Por Ángeles Castro
| LA NACION
Comenzaron a correr el alambrado del ferrocarril frente al Aeroparque; benficiará a unos 30.000 automovilistas
Las obras de
desplazamiento del alambrado perimetral del Aeroparque, que permitirán
la extensión de la autopista Illia hasta la avenida Cantilo, una conexión vital para el tránsito que sale desde la Capital hacia la zona norte, ya comenzaron.
El tramo pendiente de construcción, y cuya ejecución demandará unos seis meses, tiene una longitud de 1100 metros y corre a nivel. Una vez concluidos, y habilitada la extensión, los tiempos de viaje se acortarán entre 20 y 25 minutos, según estimaciones oficiales. La mejora beneficiará a los 30.000 vehículos que, por día, circulan por la autopista en sentido norte.
La adjudicataria de los trabajos ya tendió el segmento entre la avenida Sarmiento -hasta donde hoy puede llegar el tránsito para desviarse allí hacia la Costanera- y la calle Los Ombúes, en 2010. También asfaltó 400 metros desde la avenida Cantilo hacia el Sur, durante el primer trimestre de este año.
El kilómetro pendiente había quedado frenado porque, a raíz de desavenencias políticas entre ambos Estados, el gobierno nacional no había autorizado el corrimiento del alambrado del aeroparque Jorge Newbery. El conflicto había derivado incluso en una guerra de carteles, colocados en el entorno de la Illia: la Ciudad acusaba a la Nación por no trasladar el cerco perimetral, mientras que la Casa Rosada retrucaba que la administración local no había entregado planos ni cálculos de seguridad.
Eran otras épocas. El flamante romance entre la presidenta Cristina Kirchner y el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, reactivó esta obra reclamada por miles de automovilistas.
Los últimos días de la semana pasada empezaron los trabajos preliminares de acopio de material y preparación de la zona. Y, hace 72 horas, las cuadrillas ya comenzaron a remover el alambrado perimetral del Aeroparque.
Según el sistema Inteligente de Tránsito de AUSA, el promedio diario de la Illia es de 82.000 vehículos, con 52.000 en sentido al centro y 30.000 rumbo al Norte.
Como se dijo, según las previsiones oficiales, la obra se completará en seis meses aproximadamente.
La prolongación de la Illia requirió otras obras previas de envergadura. Primero, la construcción del viaducto Sarmiento, es decir, un túnel en la avenida Sarmiento por debajo de la avenida Lugones y de la parrilla ferroviaria de la línea Belgrano.
En segundo lugar, fueron desplazadas hacia el Oeste las vías del Belgrano, de modo de dejar libre el espacio necesario para emplazar la cinta asfáltica de la extensión de la Illia entre el tren y el Aeroparque.
Ambas obras exigieron modificar cañerías y tendidos de diversos servicios (agua, cloacas, etcétera), lo que complicó la operatoria a través de los años.
A su vez, hay más trabajos pendientes -de realización o de habilitación- en el entorno del Jorge Newbery. Cuando la Illia quede completa, absorberá el tránsito de camiones que actualmente circula por la avenida Costanera y provoca obstrucciones. Entonces, será inaugurada la nueva costanera, ya construida en terrenos ganados al río, al este de la traza actual.
El desplazamiento de la Costanera requirió ganar terrenos al río, mediante una obra de relleno que comenzó en diciembre de 2008 y demandó una inversión de alrededor de 22 millones de pesos.
El proyecto también incorporó el viaducto Sarmiento, para mejorar la conectividad en la zona, obra que tuvo un costo de 30 millones de pesos.
Los trabajos incluyeron la extensión del muelle del Club de Pescadores para concretar el corrimiento de la traza de la avenida. Su inauguración sólo se realizará cuando esté terminada la extensión de la Illia.
Precisamente, el camino actual será en parte ocupado por la ampliación de la cabecera sur del Aeroparque.
Toda la obra, según el anuncio realizado en 2004, debía estar terminada en 2008. Para cuando concluya calculan que habrá costado más de 500 millones de pesos.
Aunque debería haber comenzado la mudanza de las 243 familias que ocupan ilegalmente terrenos linderos a la Autopista Illia, no sucedió. El plazo, fijado en 48 horas, en un acuerdo entre el gobierno porteño y un grupo de personas ocupantes del predio, se estableció después de que se conociera la intención de la fiscalía de pedir el desalojo del lugar. Al cierre de esta edición las casillas seguían allí..
Del editor: qué significa.
Punto final para un infantil capricho del gobierno nacional que demoró la autorización de una obra que beneficiará a miles de automovilistas.
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