Por Silvia Naishtat - Diario Clarín
Aunque ya no somos el granero del mundo, Argentina lidera en las exportaciones globales de soja, girasol, aceites, harinas, miel y dentro de poco biocombustibles, entre otros productos del campo. Sin embargo, a la hora de invertir en ese sector estrella de la economía, las empresas extranjeras le exigen al país mayor rentabilidad que a cualquier otro del Mercosur. Así surge de un estudio financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Programa de Inserción Agrícola (PIA) y realizado por la economista Marcela Cristini, de Fiel.
Aunque la oportunidad tienta, los inversores extranjeros argumentan que cuando solicitan financiación internacional para desarrollarse en Argentina, la tasa es mayor y, consecuentemente, requieren una rentabilidad más elevada. Reunir el capital para desarrollar un proyecto agroindustrial de dimensión mediana exigirá tasas de retorno sobre el capital invertido de alrededor del 19%. En Brasil, en cambio, ese porcentaje es 10%, en Paraguay, 13% y 8%, en Uruguay.
Consultados sobre los obstáculos por los que se castiga a la Argentina, los potenciales inversores señalan “la inseguridad jurídica”, el “temor a las confiscaciones” y las “barreras a la exportación”. No es que no resalten problemas en los vecinos. Pero cargan menos las tintas. Y remarcan exceso de carga tributaria, deficiente oferta de insumos estratégicos como fertilizantes y la ausencia de ferrocarriles en Brasil.
La agroindustria representa entre 20 y 30% de la actividad económica de la región. Y las perspectivas son muy alentadoras. “Esta industria ofrece hoy uno de los mejores potenciales de crecimiento del planeta. La disponibilidad de tierra arable y capacidad de riego, mano de obra entrenada y una larga tradición de presencia de empresas internacionales en la comercialización e industrialización, nos destacan”, se entusiasma Cristini.
¿Cuál sería el beneficio de otra ola de inversores extranjeros?, se le preguntó. “Se sumarían a los locales y a empresas establecidas. Representan una ventaja competitiva por el acceso a tecnologías, el entrenamiento para ganar productividad, transferencia de habilidades gerenciales y la apertura de mercados de altos ingresos o de rápido crecimiento”.
Foto: Credito Internet
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domingo, 28 de noviembre de 2010
Para invertir, a la Argentina se le exige más
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