El programa espacial chino consiguió ayer uno de sus éxitos
más resonantes: gracias al aterrizaje de su sonda espacial Chang’e-3, China se
convirtió ayer en la tercera nación que logra un alunizaje lento y controlado,
algo que hasta ahora sólo habían logrado Estados Unidos y la Unión Soviética.
El último antecedente de un alunizaje había sido el de la misión soviética Luna
24, en agosto de 1976.
De la sonda espacial descendió un vehículo de exploración
teleguiado, llamado “Conejo de jade”. Este vehículo tiene seis ruedas, pesa
unos 120 kilos y obtiene su energía gracias a unos paneles solares. Su misión
es llevar a cabo análisis científicos, especialmente geológicos, y enviar a la Tierra imágenes en tres
dimensiones de la Luna. La
máquina estará operativa tres meses, durante los cuales se desplazará a una
velocidad máxima de 200
metros por hora, sobre todo en una zona conocida como la Bahía del Arcoíris, un
territorio aún inexplorado y con condiciones favorables tanto por su exposición
al Sol como por la comunicación con la Tierra.
El proyecto de los chinos tiene un objetivo más ambicioso:
después de 2025 esperan concretar el alunizaje de un astronauta.
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