Por Silvia Gómez - Diario Clarín
Estaban paradas desde enero de 2011, en medio de la pelea entre el Gobierno nacional y la Ciudad. Es la mano hacia el Norte, y permitirá vincular la 9 de Julio con la avenida Cantilo y General Paz.
Estaban paradas desde enero de 2011, en medio de la pelea entre el Gobierno nacional y la Ciudad. Es la mano hacia el Norte, y permitirá vincular la 9 de Julio con la avenida Cantilo y General Paz.
Sin uso. Un tramo construido de la Illia que no se
puede usar. Falta completar la extensión al lado del Aeroparque hacia la
calle La Pampa./GUSTAVO CASTAING
Sin anuncios oficiales, la Ciudad retomó las obras para extender
la autopista Illia y conectar la 9 de Julio con la General Paz. Los
trabajos se habían frenado en enero de 2011 pero Clarín constató que se retomaron en las últimas semanas . El movimiento de tierras y las grúas, camiones y operarios se ven tanto desde Costanera Norte como desde Lugones.
La
Illia tiene 3,7 kilómetros habilitados, incluyendo una bajada hacia
Sarmiento, que se inauguró en agosto.
El proyecto original prevé que la traza de la autopista llegue hasta la altura de La Pampa y allí conecte con la avenida Cantilo para finalmente empalmar con General Paz. Por un lado, permitiría sacar a los camiones de Costanera Norte , mejorando la circulación en la zona, y además recuperaría el paseo para los vecinos. En el Gobierno porteño se eximieron de dar detalles sobre los trabajos, vitales para agilizar el ingreso y egreso de autos de la zona Norte.
Por otro lado, la obra evitaría que muchos vehículos utilicen vías alternativas para salir de la Ciudad, especialmente en las horas pico. Es que según estimaciones de AUSA –la empresa de la Ciudad que administra las autopistas porteñas y también está a cargo de esta obra– de lunes a viernes ingresan entre 52 y 53 mil vehículos a través de la Illia; mientras que en sentido contrario no superan los 30 mil. Muchos optan por otros caminos, complicando avenidas y calles porteñas. Con la Illia en toda su extensión, el flujo subiría a 60 mil tanto en el ingreso como en el egreso de la Ciudad.
Según pudo establecer Clarín , con una fuente vinculada a la obra, los trabajos son el comienzo de la extensión, pero aún es muy temprano para precisar que extensión se realizará en esta etapa y cuándo podría quedar inaugurada la traza completa.
En rigor, entre el bajo nivel de la calle Sarmiento y la avenida Cantilo hay unos 3,15 kilómetros, de los cuales ya se hicieron 1,15. Los dos kilómetros restantes demandarían unos cuatro meses y medio de obra.
Como con los subtes en su momento –en la semana Macri terminó con la cuestión al anunciar que se hará cargo de su administración desde el 1° de enero de 2013–, la basura y los depósitos judiciales del Banco Ciudad, el de la Autopista Illia también tuvo su capítulo en la serie de conflictos que ambos gobiernos alimentan. En concreto, estas obras estuvieron paradas durante dos años. Y se reanudan en un momento de acuerdo político entre el Gobierno nacional y la Ciudad para impulsar proyectos que interesan a ambos en la Legislatura.
Hasta ahora, la discusión estuvo centrada en el corrimiento de 15 metros de una reja perimetral del Aeroparque Jorge Newbery. Esta reforma también incluía al sistema que emite señales radiales de alta frecuencia que guían a los aviones hacia la pista de aterrizaje con condiciones de muy baja visibilidad (ILS). La Nación siempre dijo que Ciudad debía hacerse cargo de ambos desplazamiento; la Ciudad decía lo contrario y además aseguraba que se podían hacer las obras sin tocar las torres radiales. El enfrentamiento llegó a la cartelería pública, porque ambos gobiernos colocaron mensajes acusándose mutuamente de impedir las obras.
