Por Martín Kanenguiser | LA NACION - Twitter: @mkanen
La Argentina intenta salir de la
parálisis de la falta de crédito externo reflotando una idea para
acercar una oferta al Club de París, con el objetivo de saldar la deuda
pendiente de pago desde fines de 2001.
El diario BAE dio cuenta ayer de esta fórmula, que, al parecer, fue bien recibida por algunos países acreedores porque, según el matutino, "no incluye como condición que las agencias de crédito para exportaciones (ECA) se comprometan a flujos de inversión directa proporcionales a la deuda con cada país".
Así desaparecería la difícil meta planteada por la Argentina de que haya un dólar en inversión extranjera por cada dólar pagado por el Gobierno, como se había propuesto en la gestión de Amado Boudou en Economía.
En el viaje de Hernán Lorenzino a París de hace algunas semanas se buscó retomar la negociación formal, luego de varios años en los que ambas partes se limitaron a conciliar cifras, para llegar a consolidar un pasivo, entre capital e intereses, cercano a los US$ 10.000 millones.
En ese momento, el ex ministro y actual jefe de la unidad de reestructuración de la deuda, y embajador ante la Unión Europea, propuso emular con los países acreedores el pago con una quita realizada a las empresas norteamericanas con las que la Argentina llegó a un acuerdo para terminar juicios en el Ciadi. Sin embargo, esa vía fue descartada y ahora se habría reflotado esta idea del fideicomiso, que un experto negociador de la deuda asegura que ya fue explorada sin éxito en otras ocasiones. El Club quiere un pago inicial de US$ 2500 millones. "La Argentina no termina de entender que el acuerdo con el Club es muy simple: si paga la deuda, a cambio, se reabren líneas de crédito de financiación para compra de bienes de capital, pero nadie va a poner plata fresca en estas condiciones macroeconómicas inestables", explicó el experto en renegociaciones.
La fuente indicó que los últimos trascendidos "suenan más a querer mejorar el ambiente interno, con la posibilidad de hacer un anuncio, que a una negociación seria, porque de hecho nunca se hizo una propuesta formal". Además, estas negociaciones se dan mientras no se resuelven las disputas entre el ministro Axel Kicillof y Lorenzino, quien no recibe la bendición del primero para avanzar. "Sin la firma del ministro, ningún país tomará la oferta en serio", advirtió la fuente.
En Economía relativizaron estas diferencias. "La semana pasada estuvieron reunidos ambos para conversar sobre el tema y ahora todo depende de que la presidenta Cristina Kirchner brinde su aprobación para que se le haga una oferta final al Club", indicaron a LA NACION en el Ministerio de Economía.
Además, la Unidad de deuda sigue sin presupuesto y un colaborador de Lorenzino, Francisco Eggers, se fue a trabajar con el massista Jorge Sarghini a la Cámara de Diputados bonaerense y dejó su cargo de director de crédito público a Luis Briones..
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