con inversores entre los que se encuentra el Exim Bank, que estuvo cerca de financiar la frustrada línea G. El dilema del aval del Gobierno nacional.
Los únicos dos gobiernos subnacionales de Argentina que fueron invitados a la asamblea del BID fueron el porteño y el de Córdoba. Mientras que el gobernador José Manuel De la Sota se bajó del viaje, Macri optó por enviar a Grindetti.
Durante esta semana el ministro porteño viene manteniendo reuniones en las que lleva una carpeta en la que resalta el bajo endeudamiento y el superávit de de la Ciudad como una manera de enganchar inversores.
Teniendo en cuenta que el próximo 3 de enero el Gobierno nacional dejará de enviar los 30 millones mensuales de subsidio para Metrovías, el gobierno porteño ya está pensando en alternativas por si se efectiviza el traspaso de la red a la Ciudad.
Además de especular con un aumento de la tarifa, el macrismo está buscando inversores para la red, sabiendo de antemano que ni siquiera la Justicia le garantizaría que el Gobierno nacional envíe los 1000 millones de dólares que según el propio Macri hacen falta invertir en el subte.
La esperanza del macrismo no está depositada en conseguir dinero del BID sino en obtener financiamiento de otras entidades chinas. Es que como explicara este medio en reiteradas ocasiones, el gobierno de Macri no consigue el aval del Gobierno nacional para obtener créditos de los organismos multilaterales como el Banco Mundial y el BID. Los socios de estos bancos son los países, por lo que las ciudades deben conseguir la autorización de sus Estados nacionales para sacar un crédito. Pero Grindetti también se reunirá con emisarios del Exim Bank chino, que no requiere ningún aval del gobierno de Cristina Kirchner.
El macrismo ya negoció créditos en el pasado con este banco y estuvo cerca de cerrar un acuerdo para construir la frustrada línea G que iba a unir Retiro con Villa del Parque. El Exim Bank se comprometía a financiar, en un financiamiento de 15 años con 5 años de gracia, el 85% de los 1500 millones de dólares que alcanzaba la inversión total a través de la empresa china Crec.
Los chinos se iban a hacer cargo de la obra civil, de la compra de vagones y la instalación de señales e iban a entregar “llave en mano” la línea terminada de punta a punta. Recién allí, tras cinco años de duración de la obra, el gobierno porteño tenía que empezar a pagar. Pero Macri siempre sostuvo que el precio era mucho más alto del que se hubiera conseguido con una empresa europea y la negociación se cayó a fines del año pasado. Sin embargo, con el aval de los organismos multilaterales trabado por tiempo indefinido, el Exim Bank chino volvió a ser una opción para el gobierno porteño.
Fuente: lapoliticaonline.com
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