(La Voz de Rusia) - Últimamente, la prensa china
publicó varias fotos de aviones embarcados J-15 con los colores de la
Marina de Guerra de este país, informando que empiezan a suministrarse a
las tropas.
En
realidad, este acontecimiento tuvo lugar a finales de agosto, a más
tardar, cuando el presidente chino Xi Jinping visitó el portaaviones
“Liaoning”. El primer avión que llevaba los colores de la Marina de
Guerra (en vez del amarillo, propio de los aparatos sometidos a pruebas)
apareció en las pantallas de TV precisamente por aquellas fechas. A
comienzos del septiembre pasado, el contralmirante Yin Zhuo,
entrevistado por un medio digital, expresó su opinión personal de que el
avión ya se estaba fabricando en serie y se suministraba a las Fuerzas
Armadas.
Por
ahora se trata tan sólo de la versión monoplaza. Dos prototipos de la
versión biplaza del caza J-15S continúan los ensayos (el último vuelo
fue en noviembre de 2012). La versión biplaza es una ventaja del J-15
frente a los aviones soviéticos Su-33, permitiendo capacitar con mayor
rapidez a los pilotos navales. La aviación naval rusa empezó a recibir
cazas biplaza (MiG-29KUB) hace relativamente poco.
China
ha alcanzado ya un ritmo bastante alto de producción de los cazas
J-11B/J-11BS. El portaaviones “Liaoning”, versión modernizada de un
portaaviones soviético, debe llevar a bordo un regimiento de cazas
pesados Su-33.
Se
desconocen en detalle las modificaciones introducidas en “Liaoning”,
pero no cabe esperar un drástico aumento del número de aviones
embarcados. Hacia 2015, China estará en condiciones de producir
suficientes cazas J-15 para dotar a “Liaoning” y proceder a formar otro
regimiento aéreo para el segundo portaaviones chinos cuya construcción
avanza a toda marcha en los astilleros de Shanghái.
Las
publicaciones sobre los cazas embarcados podría evidenciar las
intenciones de las autoridades chinas de quitar el velo de secretismo
que envolvía el J-15 y aprovechar un material bélico tan prestigioso
como la aviación embarcada para promover la publicidad de sus Fuerzas
Armadas. Posiblemente, pronto salgan a las pantallas muchos sugestivos
documentales sobre los pilotos navales chinos, como ya está sucediendo
con los aviadores de la Fuerza Aérea.
El
ritmo de aumento de la disponibilidad operacional de la aviación naval
china puede resultar más alto que el pronosticado por muchos analistas
extranjeros, debido precisamente a la gran importancia política que
China atribuye a los portaaviones. Por lo que respecta al pilotaje y al
manejo de armamento, el J-15 no se difiere radicalmente de los J-11B/BS,
mientras sus pilotos se catalogarán entre los más experimentados en las
FF.AA.
China
se viene preparando para disponer de portaaviones propios por lo menos
desde los años 80, ha realizado unas profundas indagaciones teóricas,
enfocando la construcción de estos navíos como importante programa
nacional, homologable con el de los vuelos tripulados al espacio. No
cabe la menor duda de que en la ejecución de este programa participa la
flor y nata de los científicos e ingenieros chinos.
Tal
vez, el asunto no se limite a la Marina. En la potenciación del
portaaviones bien pueden participar especialistas de otras armas y de la
industria.
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