El portaaviones nuclear USS George Washington, que transporta 75 aviones y tiene una tripulación de más de 6.000 personas, abandonó por la mañana una base naval al sur de Tokio y se unirá a los ejercicios conjuntos con Corea del Sur el domingo, dijeron funcionarios estadounidenses en Seúl. Corea del Norte dijo que Seúl estaba llevando a la península al “borde la guerra’‘ con una “incesante provocación militar” y posponiendo la ayuda humanitaria, dijo la agencia de noticias oficial norcoreana KCNA.
Estados Unidos y Japón han instado a China a que haga más para frenar a Corea del Norte después de que su aliado disparara el martes docenas de proyectiles de artillería contra una isla surcoreana, dejando dos soldados muertos e incendiando varias casas en el ataque más grave contra su vecino desde que la Guerra de Corea terminó en 1953.
Corea del Sur, que cuenta con fuerzas armadas técnicamente superiores aunque de la mitad del tamaño de su vecino del norte -que tiene más de un millón de efectivos-, advirtió de “represalias masivas” si Corea del Norte vuelve a atacar. Varios analistas sospechan que el ataque del martes podría haber sido un intento del líder norcoreano Kim jong-il de mejorar su posición desfavorable de cara a las negociaciones sobre desarme.
El jefe del Estado Mayor de EE.UU., el almirante Mike Mullen, coincidió con el titular surcoreano de Defensa, KimTae-young, en vincular el ataque con el proceso de sucesión en el país. Kim Jong-il, de 68 años, consagró a finales de septiembre como su probable sucesor a su hijo menor Kim Jong-un al ascenderlo a la cúpula del poder del régimen comunista.
Fuente: REUTERS
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