Por Daniel Gallo - LA NACION
En los últimos dos años, las FF.AA. perdieron 14 fusiles FAL, pistolas y hasta una ametralladora antiaérea
La banda que operó anteayer en la Panamericana mostró su capacidad de fuego. También su organización para que cada automóvil cumpliera un rol específico en el asalto. El propio gobernador bonaerense, Daniel Scioli, aseguró que el movimiento del grupo atacante exhibía una planificación prácticamente militar. El armamento usado, al menos, es de natural uso castrense. ¿Cómo llega a los delincuentes? Los robos y pérdidas de armas dentro de los cuarteles son casi constantes. Los propios militares sospechan que esos hurtos tienen que ver con posteriores asaltos a camiones blindados.
En los últimos dos años, las Fuerzas Armadas perdieron -por robos o descuidos- 14 fusiles de asalto liviano (FAL), tres subametralladoras Halcón 9mm, 31 pistolas Browning 9mm y una ametralladora MAG 7,62mm.
A ese armamento, cuyo destino es investigado por diferentes juzgados, se le suma un arma muy potente que los investigadores tienen inquietud de que aparezca en algún asalto: una ametralladora antiaérea calibre 50, sustraída en marzo de 2009 en el regimiento de Pigüé.
El robo de armamento más importante en los últimos años ocurrió en el Grupo de Guerra Electrónica de la Fuerza Aérea, situado en las cercanías del Aeroparque. Una requisa sorpresiva en esa base descubrió en agosto último que sólo en esa sala de armas faltaban dos FAL, 3 subametralladoras y 27 pistolas. En ese robo se sigue como línea de investigación el hurto cometido por militares. No hubo violencia ni se forzaron puertas.
De todas maneras, las declaraciones públicas del jefe de la policía bonaerense, comisario general Juan Carlos Paggi, apuntaron a señalar un robo sucedido en Campo de Mayo en julio del año pasado como posible canal logístico del que se habrían nutrido de armamento los delincuentes que actuaron en la Panamericana. Quizás el jefe policial ponga en foco ese robo anterior por la forma en que se desarrolló, ya que entonces tres asaltantes se mimetizaron como soldados para caminar por la principal base del Ejército, coparon una guardia y se escaparon con tres FAL y varios cargadores de municiones.
Municiones en el mercado negro de armas no faltan para esos fusiles de asalto. En el regimiento de Uspallata fueron robados más de dos mil cartuchos en 2008.
El armamento sustraído a las Fuerzas Armadas ya fue utilizado en robo a camiones de caudales. En octubre de 2000, La Nacion fue testigo de la llamada que recibió el entonces jefe del Ejército, teniente general Ricardo Brinzoni. "Las armas son de ustedes", le dijo su interlocutor en el teléfono, el entonces jefe de la Policía Federal, comisario Rubén Santos. Apenas habían pasado minutos de un intento de asalto en Aguas Argentinas, en el barrio de La Boca. Santos le informaba a Brinzoni que se habían secuestrado FAL y una ametralladora antiaérea calibre 50 con el logo del Ejército. La investigación judicial permitió detener a un suboficial del Comando de Arsenales, quien alquilaba esas armas.
En el armamento, que figura como perdido por el Ejército, hay siete FAL que fueron denunciados como extraviados en maniobras del Colegio Militar en el río Uruguay, en julio de este año. La Compañía de Comandos 602 denunció que una ametralladora MAG se cayó al río Paraná.
En las Fuerzas Armadas se afirma que en los últimos años mejoraron los controles sobre las salas de armas, con verificaciones sorpresivas para evitar el "alquiler" del armamento. También se tomó otra resolución para evitar los robos a los guardias: permitir que esos efectivos tengan sus armas con el cargador colocado. Es que antes de esa directiva los centinelas realizaban su tarea con el armamento descargado. Sólo debía llegar un delincuente con una pistola para reducir a todo un grupo de soldados y quedarse con los apetecibles fusiles de asalto.
Más allá de los robos a guarniciones, oficiales de fuerzas de seguridad afirman que en el mercado negro local se pueden conseguir fusiles como los rusos Kalashnikov o los norteamericanos AR 15.
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