La extensión de la Illia, un proyecto que arrancó en 2004, incluye también las obras que ya se hicieron sobre la Costanera Norte. Primero se ganó terreno sobre el Río de la Plata y se le extendió el muelle al Club de Pescadores, cuyas puertas principales quedaron casi sobre la avenida. Luego se construyeron, sobre la tierra ganada, una nueva rambla y cuatro carriles más con sentido norte (los que se sumarían a los ya existentes). Pero esta obra no puede ser inaugurada hasta que no se habilite toda la extensión de la Illia porque el tránsito colapsaría, según explicaron desde AUSA. Durante muchos meses estuvo cerrada con alambre perimetral, pero desde hace un tiempo la gente rompió esa protección y ya se usa para pasear.
El proyecto original prevé que la traza de la autopista llegue hasta la altura de La Pampa y allí conecte con la avenida Cantilo para finalmente empalmar con General Paz. Por un lado, permitiría sacar a los camiones de Costanera Norte , mejorando la circulación en la zona, y además recuperaría el paseo para los vecinos. En el Gobierno porteño se eximieron de dar detalles sobre los trabajos, vitales para agilizar el ingreso y egreso de autos de la zona Norte.
Por otro lado, la obra evitaría que muchos vehículos utilicen vías alternativas para salir de la Ciudad, especialmente en las horas pico. Es que según estimaciones de AUSA –la empresa de la Ciudad que administra las autopistas porteñas y también está a cargo de esta obra– de lunes a viernes ingresan entre 52 y 53 mil vehículos a través de la Illia; mientras que en sentido contrario no superan los 30 mil. Muchos optan por otros caminos, complicando avenidas y calles porteñas. Con la Illia en toda su extensión, el flujo subiría a 60 mil tanto en el ingreso como en el egreso de la Ciudad.
Según pudo establecer Clarín , con una fuente vinculada a la obra, los trabajos son el comienzo de la extensión, pero aún es muy temprano para precisar que extensión se realizará en esta etapa y cuándo podría quedar inaugurada la traza completa.
En rigor, entre el bajo nivel de la calle Sarmiento y la avenida Cantilo hay unos 3,15 kilómetros, de los cuales ya se hicieron 1,15. Los dos kilómetros restantes demandarían unos cuatro meses y medio de obra.
Como con los subtes en su momento –en la semana Macri terminó con la cuestión al anunciar que se hará cargo de su administración desde el 1° de enero de 2013–, la basura y los depósitos judiciales del Banco Ciudad, el de la Autopista Illia también tuvo su capítulo en la serie de conflictos que ambos gobiernos alimentan. En concreto, estas obras estuvieron paradas durante dos años. Y se reanudan en un momento de acuerdo político entre el Gobierno nacional y la Ciudad para impulsar proyectos que interesan a ambos en la Legislatura.
Hasta ahora, la discusión estuvo centrada en el corrimiento de 15 metros de una reja perimetral del Aeroparque Jorge Newbery. Esta reforma también incluía al sistema que emite señales radiales de alta frecuencia que guían a los aviones hacia la pista de aterrizaje con condiciones de muy baja visibilidad (ILS). La Nación siempre dijo que Ciudad debía hacerse cargo de ambos desplazamiento; la Ciudad decía lo contrario y además aseguraba que se podían hacer las obras sin tocar las torres radiales. El enfrentamiento llegó a la cartelería pública, porque ambos gobiernos colocaron mensajes acusándose mutuamente de impedir las obras.
La extensión de la Illia, un proyecto que arrancó en 2004, incluye también las obras que ya se hicieron sobre la Costanera Norte. Primero se ganó terreno sobre el Río de la Plata y se le extendió el muelle al Club de Pescadores, cuyas puertas principales quedaron casi sobre la avenida. Luego se construyeron, sobre la tierra ganada, una nueva rambla y cuatro carriles más con sentido norte (los que se sumarían a los ya existentes). Pero esta obra no puede ser inaugurada hasta que no se habilite toda la extensión de la Illia porque el tránsito colapsaría, según explicaron desde AUSA. Durante muchos meses estuvo cerrada con alambre perimetral, pero desde hace un tiempo la gente rompió esa protección y ya se usa para pasear.
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