Por Virginia Ródenas - Atenea Digital
Ya hay fecha para la creación del órgano de coordinación del Sistema de Inteligencia Económica (SIE) que prevé la primera Estrategia Española de Seguridad, propuesta por el ex secretario general de la OTAN Javier Solana, y a la que, ahora, el Gobierno del PP quiere dar su "toque". Será el próximo otoño, entre septiembre y octubre, a expensas de la agenda de Moncloa. "Es el gran reto que tiene por delante el Ejecutivo -han explicado fuentes de la Vicepresidencia del Gobierno- donde el desarrollo de la Inteligencia Económica se contempla como un pilar estratégico".
La propuesta mejor valorada aboga porque el órgano de coordinacion del SIE se sustente sobre una mesa geométrica variable, con asientos no permanentes, por los que se contempla que pasen empresarios y agentes económicos, como el Club de Exportadores e Inversores o las Cámaras de Comercio, que puedan orientar y aportar información, y otros asientos fijos donde estarán, entre otros, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y el Ministerio de Economía, "ya que es fundamental contar con la presencia de alguien con sitio en el consejo de ministros para que traslade hasta ese órgano de decisión las inquietudes, conocimiento y directrices que se hayan puesto sobre el tablero", describen desde Moncloa.
El CNI no quiere liderar el Sistema de Inteligencia Económica, sino que la apuesta se dirige al Ministerio de Economía, ya que el Centro dispone de recursos limitados en cuanto a economistas, analistas económicos y conocimientos en la materia, "frente a centros de estudios económicos tradicionales tanto privados como públicos". Su papel, por tanto, sería el de su gran valor: el factótum en la obtención de información para ponerla a disposición de la IE, favoreciendo la implantación y defensa de las empresas españolas en el exterior, protegiendo nuestros intereses y mercados interiores de amenazas externas como el espionaje industrial y tecnológico, los embates de los mercados financieros globalizados o la acción de especuladores internacionales.
Porque, como ha subrayado el titular de Defensa, Pedro Morenés, tras la presentación de la nueva Directiva de Defensa Nacional, en la que por primera vez se tienen en cuenta como amenaza para la seguridad española los riesgos económicos, como la crisis o la lucha contra el déficit, "los intereses de España tanto de tipo económico como de seguridad se establecen en escenarios muy lejanos y la responsabilidad de España es estar presente en esas zonas". Para el ministro, "España tiene que estar en el mundo, España se hace en el mundo, no sólo desde aquí". Y en ese escenario, "la inteligencia es clave en la seguridad". Por ello la ha convertido en una de sus prioridades y está decidido a impulsarla con todos los medios a su alcance, procurando una mayor coordinación de "todos los organismos que la generan", a lo que Defensa contribuirá desde el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS).
Es más, tanto dentro del CIFAS, que creó el actual secretario de Estado director del CNI, Félix Sanz Roldán, y que por ley está sometido a la coordinación del Centro Nacional de Inteligencia -hoy dependiente de la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría-, como desde el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional o desde el Departamento de Inteligencia de la Escuela de Guerra del Ejército de Tierra, ya se están moviendo los hilos y hay actuaciones concretas para que la inteligencia económica deje de ser una asignatura pendiente y se convierta en materia sobresaliente. Algo que en otros países de nuestro entorno vieron mucho antes. Como el caso de Francia, con el general Christian Harbulot a la cabeza, pionero del concepto de inteligencia económica y creador de la Escuela Superior de Guerra Económica, con sede en París, para el que es "necesario utilizar la información de manera ofensiva en la conquista de los mercados dentro de una globalización del comercio que está lejos de ser pacífica".
Harbulot, autor de "La máquina de guerra económica", sostiene, con la fuerza de su propia experiencia, que la conquista del conocimiento a través de la obtención de información esencial para diseñar y planificar estrategias es la piedra angular de la defensa y del ataque en esta contienda que pone en jaque la estabilidad de los países. Justo lo contrario de lo que Elena Salgado hizo durante su vicepresidencia económica en el Gobierno de Rodríguez Zapatero, según su propia declaración en el Congreso de los Diputados: "Con los datos que íbamos teniendo, tomábamos las decisiones". Sin planificación estratégica, sin proyección, sin anticipación, sin previsión. Y así nos está yendo. Porque, como acaba de repetir Pedro Morenés, "la seguridad no se puede improvisar". Los expertos se preguntan si en Moncloa, definitivamente, se ha aprendido la lección.
Fuente: http://www.ateneadigital.es/RevistaAtenea/REVISTA/articulos/GestionNoticias_9867_ESP.asp
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