viernes, 30 de noviembre de 2012

YPF toma el control total de Metrogas


Por Pablo Fernández Blanco  | LA NACION
La petrolera comprará las acciones de la mayor distribuidora de gas del país

En una operación cuya legalidad podría ser cuestionada, el Gobierno sumará una nueva estrella a su constelación de empresas nacionalizadas. Se trata de Metrogas, la mayor distribuidora de gas del país , que atiende a 2,2 millones de clientes en la ciudad de Buenos Aires y 11 municipios del conurbano bonaerense. El vehículo para hacer esa adquisición será YPF, la figura más notoria de ese olimpo.

Ayer, la petrolera estatizada, que conduce Miguel Galuccio, anunció a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que había decidido utilizar su derecho de preferencia -el denominado first refusal en la jerga de las fusiones y adquisiciones, algo que le corresponde por tener una participación en la empresa- para quedarse con las acciones de GASA, la firma controlante de Metrogas. Hace 15 días, la inglesa BG había acordado vender Metrogas a Integra Gas Distribution LLC. Esta compañía, compuesta por fondos de Chile, Estados Unidos y Gran Bretaña, tiene como rostros visibles en el país a los empresarios de medios de comunicación José Luis Manzano y Daniel Vila.

La compra de esa porción le dará a YPF una posición de control sobre Metrogas, algo que en principio está en contra de la ley 24.076, que regula el sector gasífero. Su texto, que data de 1992, sostiene en el artículo 34 que "ningún productor o grupo de productores" -YPF es la segunda empresa de extracción de gas del país- podrá "tener una participación controlante" en "una sociedad habilitada como distribuidora". Técnicos regulatorios aseguraron que esa reglamentación está completamente vigente.

La aprobación final de la operación depende de dos viejos conocidos de YPF: por un lado, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), un organismo intervenido a cargo de Antonio Pronsato, y de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, en manos de Ricardo Napolitani, que responde al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, uno de los integrantes de la comisión que regula al sector energético.


Según la información oficial que brindó YPF, la empresa hizo uso de la opción para adquirir 54,67% de las acciones de GASA que están en manos de British Gas (continuará su pelea en la Justicia). De esa manera, la petrolera local, que ya tenía un 45,33% de GASA, quedará como "accionista principal y controlante, de manera indirecta", con un 70% de participación en la distribuidora. "La decisión de YPF tiene como objetivo hacer de Metrogas una empresa más eficiente y rentable", explicó la petrolera a través de un comunicado.

Será una misión imposible para la gestión de Galuccio a menos que consiga la venia de la presidenta Cristina Kirchner para ajustar las tarifas. Es algo que la conducción de Metrogas reclama con insistencia y sin éxito desde hace años. Su fracaso se tradujo en los balances de la compañía: desde 2008 hasta el año pasado registró pérdidas consecutivas. En 2011, el rojo fue de $ 73,12 millones. En 2010 entró en concurso preventivo, algo que le costó la intervención del Gobierno. Aunque la compañía logró cerrarlo el 12 de septiembre, ese mismo mes dejó de pagarles a las petroleras la mitad del gas que vende a sus clientes. Una ironía del destino: entre las principales afectadas por la cesación de pagos está YPF, su principal proveedora de gas.

La petrolera pareció ayer referirse por elevación a ese tema en su comunicado. "El trabajo conjunto entre YPF y el Estado Nacional permitirá recuperar su valor, la eficiencia y el buen desempeño en el mercado en el que se desarrolla", se dijo.

La compañía nacionalizada no informó cuánto pagará para aumentar su participación en Metrogas. En el mercado, en tanto, señalaron que la porción que sumará podría rondar los US$ 10 millones. Es, de todas maneras, un número incierto. Un empresario que había sondeado antes la posibilidad de entrar en la distribuidora invirtió los términos: "¿Cuánto vale una empresa que pierde plata?", se preguntó.

Durante los últimos días hubo contactos entre los emisarios de Galuccio, por un lado, y del grupo Vila-Manzano, por el otro, que ya había pagado la opción de compra y diseñado una estrategia fina para no superar de manera directa el 8% de participación en la empresa de servicios públicos, algo que va en contra de la ley de medios.

Fuentes al tanto de las negociaciones afirman que la petrolera les ofreció sumarse a la operación como socios minoritarios, algo que los empresarios de medios veían con desánimo. En su entorno cuentan que el mendocino Vila advirtió la enorme potencialidad del negocio cuando vio su factura porteña de gas: menos de $ 20 por mes para una propiedad por encima de los 500 metros cuadrados cubiertos.

Aunque Galuccio les arrebató el negocio de entre las manos, asesores de Vila y Manzano aseguraron que la compra era una opción casi evidente para YPF, porque "el negocio bien administrado puede funcionar". Y deslizaron que hubiese sido muy difícil de explicar que la compañía comience a generar ganancias en los próximos meses y la empresa nacionalizada hubiese dejado pasar de largo ese negocio..

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