Por Alejandro Alfie - Diario Clarín
Es lo estimado para este año en publicidad oficial, el Fútbol para Todos y la TV Pública, entre otros rubros.
Este año, el Gobierno planea gastar unos $ 3.800 millones para sostener el “relato” oficialista. Una cifra más alta que la que figura en el presupuesto para el Congreso de la Nación, Industria, Ecología y Medio Ambiente, Relaciones Exteriores y el Ministerio de Trabajo; un 50% menos que en Vivienda y Urbanismo, la mitad que el gasto en Ciencia y Técnica y un cuarto que en Salud.
La cifra, según datos oficiales y del mercado, abarca el estimado para publicidad oficial --incluido el Fútbol para Todos--, Canal 7 y Radio Nacional, TV digital y Télam. Es decir, impacta en los medios públicos pero también en los privados que le son afines. Así, el Gobierno impone cada vez más límites a la libertad de expresión y a la libertad de prensa, y restringe la pluralidad de voces en los medios.
La cadena nacional, que Cristina Fernández de Kirchner usó días atrás para acusar de corrupción al periodista Marcelo Bonelli, porque a la Presidenta no le gustó una información que el periodista de Clarín publicó sobre YPF, también se usó para intimidar a Rodrigo Saldaña, de la inmobiliaria Toselli, porque pocos días antes se atrevió a decir que el mercado inmobiliario estaba deprimido. A las 24 horas, la AFIP inhabilitó a esa empresa para seguir operando.
La cadena nacional es una herramienta cada vez más utilizada por Fernández de Kirchner, que en los últimos dos meses y medio batió su propio récord , con nueve cadenas, al margen de lo que establece la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Más de la mitad de las veces que habló la Presidenta este año por cadena nacional no cumplió con los requisitos para convocarlas, ya que no eran “situaciones graves, excepcionales o de trascendencia institucional”.
Este jueves, cuando acusó de corrupción a Bonelli, Fernández de Kirchner dijo: “Si no lo hiciéramos por cadena nacional nadie se enteraría de estas cosas”. Eso muestra, de manera cruda, el fracaso de la política comunicacional del Gobierno, que según las últimas cifras oficiales destinó en el primer semestra de 2011 $ 345 millones en publicidad oficial, sobre todo para financiar a los “medios paragubernamentales”, como el de Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, que recibió $ 42,3 millones, o Página 12, que obtuvo $ 19 millones, frente a los $ 2,5 millones que tuvieron todos los medios de Grupo Clarín y $ 1,1 millón que recibió diario La Nación en avisos del Gobierno.
La mayoría de los medios kirchneristas fueron creados, cooptados o comprados a partir de 2004 , financiados con la publicidad oficial, que se multiplicó en los últimos años, pasando de $ 46 millones en 2003 a $ 1.490 millones en 2011 --incluyendo el programa Fútbol para Todos--. Ese dinero se repartió con absoluta discrecionalidad y sirve para alimentar la red de medios oficiales y paraoficiales.
Así, el relato pasó a ocupar un lugar central en los gastos presupuestarios del Gobierno.
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miércoles, 15 de agosto de 2012
El Gobierno gasta $ 3.800 millones para sostener su relato en los medios
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