Por ANTONIO ZUIDWIJK - Cronista Comercial
Los costos de transporte que se deben tomar en cuenta son los que paga toda la comunidad del país para el traslado de personas y cargas.
En el seminario de Intereses Marítimos, organizado en forma
conjunta por la Armada Argentina, el Centro Naval y la Liga naval, tuve
la oportunidad de exponer sobre la relación entre cadenas
logísticas, competitividad y políticas de transporte (espero que
algunos lectores decidan leer la presentación completa, que se puede
encontrar en www.antonioz.com.ar.)
Empecé con tres puntos básicos que se deben tomar en cuenta cuando se habla de la competitividad de un país.
En primer lugar, la competitividad depende en gran parte de los costos de producción y de los costos de la logística. Luego, que en nuestro país, el transporte es una parte muy importante en el costo total de la logística, (las zonas de producción están casi todas muy lejos del puerto dominante, que es el de buenos aires y dock sud, por donde salen el 85% / 90% de los contenedores y estamos lejos de nuestros mercados mundiales).
Finalmente, que los costos de transporte que se deben tomar en cuenta, son los que paga toda la comunidad del país para el traslado de personas y cargas. no todos pagan por lo que usan y no todos los contribuyentes usan lo que pagan.
Para calcular los costos completos de esta forma, se requieren muchos estudios, pero en el mundo hay varios ejemplos exitosos, de donde surge un clarísimo consejo básico que debemos seguir: se deben aprovechar de la mejor forma posible los distintos modos de transporte. y para poder elegir lo que más conviene, se deben tomar en cuenta los principales costos que genera cada modo de transporte. Estos son: el costo de la infraestructura que requiere un determinado modo de transporte; el del transporte con ese modo (el costo directo); y los costos de las externalidades que produce ese modo, como congestión, accidentes, y efectos medio ambiente.
No conozco ningún estudio argentino que haya comparado costos completos; generalmente se cotejan las tarifas que cobran los diferentes transportistas. por ejemplo lo que percibe un camionero para llevar un contenedor de vino al puerto de Buenos Aires y lo que cobra la compañía ferroviaria ALL. Desde el punto de vista de la competitividad del país, esta comparación no es correcta, porque los dos modos no pagan sus costos reales.
El ferrocarril
paga más por el mantenimiento de su infraestructura que el
camión. Hay diferencia de precio de combustible. el promedio de
edad de camiones es 16 años, muchos no cumplen las reglas de
la relación que debe haber entre el peso (de camión y carga) y la
potencia del motor. Muchos van sobrecargados, así causan rotura
de caminos, más accidentes, mayor congestión, más gases
perjudiciales etc.. Para saber la competitividad real, debemos incluir
costos de externalidades y formar una competencia pareja de costos
para cada modo.
Países progresivos conocen sus flujos de los distintos modos de carga, origen-destino. Estiman los costos para construir caminos, vías férreas, canales y terminales. Toman valores de camiones, locomotoras, trenes y vagones, buques, remolcadores y barcazas. estiman costos de mantenimiento y vida útil de cada elemento, tanto de la infraestructura como de los equipos. Después calculan los costos totales de operación, tomando en cuenta las externalidades y los manipuleos totales en las diferentes cadenas, pues generalmente con el uso de ferrocarril y transporte por agua se agrega uno o más movimientos. Y con todos esos datos completos, tratan de desarrollar sus mejores estrategias de transporte, basadas siempre en políticas de transporte intermodal.
Es correcto , tener una buena competitividad y desarrollo requiere de valores, de estrategias, eficacia y lo más importante de innovación logística.
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