Más allá del interés
político-estratégico integrador a nivel latinoamericano, muchas veces
declamado pero pocas veces aplicado en la práctica, el proyecto del
avión de entrenamiento de la UNASUR es un buen intento de fomentar una
meta común.
Como todo proyecto conjunto la debilidad del mismo estriba
en el riesgo de que uno o varios socios se aparten del programa común y
adopten decisiones al margen, lo que hemos visto ya con la adquisición
de aviones de entrenamiento en el extranjero por parte de alguno de los
firmantes de este acuerdo, como ha ocurrido con Perú y Venezuela.
El desarrollo de un avión, aun siendo
éste un aparato de instrucción básica, demanda como es bien sabido de un
tiempo de proyección, estudios, pruebas, ensayos y homologación hasta
que ve la luz y comienza a volar, una cuestión de plazos que camina
independiente del apremio en las necesidades de algunos países para
contar con un aparato para la instrucción de los pilotos de sus Fuerzas
Aéreas. Argentina ha ofrecido, como punto de partida, el denominado Proyecto IA-73, una aeronave básica que podría sustituir a los ancianos T-34 MENTOR, que tan buenos servicios dieron a las fuerzas aéreas latinoamericanas.
El ministro de Defensa, Arturo
Puricelli, encabezaba hace unos días en Buenos Aires, la tercera etapa
de las reuniones llevadas a cabo por delegaciones de los países de la
región que trabajan en el proyecto “del primer objetivo de desarrollo
tecnológico que pretende alcanzar el Consejo de Defensa del Sur de la
Unión de Naciones Suramericanas: el avión de entrenamiento primario-básico UNASUR 1”.
Esta iniciativa se enmarca en el Plan de Acción 2012 que se acordó en
noviembre del año pasado en la reunión extraordinaria del Consejo de
Defensa Suramericano en Lima, Perú. Allí se estableció el desarrollo de
trabajos conjuntos para fortalecer la industria y la tecnología de la
Defensa regional.
“Es un objetivo importante porque viene a satisfacer la necesidad de muchas de nuestras naciones de contar con una herramienta adecuada para la formación y el adiestramiento de nuestros pilotos”,
destacó el ministro al inicio de la ceremonia que se desarrolló en el
Círculo de la Fuerza Aérea Argentina, ubicado en el centro de la ciudad
de Buenos Aires.
Además, Puricelli enfatizó que el avión
será una obra “de diseño, desarrollo y producción conjunto” de los
países de la región. Y agregó: “Esto implica también una señal de
nuestra América del Sur en el sentido de que podemos, desde el punto de vista tecnológico, encontrar soluciones entre nosotros”.
En ese sentido, el ministro dijo que “es
importante tener autonomía y capacidades tecnológicas para hacer
sustentable a la Defensa”. “En América del Sur nos podemos abastecer en
todos los campos”, concluyó al hacer referencia a los avances en materia
de aviación.
De llegar a buen puerto este proyecto
conjunto, que implica la concepción, desarrollo, pruebas y producción
seriada de un avión de instrucción básica que permita la homologación de
una flota similar y homogénea, habría de establecerse en todos los
países intervinientes sistemas de fabricación unificados,
lo que lograría crear cadenas de ensamblaje en varias naciones y
procedimientos estandarizados, no solo para la fabricación, también en
cuanto a las normativas. (Luis Piñeiro - Defensa.com)
Primero se deberia contar con una fuerza aerea, y ahi si, desarrollar este avion primario para formar pilotos que van a volar algo...no por solo cuestiones comerciales, sino tambien por lo que atañe a cuestiones de defensa nacional. Fabricar algo para terceros y solo sacar de esto reditos economicos no es la funcion basica de la industria militar. La funcion de esta es la defensa nacional cosa que nuestras fuerzas armadas en su conjunto, hoy en dia, no lo pueden desarrollar...desgraciadamente.
ResponderEliminarEl tema es...quien se hace cargo de esto ?......quienes son los responsables? en que caratula se encuadra este delito?....porque esto es un delito !!!
La ultima pregunta...quien le pone el csacabel al gato?